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Jungkook y Jimin permitieron que los niños curiosearan un momento a solas mientras los miraban desde una distancia prudente. Habían hecho una parada para comprobar que el lirio de tigre había florecido y Jimin aprovechó la mirada vigilante de Jungkook en los pequeños para aprovechar de fotografiarlo junto a su flor de nacimiento, perdido en la escena a pocos metros de él. Solo bastaron cinco minutos para que los mellizos y Yoobin notaran lo que estaba haciendo y no demoraron en correr hasta Jones, queriendo salir en las fotografías también. Jimin disfrutó del momento, fotografiando al trío de revoltosos que posaba alrededor de Jungkook. Este último no hizo más que sonreír y darle miradas cómplices, disfrutando de toda la atención.

―¿Quién quiere un helado? ―preguntó Jimin luego de la sesión fotográfica, recibiendo respuestas entusiastas de parte de sus sobrinos―. Está bien. Seungbin, Seungkwon, acompáñenme hasta el puesto para comprarlos; serán los ayudantes de tío Jimin el día de hoy ―determinó riendo cuando los pequeños tomaron su rol en serio, apresurándose en tomarlo de la mano―. ¿Algún sabor de preferencia, Yoobin? ―le preguntó a la niña que permaneció sentada junto a Jungkook.

―Chocolate está bien ―respondió con una sonrisita.

―¡De acuerdo!

―¿No me preguntarás a mí? ―señaló Jungkook antes de que el mayor consiguiera escabullirse.

―Jungkookie ―Jimin rio mirándolo por sobre su hombro―. No podría llamarme a mí mismo tu novio de no conocer tus gustos ―dijo altivamente―. Llevo años de exhaustivo estudio, ¿sabes?

Jungkook rio viéndolo marcharse junto a los más pequeños. Girando hacia Yoobin después, pudo notar como esta, repentinamente, parecía inquieta por algo. Pero ¿qué pudo haber sucedido en ese corto lapsus de tiempo para que el rostro de Yoobin se ensombreciera?

―¿Hay algo que quieras decirme, Yoobin? ―preguntó con gentileza.

―De hecho... sí ―musitó jugando con sus dedos―. Oppa ―y volteó a verlo―. Estaba tan feliz con todos que... casi olvidé algo importante ―admitió con tristeza―. Mamá dijo que estabas aquí de intercambio. ¿Eso no significa que volverás a Estados Unidos?

La sonrisa de Jungkook también se desvaneció, transformando todo su rostro en una expresión neutral. Metódico, tomó la mano de la pequeña, buscando una manera para decirlo sin que resultara tan difícil de escuchar. Pero ¿no era la verdad, la mitad de las veces, algo difícil de escuchar?

―Tienes razón, Yoobin ―cedió―. Llegado el momento, tendré que volver a Estados Unidos.

―Pero... ¿y nosotros? ―preguntó. A Jungkook le llamó la atención el pronombre utilizado―. ¿Qué pasará con todos nosotros? ―prosiguió angustiada―. Jimin oppa, Seungbin, Seungkwon y yo... ¿ya no te volveremos a ver?

―Yoobin...

―¿No está Estados Unidos muy muy lejos? ―preguntó sin darle tiempo de hablar―. Si Estados Unidos está tan lejos como los adultos dicen, ¿significa que no podremos reunirnos como ahora? Solo es la primera vez y... ¿ya no volverá a repetirse?

Darling... ―Jungkook tocó su mejilla con calma, sonriéndole―. Incluso si tuviera que irme mañana, sé que habrá más momentos como este ―le aseguró―. Tanto como tengo una razón para estar en Estados Unidos, también tengo una razón para quedarme aquí. Viajar hasta el otro lado del mundo no significa nada si es que puedo ver a la gente que quiero ―los ojos de la niña se humedecieron―. Además, ¿lo sabes? ―dio un toque en su nariz―. Las personas que amamos, sin importar donde estén, las llevamos en el corazón. Así que, ya que me quieres y te quiero, siempre estaré contigo y siempre estarás conmigo. ¿Eso es suficiente para ti?

Espero que seas feliz [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora