Jimin entró a su sala como cada mañana de su rutinario jueves, sin embargo, a diferencia de los otros días, sus estudiantes no estaban ocupados haciendo estiramientos, sino que todos, sin excepción, parecían haber encontrado algo mucho más interesante en sus celulares. Intentando llamar la atención de los jóvenes, tosió lo más alto que pudo, esperando que fuera suficiente para que notaran su presencia, pero acabó por frustrarse cuando ninguno de ellos lo hizo.
En serio, ¿qué pasaba por la mente de esos chicos? Ocho años atrás, cuando era un estudiante como ellos, su profesor lo hubiera echado de la sala de verlo actuar de esa manera. Afortunadamente para ese perdido rebaño de ovejas negras, él era mucho más blando que su profesor de danza contemporánea.
―Chicos ―aplaudió, obligándolos a girar. Tomó una caja cuando las miradas de todos finalmente estuvieron sobre él―. ¿Me pueden explicar por qué ninguno está haciendo sus calentamientos?
―Oh, profesor ―una chica dio saltitos mientras sostenía su celular―. Un chico de baile urbano de nuestra facultad se volvió popular luego de que alguien subiera un vídeo de él bailando.
―Increíble, de acuerdo. Pero ¿saben qué sería más increíble? ―sostuvo la caja con sus dos manos, extendiéndola hacia ellos―. Que todos apagaran su celular y lo pusieran aquí para comenzar a preocuparse por sí mismos. No quiero excusas como "me dejé el móvil en casa" o "no tengo celular", porque están demasiado usadas, así que dejen su celular en esta caja si no quieren que los deje fuera por hoy ―les enseñó una sonrisa―. Ahora, muévanse.
Como era de esperar, todos se quejaron, pero Jimin confiscó el celular de cada uno con la sonrisa más agradable de todas antes de indicarles que comenzaran a calentar.
―¿Alguien dejó su celular encendido? ―preguntó 5 minutos más tarde cuando el molesto ruido de un celular llenó la sala―. Porque recuerdo haberles dicho que lo apagaran.
―Creo que viene de su chaqueta, profesor Park ―señaló uno de sus estudiantes, provocando que todos en la sala rieran.
Jimin caminó hasta su chaqueta, intentando no mostrarse avergonzado por su propio desliz. Sus estudiantes seguían cuchicheando y riendo a sus espaldas, y lo correcto era cortar la llamada, pero no pudo ocultar la sonrisa en su rostro cuando en el identificador vio el nombre de Jungkook Jones.
―Sigan calentando, tengo que atender esto ―se excusó.
―¿No debería darnos el ejemplo, profesor? ―se burló uno de sus estudiantes, pero Jimin le dedicó una sonrisa burlona.
―No realmente. Soy profesor; mi trabajo es dar órdenes, no ser un ejemplo. Ahora, si me disculpan... ―les guiñó un ojo antes de salir de la sala, esperando que pudieran mantenerse tranquilos por el minuto que duraría la llamada.
―Buenos días, soy Jungkook Jones. Me gustaría agendar una cita con el señor Park Jimin para el 5 de abril, por favor ―dijo una cantarina voz apenas contestó, haciéndolo reír.
―Por supuesto, déjeme revisar mi agenda. Por cierto, ¿sería tan amable de decirme qué día cae el 5 de abril, señor Jungkook Jones? ―le siguió el juego.
―El próximo viernes ―contestó―. Y, antes de que digas que tienes que trabajar, debo decir esto: ¡Es el día del árbol!
―¿Y cómo eso último podría hacer una diferencia para mi horario laboral? ―preguntó, divertido.
―Los Jones amamos el día del árbol ―respondió―. Y tú eres mi primer amigo aquí, ¿de verdad piensas abandonarme en un día tan importante?
―Oh, así que recurrirás al chantaje emocional, de acuerdo. ¿Cómo podría decir que no a ello? ―rodó los ojos―. Pero, debo advertirte sobre esto, no estaré desocupado hasta las dos de la tarde.
―Entonces, podríamos almorzar juntos ―sugirió―. ¡Y, luego de eso, pasearemos por The Garden of Morning Calm hasta el anochecer!
―Eso parece una cita bastante larga.
―¡Lo es! Comeremos, plantaremos árboles juntos para conmemorar ese valioso día, pasearemos por el parque para tomar fotografías y esperaremos a que oscurezca para poder ver la atracción de luces ―prácticamente, chilló de emoción al final―. ¡Es el día soñado!
―De verdad te gusta el día del árbol ―comentó entre la incredulidad y ternura; no esperaba que Jungkook fuera el tipo de chico que disfrutaba esas cosas, pero, como siempre, el menor no dejaba de sorprenderlo.
―Mi hermano es botánico ―explicó―. Y, ya que estoy aquí, quiero mostrarle lo maravilloso que es esto. Solemos compartir las cosas que nos gustan.
―Eso es dulce... ―sonrió―. Creo que jamás he compartido nada con mi hermano mayor ―confesó en una risa―. Pero me encantaría pasar ese día contigo, Jungkookie. Intentaré ser un buen guía turístico para ti o, como mínimo, un buen acompañante.
―No tienes que esforzarte por lo último ―respondió juguetón―. Por cierto, no interrumpí tu trabajo, ¿cierto?
―Lo hiciste.
―¿Y qué haces hablando conmigo? ¡No sabía que podías actuar como un mal chico!
―Mis estudiantes no morirán porque los dejo solos unos minutos... o eso espero ―rio entredientes―. Lo siento, quería saber cómo estabas. No esperaba que madrugaras luego de cómo te divertiste anoche.
―Nada que un café no solucione ―le aseguró―. Así que no te preocupes por mí y ve a dar tu clase, ¡hablamos más tarde, hyung!
―Que tengas un buen día, Jungkook.
Jimin apagó su teléfono, volviendo a la sala con una sonrisa. Sus estudiantes, tan molestos como siempre, bromearon sobre si había conseguido novia o algo por el estilo, pero se limitó a ignorarlos y darles órdenes.
¿Que si había conseguido novia? No. Había conseguido algo mejor.
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Espero que seas feliz [JiKook]
FanficLa felicidad era, ciertamente, disposición y no posición. • Couple: Jimin x Jungkook [BTS] • Mención: Jinsu. • Género: drama, romance.