[56]

3.3K 444 84
                                    

Jimin sonrió en dirección a sus amigos cuando los divisó entre el tumulto de gente que se había reunido ahí para presenciar las presentaciones del festival de verano en la universidad. Como uno de los maestros de la facultad de danza, aún tenía cosas por arreglar antes de poder reunirse con ellos, pero le aliviaba ver que, a pesar de que la boda de Seokjin y Yoongi era al día siguiente, todos estaban ahí para ver a Jungkook. La noticia de que el menor se iría en apenas unos días había tomado por sorpresa a todos, pero Jimin agradecía que nadie mostrara una expresión abatida frente a su novio. Las despedidas nunca eran fáciles, sin embargo, para él, eran especialmente tristes cuando solo se pensaba en el inminente adiós en vez de disfrutar el tiempo que les quedaba juntos.

Sabía que para Jungkook era igual.

―Por favor, dime que compraste un ramo de flores para él ―dijo Hoseok de repente, apareciendo junto a él, atareado―. La gente suele traer flores para felicitar a sus amigos y amantes, ¿sabes? Así que se verá realmente mal que no tengas ningún obsequio para tu novio, considerando que todos en la facultad saben de su relación.

―¿Desde cuándo te importa el qué dirán? ―rio.

―Solo no quiero que digan que Jungkookie se merece algo mejor. Es decir, es imposible que alguien ahí sea mejor que tú ―y señaló disimuladamente hacia la sala de prácticas, haciendo reír a su amigo con más fuerza―. ¿Entonces? ¿Dónde están las flores? Mi estudiante presentará dos números esta tarde, Jimin.

―No te preocupes, como estaba ocupado, le pedí a Taehyung que comprara específicamente unas Primula sieboldii violeta por mí.

―Oh, Dios, no sé qué es eso, pero espero que sean bonitas ―dijo mirando su reloj―. Mis chicos son el primer grupo en presentar, debo marchar ahora y... ―se detuvo, viendo como un grupo de cinco chicos salía de uno de los vestidores―. Y asegurarme de que todo esté en orden. Gracias a Dios, puede que esté incluso mejor para ti.

Jimin rodó los ojos antes de girar en la dirección donde miraba Hoseok. Los pupilos de Hoseok vestían ropas oscuras y cabellos desaliñados que los hacían ver increíblemente atractivos, pero ni así había alguien que le llegara a los talones a Jungkook. Con los jeans rasgados, varios botones de su camisa desabotonados y el cabello suelto y ondulado, Jimin lo comparó en su mente como un ángel caído del cielo.

Caído del cielo, porque, de hecho, lucía totalmente como el chico malo cliché de las novelas juveniles.

―Hey... ―Jungkook se detuvo a su lado con una sonrisa seductora. Jimin intentó no mirar demasiado su pecho tentadoramente descubierto―. ¿Vienes a desearme buena suerte?

―Soy un profesor aquí, solo estoy cuidando de mis propios chicos ―argumentó Jimin, alzando finalmente la mirada hacia él. Quiso golpear su cabeza al ver los grandes ojos del menor delineados de negro, un piercing en su ceja y otro en su labio―. Mierda.

―Jimin ―Hoseok carraspeó junto a él, recordándole que había más estudiantes ahí.

―Digo, cielos ―Jimin tosió, haciendo reír al grupo cerca de él―. ¿Son reales? ―preguntó, señalando las nuevas perforaciones.

―¿Quieres que lo sean? ―Jungkook se inclinó sobre él, mostrándose inocente―. Si crees que sería interesante, por ti me perforaría la lengua ―aseguró, antes de enseñarle la lengua. Jimin agradeció que Hoseok tomara la oreja de su estudiante en ese momento o seguro nada lo habría detenido de saltar sobre él y comerle la maldita boca―. ¡Ay, ay! ―Jungkook se quejó cuando su oreja fue tirada para después ser empujado en dirección a sus compañeros―. Estamos en el siglo XXI. ¿Qué clase de comportamiento arcaico es ese, profesor? ―se quejó.

Espero que seas feliz [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora