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Jimin jamás imaginó que alguien, además de sus compañeros bailarines, apreciaría un espectáculo de danza tradicional tanto como lo hizo Jungkook. Este, como si no hubiera sido suficiente saltar de emoción como una pelota saltarina después del espectáculo, no paró de parlotear al respecto, diciéndole lo mucho que deseaba volver a ver un show así, mientras intentaba imitar los pasos de los bailarines. Como consecuencia, Jimin no solo lo llevó a ver los bailes originales de la región de Honam y la ciudad de Gwangju ese miércoles, sino que volvió a la semana siguiente junto a él para enseñarle los bailes originales de las provincias de Hwanghaebuk-do y Hwanghaenam-do de la actual Corea del Norte. Lo único que Jimin lamentó cuando el último espectáculo acabó fue no haberse atrevido antes a invitar a Jungkook al mes de danza tradicional. De otra forma, también lo habría visto disfrutar de los bailes originales de la región de Yeonnam y las ciudades de Busan, Daegu y Ulsan.

―No puedo creer que lleve un mes aquí, pero no hubiera visto nada como eso antes ―Jungkook agitó agraciadamente sus manos en el aire, fingiendo sostener unos abanicos―. ¿Crees que me vería bien en un hanbok femenino y agitando dos enormes abanicos llenos de flores? ―preguntó girando para ver a Jimin, quien caminaba tras él.

―¿De verdad no sabes la respuesta? ―preguntó con una pequeña sonrisa.

―Bien, por supuesto que me vería bien ―asintió, provocando que Jimin riera.

―Puedes hacer ese baile con un hanbok masculino.

―Pero los masculinos no son tan bonitos como los femeninos ―hizo un puchero―. ¿O sí lo son? Me hace falta un poco de cultura.

―Hay unos que podrían gustarte ―se paró frente a él―. También he bailado buchaechum, en un hanbok increíblemente hermoso, y no tuve nada que envidiarles a las chicas ―Jungkook rio, sorprendiéndose cuando Jimin acomodó uno de sus mechones de cabello detrás de su oreja―. Aunque, si quieres ponerte uno de chica, por supuesto que lucirías precioso.

―Dios... ―Jungkook tocó sus mejillas, esperando ocultar su rubor―. ¿Tienes un vídeo de tu baile?

―Probablemente.

―¿Me permitirás verlo? ―puso la mejor mirada de cachorro que pudo―. ¿Y el resto de tus presentaciones?

―¿De verdad quieres verlas?

―Podrías invitarme a tu departamento y darme un maratón ―sugirió, jugando con el segundo botón de su camisa―. Sé comportarme, en serio. La mayoría del tiempo soy un buen chico.

―¿Cuánto es la mayoría del tiempo?

―Eso es un buen tiempo ―susurró con una sonrisa traviesa―. ¿Tienes algo que hacer ahora?

―¿Un miércoles por la noche? ―preguntó, enarcando una de sus cejas―. ¿Acaso tú tienes un plan?

―Después de ver un espectáculo de danza como ese, no puedo ignorar las cosquillas en mis pies ―dio un paso hacia atrás―. Quizás no es un baile con abanicos, pero necesito impresionar al mundo con mis movimientos en una pista. ¿Te apuntas?

―¿Un miércoles por la noche?

―Ya hiciste esa pregunta.

―Sí, porque es miércoles por la noche ―Jungkook solo rio, girando sobre sus talones para buscar el club más cercano―. Mañana es día laboral.

―¡Eso es lo que lo hace incluso más divertido!

―No quiero hacer una clase de danza con resaca.

―Entonces, solo tienes que evitar beber ―señaló con obviedad.

―Si intento seguirte el ritmo, creo que mañana me dolerán hasta las puntas de los pies.

Espero que seas feliz [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora