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Jimin se dirigió al salón de Hoseok tras el término de su clase, pues habían acordado almorzar juntos. No obstante, no esperaba que la clase de su amigo aún no concluyera ni mucho menos que, al pararse en la puerta, se encontrara a Jungkook justamente en el centro de una coreografía. No importaba que el chico estuviera siendo acompañado por cuatro compañeros más en la agrupación, era notorio que las miradas de todos estaban sobre él debido a sus impecables movimientos que seguían la pista Love shot en el fondo. Viendo la rosa que el menor sostenía entre sus labios, Jimin intentó no mostrarse afectado por su desplante ni vestuario. Y realmente se esforzó por no rodar los ojos cuando Jungkook tuvo el suficiente descaro como para arrojar la rosa en dirección a sus compañeras, quienes no fueron ajenas al gesto.

Sí, Jungkook había crecido siendo completamente consciente de sus encantos y no solo eso, sino que incluso parecía orgulloso de lo que causaba en el resto. Por otro lado, a pesar de lo impresionante que era verlo bailar en persona, no podía ignorar ciertas miradas de envidia sobre su joven novio. Nada sano, lamentablemente. Pero a nadie le gustaban los chicos nuevos que llegaban a robarse el protagonismo.

―Bien, chicos, eso es todo por hoy ―Hoseok aplaudió cuando la canción acabó y todos los estudiantes respiraron por fin―. A los que aún faltan por presentarse, los calificaré en la siguiente clase. Sobre todo, por favor, recuerden nuestro concepto, ¿sí?

Los estudiantes respondieron positivamente, aunque no con tanta energía. Jimin los vio desfilar fuera de la sala mientras Jungkook era el único que hacía una reverencia en agradecimiento a sus acompañantes a pesar de que estos no parecieron prestarle demasiada atención. Solo bastó un minuto para que en la sala quedaran solo ellos tres.

―Contrariamente a los rumores, no diría que eres popular entre tus pares ―se atrevió a decir Jimin caminando hasta el menor.

―Jungkook sobresale mucho ―señaló Hoseok, revisando algo en su celular―. Entiendo a los chicos, pues se sienten intimidados. Además, no es solo el hecho de que Jungkook baile bien, sino que transmite todo con su baile. Hay cosas que no se pueden conseguir solo con técnica ―suspiró, mirando al menor―. Siento si te uso para desafiarlos, Jungkook. Pero a veces es necesario aumentar el espíritu competitivo de los chicos.

―Espíritu competitivo... ―repitió peinando su flequillo hacia atrás―. Siempre he odiado que tengamos que competir entre nosotros, pero es la manera en que funciona este rubro, así que lo entiendo ―se encogió de hombros―. Sobreviviré.

Hoseok le dirigió una sonrisa apenada antes de girar y guardar sus pertenencias. Jimin, en tanto, se paró frente al menor, tirando un poco del cuello de su camisa.

―¿Qué tan necesaria era esta transparencia? ―preguntó con calma.

Pancake, comparto vestuario con esos chicos; ellos han visto partes de mí mucho más impresionantes que esta camiseta ―señaló, tomando su mano para apartarla―. Además, no me toques, creo que están sudando partes de mi cuerpo que ni siquiera sabía que podían sudar. Se supone que solo debo mostrarte lo mejor de mí.

―Pequeño tonto ―Jimin rio entredientes tirando de su camiseta para obligarlo a inclinarse. La piel de Jungkook se puso de gallina cuando el mayor recorrió su cuello con su lengua―. Te he hecho sudar más de lo que lo haces cuando bailas, así que no seamos tan recatados solo porque Hoseok está aquí también ―susurró mordiendo uno de sus lunares―. Casi me convierto en un charco hace un momento solo con verte bailar. No me des ese tipo de sorpresas.

―No me dijiste que vendrías ―respondió, mirando sus ojos―. De haberlo sabido, me hubiera asegurado de ser mucho más sugerente.

Jimin sonrió con ironía, admirando el descaro del menor. Sin embargo, ya que dos podían jugar ese juego y no le gustaba perder, obligó a Jungkook a dejar de sonreír al tocar su entrepierna. Los ojos del menor se abrieron mirando con pánico a Hoseok, quien estaba demasiado ocupado con algo más, y no tardó en devolver la mirada a su novio, que parecía entretenido con la situación.

―No sabía que eras un exhibicionista ―dijo entredientes, respirando inestable.

―¿Quieres que deje de hacerlo?

―Mierda, no ―suplicó en voz baja, escondiéndose en su cuello. Jimin rio―. Por favor, acompáñame al vestuario, ¿sí? Creo que voy a llorar.

―Un profesor no debería entrar ahí.

―Considerando dónde estás tocando, es desvergonzado de tu parte decir eso ―señaló de malagana, pero Jimin continuó sonriendo―. Hyung, por favor ―lloriqueó cerca de su oreja―. Tengo otra clase en 40 minutos más, no puedes pedirme que aguante hasta la noche.

―Hmm...

Jungkook mordisqueó su oreja, malhumorado. Hubiera seguido molestándolo de no ser por Hoseok, quien volteó justo en ese momento.

―Mierda, chicos... ―el mayor cubrió sus ojos, avergonzado―. Sea lo que sea que estén haciendo, por favor, no lo hagan aquí ―pidió mirándolos con suplicio cuando se apartaron uno del otro―. ¿No han pensado en qué pasaría si alguien más entra al salón? ―cuestionó.

―Espera, ¿es eso lo que te preocupa? ―preguntó Jungkook, estupefacto. Jimin rio―. Jimin hyung está haciendo cosas pervertidas contigo ahí y... ¿tú solo te preocupas de que alguien más entre?

―Jungkook, ustedes podrían tener sexo en un vestidor y no podría importarme menos ―aclaró Hoseok acomodando su bolso sobre su hombro―. Pero ¿aquí? No, por favor. Ni en ningún lugar donde los estudiantes puedan encontrarlos, de hecho ―rodó lo ojos―. ¿Sabías que nuestras oficinas están distribuidas en el cuarto piso? Y los estudiantes jamás suben a menos que sea en horario de atención durante tiempos de exámenes, así que es un buen lugar para perder la cabeza.

―Oh Dios mío ―Jungkook se alejó de Jimin mirándolo con el rostro iluminado―. ¿Me llevas? ¡Jamás he estado en una oficina antes! Como siempre fui un buen chico, jamás acabé en el despacho del director.

―Buen chico... ―murmuró Hoseok entre risas―. Es irónico que lo menciones cuando estás haciendo una petición para nada buena.

―Es buena, de hecho, para nosotros ―aclaró Jimin con una sonrisa―. ¿Podrías pedirle a tu estudiante que vaya por unos archivos a mi oficina, Hobi?

―Dios, no puedo creerlo, solo hagan lo que quieran y no llamen la atención ―pidió sacudiendo la cabeza para luego dirigirse a la salida―. Te veré en media hora para almorzar, Jimin. Y, Jungkook, recuerda que tienes otra clase después.

―¡Anotado! ―Jungkook dio brinquitos dirigiéndose a la salida también―. Y, ¿Hoseok hyung? Estuve hablando con Ryujin y resulta que su tobillo está completamente sanado ―comentó, llamando la atención del mayor―. Así que, para celebrar, estábamos pensando en salir a bailar el viernes. ¿Te apuntas?

―Hmm... ―Hoseok extendió su mano, acariciando la cabeza del menor para luego girar hacia su amigo―. ¿Ya te dije que él me agrada? Porque me agrada muchísimo. Es aplicado, bonito y atento, justo lo que siempre quise para ti.

―Sí, qué conveniente para ti ―respondió Jimin caminando hacia ellos―. Entonces, Jones, ¿vamos a mi oficina?

―¡Sí!

Hoseok rio viéndolos irse antes que él. Jimin estaba actuando como jamás creyó que haría, pero parecía tan feliz con Jungkook a su lado, que ni siquiera podía ver algo en contra. Si su amigo era feliz, entonces él también lo era. Y Jungkook, efectivamente, parecía ser parte esencial en el regreso a la vida de Park Jimin.

 Y Jungkook, efectivamente, parecía ser parte esencial en el regreso a la vida de Park Jimin

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Nota:
Holaaaaaa, ya volví, ahora sí 100% rial no feik. No publicaré a diario porque la universidad me tiene estresada, pero al menos intentaré publicar 2/3 veces por semana uwu.

Espero que seas feliz [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora