Jimin miró atentamente el rostro dormido de Jungkook. Sin importar el tiempo que pasara mirándolo, no podía creer que el chico junto a él era aquel pequeño niño del que hace años cuidó. Más impactante aún, era la manera en que se sentía por él. Bien podría reír como un desquiciado, burlándose de las vueltas de la vida, o podía seguir ahí admirándolo en silencio, aceptando sus sentimientos.
Por supuesto, había hecho lo último. Además, la sonrisa tonta grabada en sus labios, que hacía que sus comisuras dolieran, era bastante satisfactoria.
¿Cuándo fue la última vez que se había sentido así de feliz?
―Hmm... ―Jungkook frotó sus ojos, enfocando su mirada en Jimin con somnolencia―. No estás teniendo un gay panic, ¿cierto?
―No esperaba que eso fuera lo primero que dijeras tras despertar junto a mí ―admitió, inclinándose sobre él para rozar sus labios en un inocente beso―. ¿Eso responde tu pregunta? ―preguntó en voz baja contra su boca.
―Repítemelo para estar seguro ―pidió.
Jimin rio entredientes, enredando sus dedos en su cabello para volver a inclinarse sobre él, besándolo con más profundidad. Jungkook suspiró con satisfacción mientras se aferraba a él con brazos y piernas, sin querer dejarlo ir.
―Dios, eres tan bonito ―Jimin dejó un beso en su mejilla, distanciándose lo suficiente para verlo a la cara―. Es agradable poder decirlo en voz alta. Creo que he estado fantaseando contigo desde que nos encontramos en el club.
―Tendremos que recuperar esos dos meses perdidos de alguna forma...
Jimin sonrió cuando Jungkook le arrugó la nariz adorablemente, como si no tuviera segundas intenciones con sus palabras. Acariciando su mejilla y repasando sus facciones, dio especial atención a la pequeña cicatriz en su rostro.
―No recuerdo que tuvieras esa cicatriz... ―murmuró, delineándola―. ¿Cómo te la hiciste?
―Fue en Estados Unidos. Llevaba poco tiempo ahí, los chicos de high school creyeron que sería divertido burlarse de mí por ser asiático y un sabiondo, así que, como los ignoré, entendieron que era más fácil golpearme ―Jimin dejó de acariciarlo, sin saber qué cara poner―. También los golpeé, por supuesto, pero eran cuatro y me ganaban al menos por tres años, así que... ―hizo una mueca con los labios―. Me dejaron ese recuerdo.
―Para nada agradable ―susurró.
―Para nada agradable ―aceptó con una sonrisita―. Pero las personas tienden a odiar lo que es diferente de ellos. Para esos chicos, yo era un fenómeno. Irónicamente, sucedió aquí también, siempre que el resto se enteró de que mi padre es extranjero.
―Parece que no importa a dónde vayas, siempre existirá gente terriblemente xenófoba ―dijo Jimin apenado―. Siento que tuvieras que pasar por todo eso, Kookie.
―No importa, lo sobrellevé ―aseguró―. Soy bueno lidiando con personas con bajo nivel cognitivo.
―Considerando que eres un genio, eso significa que tienes que lidiar con ese tipo de personas todos los días ―se mofó, pero Jungkook solo rio, escondiéndose en su pecho―. ¿Al menos me dirás que no todo ha sido tan terrible en América? Porque no quiero pensar que has estado lidiando únicamente con ese tipo de personas a diario desde tus 12 años.
―Jamás fui bueno forjando lazos ―admitió en voz bajita―. Lo que no tiene sentido, ¿sabes? Estoy seguro de que podría ser el alma de la fiesta a donde sea que vaya ―Jimin rio―. Pero conocí a Nam, te lo dije. Y entonces no solo conseguí un mejor amigo, sino que también a un hermano.
―¿No es tu hermano mayor que tú?
―Si no tuviera tanta afinidad con los chicos mayores, no habría terminado contigo ―le recordó, rozando sus labios contra su pecho―. Además, desde que me fui a Estados Unidos, jamás tuve oportunidad de hacer amigos de mi edad ―admitió―. Pasé por un ingreso especial y fui promovido por tres años más basado en mis resultados. Los adolescentes odiaban tener a un mocoso en su aula y odiaban aún más que ese mocoso fuera mejor que ellos en todo. Creo que pateé el trasero de varios grandulones incluso en clase de deporte ―rio divertido, bastante orgulloso de sí mismo―. Pero jamás me aceptaron, su excusa para mis logros siempre se basaba en It's because it's chinese ―gruñó―. Así que el odio era mutuo.
―Suenan como un grano en el trasero ―Jungkook rio, aplastando su rostro contra su pecho―. Espera, no me dijiste que te saltaste tres grados.
―Detalles.
―¡No son detalles! ―respondió ofendido―. Cuando dije que eras un genio, no pensé que estuviese comprobado ―pero Jungkook continuó riendo―. ¿Te sentiste muy solo?
―Un poco, sí... ―suspiró―. Pero tenía a papá; sabía que podía soportarlo todo con su apoyo. Así que, en vez de deprimirme, decidí tomar lecciones de baile. Cada vez que estaba triste o enojado, dejaba ir todo con la música, y entendí por qué era tan importante para ti ―sonrió―. Cada vez que bailaba... podía sentirme un poco más cerca de ti. ¿Crees que es tonto?
―No ―acarició su cabello―. Se siente como... si de alguna forma hubiera estado contigo, y eso es lindo. Me gusta saber que mi recuerdo fue algo esencial para ti.
―Hyung... ―Jungkook se separó, buscando su rostro―. Francamente, desde que mis padres se separaron y me mudé a Seúl con mi madre... siempre fuiste la razón por la que fue más fácil crecer ―confesó―. Me tendiste la mano cuando el resto no lo hizo. Me aceptaste tal cual era cuando ni siquiera mis compañeros pudieron hacerlo. No te reíste de mi forma de expresarme, de mi acento, de mis palabras o de mis gustos. Y, a pesar de nuestra diferencia de edad, jamás te ofendiste cuando sabía más de algo que tú, sino que me reconociste y me hiciste sentir bien con mis conocimientos a diferencia de muchos que creyeron que intentaba rebajarlos ―sonrió con honestidad―. Es por eso que me gustas muchísimo.
―¿Por qué estuve ahí cuando el resto no?
―No, tonto, escúchalo bien ―dio un golpecito en su nariz―. Me gustas, porque siempre fuiste el mejor entre todos. Jimin hyung es mi número uno.
Jimin guardó silencio, sin saber qué responder. Escuchar que era el número uno de alguien era tan sorprendente como increíblemente fascinante. Nadie lo había puesto en primer lugar antes. Y no, no se trataba de ser el primero en el corazón de Jungkook, pues sabía que compartía ese valioso espacio con más personas, sino que, entre todos, él era su elección. En ese mundo diverso, lleno de personas, Jungkook decidió concederle el primer lugar. Y solo alguien maravilloso podía tener tan sorprendente lugar.
Jimin se sentía maravilloso.
―Gracias ―murmuró después de un minuto, conmocionado―. Yo... me esforzaré por seguir siendo tu número uno.
―Hyung... ―Jungkook volvió a abrazarlo, feliz―. No tienes que esforzarte. Solo siendo tú fue suficiente para mí.
Porque Park Jimin fue un chico maravilloso desde el principio de sus días.
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Espero que seas feliz [JiKook]
FanfictionLa felicidad era, ciertamente, disposición y no posición. • Couple: Jimin x Jungkook [BTS] • Mención: Jinsu. • Género: drama, romance.