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―¡Estamos aquí, chicos!

Jimin hizo una gran entrada, sin avergonzarse de llamar la atención de los clientes. Jungkook, detrás de él, sonrió tímidamente a los comensales mientras inclinaba su cabeza en signo de respeto. Seokjin, que servía las mesas, rio con diversión mientras su hermana, desde la caja, rodaba los ojos. Park se preguntaba cómo Ryujin y Yoongi no lograban congeniar como cuñados siendo tan escalofriantemente similares en algunos aspectos.

―Chicos, me alegra tenerlos aquí ―Seokjin se acercó a ellos con una sonrisa―. Y, sobre todo, me alegra que entraras así, Jimin. No recuerdo la última vez que nos saludaste decentemente ―y, sin siquiera disimular, golpeó su hombro con una bandeja.

―Aww, tan adorable ―Jimin respondió con una falsa sonrisa, frotando la zona del golpe―. Invité a Jungkookie a almorzar, así que espero un festín de los dioses.

―Por supuesto, no es para menos ―volteó hacia el chico del moño―. Es bueno verte aquí de nuevo, Jungkookie

―¡Quería felicitarlos a Yoongi hyung y a ti por su compromiso! ―exclamó―. Jimin hyung me lo dijo, por cierto. ¿Era algo que podía saber?

―Era algo que podías saber ―confirmó, dando palmaditas en su espalda―. De hecho, ya reservamos tu invitación para la boda.

―¿Lo hicieron? ―preguntó Jimin, frunciendo el ceño.

―Sí, es algo así como nuestro invitado de honor ―rio―. Por cierto, Yoongi está en la cocina hoy. Sé que le hará feliz verte y escuchar tus felicitaciones en persona.

―¿En serio? ―Jungkook se levantó de su asiento, extrañado―. Entonces, ¿puedo ir?

―Por supuesto, estás en casa.

Jungkook asintió, aún confundido, pero nada lo retuvo de dirigirse a la cocina con absoluta confianza. Jimin frunció sus labios cuando Seokjin tomó asiento junto a él.

―¿Acabas de deshacerte de mi cita?

―Oh, no, él de verdad le agradó a Yoongi y a mí, en serio. Fue casi como amor a primera vista.

―¿Por qué no puedo creerte? ¿Estás tramando algo?

―¿Qué podríamos tramar dos personas de buen corazón como nosotros? ―preguntó, casi ofendido.

―¡Jimin! ―el pelinegro hubiera continuado cuestionando a su amigo de no ser porque Taehyung apareció en ese momento, saliendo desde detrás del mostrador―. ¡Has venido a salvarme!

―¿Qué hacías en la cocina? ―lo miró extraño cuando se acercó, notando el delantal lleno de manchas―. Dime que no estabas ayudando a Yoongi hyung con la comida. No podré alimentar a Jungkook con lo que sea que hayas hecho.

―Solo estuve a cargo de lavar los platos ―refunfuñó, uniéndose a ellos en la mesa―. Se supone que vine aquí a ayudar a Hoseok para acercarse a Ryujin, pero ha salido corriendo como un cobarde apenas ella me ha saludado, ignorándolo por completo.

―Mierda, pobre hombre... ―murmuró con lástima, mirando a la chica en la caja que parecía bastante malhumorada por ver a su hermano mayor sentado en vez de haciendo su trabajo―. ¿Por qué no le das una mano? Es tu hermana ―miró a Seokjin.

―Y Hoseok sería un encanto como cuñado, lo sé. Pero ¿hola? Ryujin es de una generación diferente a la nuestra ―llevó una mano a su corazón―. Ella es inteligente.

―¿Acabas de decirnos idiotas?

―Es bueno que lo sepan ―palmeó la espalda de sus dos amigos, quienes lo miraron estupefactos―. No culpen a mi hermanita, en serio. Ella luce como una roca, pero en realidad no tiene experiencia con los hombres. Ni siquiera estoy seguro de que entienda cuando uno intenta coquetearle. Además, desde que empecé a salir con Yoongi, teme que todos los hombres sean como él.

Espero que seas feliz [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora