[09]

4.7K 689 166
                                    

Jimin despertó, desorientado. Estaba envuelto hasta el cuello en el cobertor más cálido y suave que había conocido en su vida y un delicioso aroma se estaba colando dentro del cuarto; cuarto que, por cierto, ni siquiera era de él.

Frotó sus ojos y se estiró, sintiéndose extrañamente bien, a pesar de haber bebido por montón la noche anterior. Se puso de pie, inspeccionando el pequeño y prolijo dormitorio. Sonrió cuando sobre el escritorio encontró fotos de Jungkook con, la que suponía, era su familia. Otro chico con rasgos coreanos estaba en la mayoría de las fotos, pero, por lo demás, todos eran extranjeros. Absolutamente, todos. Jimin por primera vez se preguntó por los detalles de la diversa familia del menor, pero, por lo que se podía ver en fotos, la felicidad de todos ahí era bastante genuina.

"Lindo" era todo lo que podía pensar al ver a Jungkook con las personas que amaba, porque no había otra manera de describir esa preciosa sonrisa dental y ojos arrugados de pura emoción.

Dejando de inspeccionar las fotos, miró por la ventana, intentando identificar el sector en el que estaba. Se sorprendió al descubrir que Jungkook vivía solo a una calle de donde él vivía, en un bloque de edificios por los que pasaba cada mañana y tarde cuando iba y volvía del trabajo. ¿Así que incluso estaban viviendo cerca? ¿Podían existir tantas coincidencias siquiera?

―Oh, buenos días ―Jungkook lo saludó con una sonrisa cuando, al salir del cuarto, lo encontró preparando el desayuno en la cocina―. El desayuno casi está listo. Puedes usar el baño por mientras, es la puerta al lado de la habitación ―señaló.

Jimin asintió, entrando al baño sin decir nada. Ya le había causado demasiadas molestias al menor, así que se aseguraría de lucir presentable y comer su desayuno con una sonrisa. Mirándose al espejo, una risa brotó de su boca cuando, al intentar peinar su cabello hacia atrás, descubrió en su frente el dibujo de una estrella. ¿Qué había estado haciendo Jungkook mientras dormía?

―Honestamente, cuando veo dramas coreanos con mi madre, siempre veo que los coreanos hacen una comida especial para la resaca ―dijo Jungkook apenas lo escuchó regresar―. Lamentablemente para ti, no la conozco, así que tendrás que conformarte con lo que te daré ―dio la vuelta, sirviendo dos tazas de café sobre la pequeña mesa para 4 personas―. De donde yo vengo, no hay nada que no mejore una taza de café.

―El café está bien, gracias ―aceptó con una sonrisa.

―¡Y tengo algo más! ―Jungkook tomó un plato lleno de panqueques para después depositarlos frente a él―. Son mi especialidad, así que no me digas que no te gustan o lloraré.

―No me atrevería a hacerte llorar, Jungkook. Tu cara es demasiado linda para ensuciarla con lágrimas.

―Oh ―Jungkook tomó una lata de crema, dibujando sobre la cima de los panqueques―. Es decir que, si fuera feo, estaría bien hacerme llorar.

―Mierda, ¿por qué mis cumplidos son tergiversados de esta forma? ―Jungkook rio como un niño y Jimin miró avergonzado sus panqueques―. ¿Una carita feliz?

―No estaba seguro de si preferías una estrella o una carita feliz ―sonrió ladeado―. Es mi manera de felicitarte por ser un buen borrachín; no me diste ningún problema.

―Me alivia que digas eso, porque ni siquiera recuerdo como llegué aquí ―confesó abochornado―. Fui demasiado intenso para nuestro tercer encuentro, ¿no?

―Qué va, fuiste todo un pancake ―señaló―. ¡Incluso podría ser ese tu nuevo apodo!

―Dios, por favor, no ―cubrió su rostro―. Los chicos se reirán de mí si te escuchan llamarme pancake frente a ellos.

Espero que seas feliz [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora