Espero que seas feliz [JiKook]

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Jimin se mantuvo de pie junto a su auto viendo a Jungkook tocar el timbre de la que solía ser su casa. Era un día agradable a finales de primavera y, considerando que a fin de mes sería la boda de sus amigos, Park consideró que sería bueno aprovechar los días poco ajetreados para volver al parque botánico con Jungkook y, tal como prometieron, ver su flor de nacimiento finalmente florecer. No obstante, se sorprendió cuando el menor dijo que sería agradable visitar el parque con los niños. Más sorprendente todavía, Jungkook no limitó el término "niños" a los pequeños mellizos Park, sino que también mencionó el nombre de su media hermana con total seguridad por primera vez en su vida.

Jungkook, quien odiaba la sola idea de ver a su madre o volver a su casa de infancia, estaba de pie frente a ese lugar juntando todo el coraje que se necesitaba para invitar a su hermanita a pasar la tarde con él.

―Oh-uhm, hola, Dongchan-ssi ―saludó el menor a su padrastro, agradeciendo que fuera él quien abriera la puerta y no su madre.

―Jungkook ―el hombre sonrió con cordialidad, escondiendo lo mucho que le sorprendía tener al joven ahí―. ¿Vienes a ver a tu madre? Acaba de salir hace un rato, pero puedes espe-

―No ―interrumpió de inmediato―. En realidad, a quien vine a ver es a Yoobin ―aclaró―. Me preguntaba si me darías permiso para llevarla al parque botánico. Iremos con Jimin hyung y sus sobrinos, por lo que pensé que podría interesarle ―murmuró tocando su cabello con nerviosismo.

El hombre sonrió aliviado de ver el esfuerzo de Jungkook por pasar tiempo con la pequeña Yoobin. Llamando al nombre de la niña, ni siquiera le dio el tiempo al joven de reaccionar cuando Yoobin ya estaba ahí, abalanzándose sobre este mientras gritaba "hermano mayor".

―Yoobin ―llamó Dongchan cuando la niña se apresuró en hablar de todo y de nada antes de que Jungkook pudiera emitir una palabra―. Jungkook vino a invitarte al parque botánico ―Yoobin cerró la boca y volteó hacia su padre, expectante―. También irá Jimin, el hijo de los vecinos Park, y los mellizos Seungbin y Seungkwon, sus sobrinos. ¿Quieres acompañarlos?

―¿Ahora? ―el hombre asintió―. Y... ¿puedo jugar con los otros niños?

―Por supuesto ―Jungkook sonrió revolviendo su cabello con dulzura―. Estoy seguro de que Seungbin y Seungkwon estarán felices de tener a alguien más para jugar.

―Pero... nunca he hablado con ellos antes ―musitó tímida―. Asistimos a la misma escuela, pero son un grado menor. Tampoco... tampoco hemos hablado cuando ellos visitan a sus abuelos ―explicó.

―Está bien ―Jungkook la calmó con amabilidad―. Siempre hay una primera vez para todos, Yoobin. ¿Por qué no les das una oportunidad a los mellizos? ―preguntó extendiéndole su mano―. Ya les hablé de ti y están ansiosos por conocerte.

―De acuerdo ―Yoobin tomó su mano con confianza, regalándole una sonrisa de oreja a oreja―. ¡También quiero conocerlos y salir contigo! ―giró hacia su padre―. Papi, dile a mamá que he salido con mi hermano y que no se preocupe.

―Cómo usted diga, madame ―el hombre rio viendo como la niña agitaba su mano libre en su dirección para luego darle la espalda, ansiosa por empezar el viaje.

―Por cierto... ―mencionó Jungkook mientras caminaban a donde Jimin los esperaba―. Hay alguien a quien quiero presentarte.

―¿Alguien más además de nuestros vecinos? ―preguntó con curiosidad.

―No es ese tipo de presentación, en realidad... ―rio entredientes, deteniéndose frente a Jimin―. Yoobin, quizás ya conoces a Jimin, el hijo menor del matrimonio Park ―señaló y la niña asintió, viendo al hombre que solo conocía de lejos, pues nunca se había relacionado con sus vecinos―. Jimin es mi novio, Yoobin.

―¿Un chico? ―preguntó de inmediato, mirando al pelinegro con expectación―. ¿No una chica?

―No una chica ―confirmó Jungkook―. Solo Jimin.

―¿Y solo Jimin está bien para ti? ―miró a su hermano, quien sonrió divertido y asintió―. Entonces, está bien para mí.

―Oh, me alegra escuchar eso, incluso si el solo delante de mi nombre es un poco... auch ―bromeó provocando que Jungkook riera. Yoobin lo miró con curiosidad cuando el mayor se inclinó sobre ella―. Mucho gusto, Yoobin ―le extendió su mano―. Eres la primera persona de la familia de Jungkook ante quien tengo el gusto de presentarme, así que estoy muy feliz.

―¿¡Soy la primera!? ―preguntó emocionada, tomando su mano―. Ki Yoobin, hermana menor de Jungkook oppa. Sé que nuestros apellidos son distintos y nuestros rostros también, pero aun así soy su hermana ―aseguró―. Así que, por favor, cuida bien de él, Jimin oppa ―pidió haciendo una reverencia.

Jimin cubrió su boca con ternura, murmurando lo linda que era. El halago fue suficiente para que los ojos de la niña brillaran, mirando con ilusión al joven. Jungkook sonrió aliviado de ver que ambos parecían congeniar perfectamente, porque, aunque Yoobin jamás había estado presente en su vida ni viceversa, quería que ella se sintiera parte de esta lo más que pudiera. La pobre relación con su madre no tenía que afectar el vínculo con la pequeña niña que ahora gritaba que sí con entusiasmo cuando Jimin le preguntó sí estaba lista para la mejor tarde de su vida.

Al fin y al cabo, los niños no tenían la culpa de los errores de sus padres. Y Yoobin solo era alguien que, incluso desde antes de su nacimiento, quedó atrapada en medio de dos extremos. Extremos que, en ninguna circunstancia, los niños debían elegir.