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Luego de un fin de semana lleno de diversión y momentos memorables, ni Namjoon ni Iris esperaban que, al reunirse con Jungkook en su departamento para cenar, lo encontrarían con una expresión tan seria. El chico, de hecho, tan comilón como era, ni siquiera dijo algo sobre la comida, sino que se limitó a caminar hasta el sofá, pidiéndoles con la mirada que ambos lo acompañaran.

Si Jungkook había estado ocultando su latente preocupación esos tres últimos días, entonces había hecho un buen trabajo. Aunque, para los mayores ahí, esconder la basura bajo la alfombra era algo en lo que el menor era bueno desde, probablemente, su infancia, pero habían sido lo suficientemente ingenuos como para creer que este dejaría de considerar sus emociones negativas como basura.

Porque Jungkook estaba mal. Y estaba mal, porque sabía que algo malo pasaba.

―Quiero que sean honestos conmigo ―dijo con la calma características de los Jones―. Desde que llegaron, solo pregunté una vez por papá y se suponía que después hablaríamos de ello. Sin embargo, hasta hoy, no han tocado el tema y me veo en la obligación de sacarlo por mi cuenta, porque no pueden esperar que no me preocupe al respecto ―se sinceró―. Díganme, ¿qué pasa con papá? Hablo con él a menudo, pero tampoco me cuenta las cosas importantes. Es el juramento de un médico el no entregar información sin el consentimiento de sus pacientes, sin embargo, ustedes no son médicos ni mi padre su paciente. Somos familia, en las buenas y en las malas. Y, si son malas, es momento de que me lo digan ahora ―dictaminó―. ¿Qué pasa con papá? ―volvió a preguntar.

―Jungkook... ―Namjoon tomó asiento a su lado, buscando su mano. Iris tuvo que apartar la mirada al ver el rostro del menor ensombrecerse―. Lo siento, solo no queríamos preocuparte cuando apenas estás cerrando tu semestre.

―¿Así que esperan hacerme esperar una semana más para saber qué está sucediendo? ―cuestionó mirando a su hermano con molestia.

―Por supuesto que no, no puedo ocultar el sol con un dedo ―aceptó muy a su pesar―. Sobre el tratamiento de papá... nada ha funcionado. Quimioterapia, radiación... nada ha dado el resultado que esperábamos. Teníamos esperanza en que las cosas mejoraran un poco doblando las dosis, pero eso tampoco ha sido suficiente. Su cáncer... su cáncer no mejora, Jungkook ―murmuró―. Y su médico piensa que sería mejor para él pasar un año en casa bajo cuidados paliativos, porque ninguno de los métodos ha dado luz verde.

―Un año...

―En el mejor de los casos ―añadió Iris, tomando asiento a su otro costado―. Lo siento, Kookie.

―Así que... ―carraspeó―. ¿Un año de cuidados paliativos es su mejor opción? ―y rio con amargura―. Deben estar bromeando. ¿Cómo morir lentamente en casa es siquiera una opción? ¡Lo dicen como si fuera fácil! ¡Lo dicen como si los dolores no fueran a arruinar su vida día a día!

―Jungkook ―llamó Namjoon, intentando contenerlo―. Hicieron lo que pudieron. Mandar a una persona a morir a casa puede sonar como una mierda egoísta para ti, pero muchos ni siquiera alcanzan a tener eso ―el menor lo miró con los ojos llenos de rabia―. Es así como funciona el mundo.

―No ―Jungkook se levantó―. No funciona así. ¡No funciona así a menos que queramos que sea así! ¿Papá aceptó eso? ¿Papá dijo que quería morir de esa forma? ¿¡Se lo han preguntado siquiera!?

―¿Qué insinúas? ¿Qué deberíamos darle la opción de suicidio asistido? ¿¡Qué más podría ser, Jungkook!? ―Namjoon levantó la voz también, sin saber qué más decir.

―¡Si la eutanasia fuera una opción, la aceptaría si eso es lo que quiere papá! ―declaró―. Así que ¡mierda! ¿¡Crees que quiero ver a mi padre morir!? ¿¡Qué clase de hijo querría ver morir al padre que ama!? ―cuestionó―. ¡Pero es el siglo XXI, hyung! ¡Es el siglo XXI y todavía no hay una maldita cura real para el cáncer! ¡Es el maldito siglo XXI y una persona aún debe elegir entre una muerte dolorosa o una muerte asistida! ¡Y algunos ni siquiera tienen eso! ―pasó sus manos por su cabello, harto―. ¡Eso no es para papá! ¿¡Ese maldito dolor!? ¡No es para papá! ¡No intentes razonar conmigo cuando es mi padre el que está muriendo!

Silencio. Frío y asfixiante silencio. Solo bastó un minuto para que Jungkook se arrepintiera de lo que acababa de decir, pero, antes de conseguir disculparse, solo pudo llorar. Llorar, porque su padre iba a morir por culpa del cáncer y ahora le había gritado incluso a su hermano.

Namjoon lo sostuvo, obligándolo a sentarse de regreso. Sosteniéndolo en sus brazos, palmeó su espalda con torpeza y soportó las lágrimas mientras el menor temblaba e intentaba susurrar perdón. Sabía que no había sido su intención lastimarlo. ¿Cómo podía enojarse con ese chico cuando estaba pasando por tanto? Solo un santo manejaría sus emociones tan perfectamente. La gente normal, en cambio, se ahogaría por el momento y se sobreesforzaría por intentar volver a la superficie. Y esos eran ellos; ese era Jungkook.

Jungkook se estaba ahogando, pero saldría de ahí como siempre, incluso si costaba.

―No es justo ―Jungkook sollozó, siendo abrazado fuertemente por Iris―. No es justo. Solo tengo 20 años, todavía necesito a papá conmigo.

―Lo sé, cachorro ―Iris lo acunó en sus brazos, llorando en silencio―. Lo sé, por eso planeamos llegar hasta el fin del mundo con tal de encontrar una solución ―prometió.

―Respecto a eso... ―Namjoon pasó una mano por su rostro, intentando calmarse mientras su hermano continuaba llorando―. Mamá e Iris han estado contactando gente, mucha gente. Hay un gran número de médicos haciendo ensayos clínicos, Jungkook. Y, aunque no es ni de cerca la opción más viable, es lo único que nos queda ―admitió con pesar, obteniendo la atención del menor―. Por el momento, mamá planea ir a la opción más cercana: Canadá. Planeábamos decírtelo... pronto. Mamá pidió un traslado a la universidad en la que hacía clases antes de mudarse a Estados Unidos, y planeamos ir todos con ella. Para estar con papá, planeo seguir mis investigaciones en casa; puedo hacerlo ―aseguró―. Veremos si papá... es compatible para los ensayos. Y, si lo es, él planea intentarlo.

―Pero pueden fallar ―añadió Iris con voz suave, aun abrazando al menor―. O puede que tu padre ni siquiera tenga lo que se necesita para ser un sujeto de pruebas ―expresó con amargura, sabiendo lo horrible que podía sonar eso―. Sin embargo, tu padre es... positivo al respecto. William realmente quiere aferrarse a esta vida, Jungkook ―aseguró Iris―. Y, si eso es lo que quiere, entonces lo apoyaremos.

―Ensayos clínicos... ―repitió Jungkook, secando sus lágrimas con brusquedad―. Es finalmente... todo lo que hay, ¿eh? ―bajó la mirada―. Pero... es mejor que nada. Si papá-si él... quiere intentarlo, también me quedaré a su lado ―decidió―. Así que... volveré a Estados Unidos con ustedes y... me prepararé para el traslado a Canadá.

―Se suponía... se suponía que te quedarías aquí por como mínimo otros dos meses más ―le recordó Namjoon, dubitativo.

―Si un año es posiblemente todo lo que me queda con papá, entonces dos meses aquí son innecesarios ―musitó tocando el anillo que Jimin le había regalado―. Dejaré o congelaré mi carrera, no importa. Papá es mi prioridad ahora. Además, soy yo... quien debe volver a donde pertenece ―sonrió tristemente―. Y Jimin lo entenderá.

―Probablemente, lo haga ―aceptó Namjoon―. Pero ¿te sientes listo tú?

No. ¿Listo para estar lejos de Jimin? No lo estaba. ¿Listo para volver a Estados Unidos y ver la vida de su padre marchitarse? No lo estaba. Pero, de todas las veces que la vida lo abofeteó, no hubo ni una sola vez que lo esperara. Así eran las cosas malas: Solo sucedían. Adaptarse, para Jungkook, era parte de la supervivencia del más fuerte. Él tendría que ser fuerte.

Por su padre, por su familia y por Jimin.

Por su padre, por su familia y por Jimin

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Espero que seas feliz [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora