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―Buenas tardes, profesor.

Hoseok miró fijamente a su estudiante cuando este apareció en el restaurante, sosteniendo la mano de Jimin. Abriendo y cerrando la boca como un pez, se preguntó qué era lo correcto para decir en una situación así. Jamás se había relacionado con Jungkook, no más allá del vínculo profesor-estudiante. Pero, por la manera en que este estaba siendo tan cercano a Park, podía deducir que ya no solo debía verlo como un estudiante.

Jungkook, aparentemente, se estaba volviendo uno de ellos. De otra forma, no había explicación para la rapidez con la que Seokjin y Yoongi abandonaron sus sitios, yendo a sentarse con ellos también.

―Jungkook-ah, no tienes... no tienes que llamarme profesor fuera de la universidad ―explicó Jung, sintiéndose tímido de repente―. Puedes llamarme hyung, siempre y cuando no estén tus compañeros presentes.

―Oh, se siente como si acabara de escalar una gran montaña. ¡De acuerdo, hyung! ―aceptó felizmente, girando hacia la otra pareja con una sonrisa―. Hola, Seokjin hyung. Hola, Yoongi hyung.

―Parece que alguien está de muy buen humor hoy ―Seokjin dijo con una sonrisa sugerente―. ¿Algo nuevo que contar, chicos?

―¿Para qué acribillarnos? Seguramente, Taehyung ya lo escribió por el grupo ―respondió Jimin―. Jungkook y yo estamos saliendo, sí. Y sé que están felices por ello, sí. Pero, por favor, dejen de sonreírnos como maniacos o me veré obligado a llevarlo a otro lugar donde no lo intimiden.

―Pero no me siento intimidado ―contradijo Jungkook, haciendo corazones con sus dedos―. Hyungs, los quiero. Muchas gracias por bendecir nuestra relación.

―No los hagas sentir tan importantes ―bufó Jimin, pero el menor solo rio, apoyándose contra él.

―Hey, somos importantes; deberías saber reconocer nuestra importancia ―se quejó Seokjin, ofendido―. Nos preocupamos por ti, buscamos tu felicidad, ¿y así nos pagas? ¿haciéndote el chico duro? ―señaló―. Al menos, deberías agradecerme por no dejarte morir de hambre ayer. Comiste lo que te envié, ¿cierto?

―¿Uhm? ―Jimin miró a Jungkook, recordando que este le había llevado comida que ni siquiera llegó a probar―. Oh, sí ―asintió, sonriendo―. Lo comí todo, estaba delicioso. Muchas gracias por enviarlo, hyung.

―Mierda... ―Yoongi se cruzó de brazos, mirándolo con asco―. Seokjinie, ni siquiera le creas una palabra; él, definitivamente, no está hablando de algo comestible ahora.

―Entonces, ¿de qué...? ―Seokjin calló al ver la sonrisa de Jungkook mientras jugaba con los dedos de Jimin―. Oh, bien, buen provecho, de todas formas ―rio―. Por cierto, me gusta los chicos que apuntan a lo que quieren.

―Hyung ―Jungkook gruñó―. Lo he entendido.

―¡No puedo creer que seas tan rápido!

―Chicos, chicos ―Hoseok cubrió su rostro―. ¿De verdad hablarán de sexo en medio de la comida? Y, hyung, no molestes a Jimin y Jungkook; todo lo que hagan es problema de ellos. Además, no es como si tu fueras un santo o algo similar.

―Correcto, es por eso por lo que estoy hablando de esto. Jungkook es justamente mi tipo, quizás somos hermanos perdidos ―aclaró, chocando sus cinco con el menor cuando este le extendió la mano―. Eso es, cariño, estoy orgulloso de ti.

Jimin suspiró con rendición, de acuerdo con lo que escuchaba; Seokjin y Jungkook fácilmente podrían considerarse almas gemelas teniendo en cuenta lo maquiavélicos que podían llegar a ser. Aún así, Yoongi parecía bastante satisfecho con esa resolución, como si estuviera orgulloso de Jungkook tanto como el mayor.

―¿Ryujin no trabaja hoy? ―preguntó Jungkook de repente haciendo un puchero al no divisar a su amiga―. Es una lástima, le pedí a Jimin hyung almorzar aquí solo para verla. Supongo que tendré que conformarme con un mensaje.

―Sí, él me ha arrastrado de acá para allá solo para presumirme ―dijo Jimin en un falso suspiro―. No esperaba pasar nuestro primer día de relación así. Estaba pensando en algo más como... ―presionó sus dedos contra la nuca del menor―. Tiempo de calidad, pero solo entre los dos ―bajó la voz, susurrando en el oído del contrario.

―¿Hola? Seguimos aquí, por favor ―Seokjin rodó los ojos. Jimin dejó un beso en el cuello del joven antes de mostrarle la lengua a su amigo―. Y sí, lo siento, Ryujin no trabaja hoy. ¿Por qué crees que Hoseok está aquí?

―¡Hey! ―el chico se quejó, enrojeciendo―. No me expongas frente a Jungkook. Soy su profesor, necesito que piense que soy genial.

―Creo que eres genial ―apoyó el menor, obteniendo una sonrisa brillante de Hoseok―. Pero, hyung, también creo que es estúpido que vengas a este sitio solo cuando la chica que te gusta se ausenta ―y ahora todos en la mesa rieron―. Lo siento, estás haciendo las cosas al revés.

―Ah... no soy muy bueno en esto, lo siento ―balbuceó, pasando una mano por su cabello con torpeza―. Sería genial tener algo más de determinación, pero de verdad mis piernas se ponen como gelatina solo con verla ―admitió, cubriendo su rostro con bochorno.

―Te daré una mano ―dijo Jungkook, extendiendo su mano para darle golpecitos en el hombro―. Haremos senderismo el sábado. Taehyung y Chaewon ya están dentro. Por supuesto, planeo convencer a Ryujin de ello también. Así que ¿por qué no te nos unes? ―sonrió―. Seokjin hyung y Yoongi hyung también están invitados. Al fin y al cabo, ya sabes lo que dicen: Mientras más, mejor.

―¿Crees que eso funcione? ―preguntó Yoongi―. Hoseok de verdad es... muy torpe cuando alguien le gusta ―e intentó no reírse de su amigo.

―Funcionará, porque estaremos ahí para apoyarlo ―determinó―. La probabilidad de arruinar una cita de dos es bastante alta. ¿Una salida grupal entre amigos? Definitivamente, no ―sonrió, girando hacia Jung―. Anímate, hyung. Sé que tendrás un avance al finalizar el día.

―Entonces, es un hecho ―Seokjin asintió, animado―. ¡Hace tiempo que no nos tomamos un día libre! Así que ya va siendo hora, ¿no, gatito? ―preguntó a su prometido.

―Aunque preferiría pasar un día libre durmiendo... ―suspiró―. Sí, bueno, cuenten conmigo.

―Chicos... ―los ojos de Hoseok lagrimearon―. Muchas gracias, no sé qué haría sin ustedes

Seokjin lo abrazó por los hombros, intentando que dejara de llorar. Yoongi rio, acostumbrado a esas escenas, y Jimin se limitó a inclinarse sobre su novio, tomando su mano bajo la mesa.

―Entonces, ¿es tu día de ser celestino? ―se burló.

―Recibí una gran dosis de amor anoche, así que, como soy un buen chico, la estoy compartiendo con otros ―respondió con un guiño―. Aunque... ―bajó la voz, acercándose a su oído―. Tendrás que reponérmelo más tarde; comienzo a sentirme vacío sin ti.

Jimin mordió su labio, satisfecho con el descaro del menor. Y, cuando este besó su mejilla, fingiendo ser el angelito que no era, rio en voz baja, solo porque sí. Quizás, sencillamente, era tan feliz, que ni siquiera necesitaba una razón para reír.

 Quizás, sencillamente, era tan feliz, que ni siquiera necesitaba una razón para reír

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Espero que seas feliz [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora