Jungkook suspiró con pesar, frotando sus ojos para luego mirar el techo de su habitación. Sus ojos estaban hinchados tras haber llorado por horas y su cuerpo pesaba ante lo difícil que estaba resultando dormir. Sin importar cuán agotado estaba, una parte de él mantenía la esperanza de que Jimin lo contactara, manteniéndolo perdido en sus pensamientos.
Sí, solo habían pasado unas horas, pero, considerando que solo le quedaba una semana en Corea, desperdiciar horas junto a Jimin se sentía como tirar oro al mar.
Miró su reloj, confirmando que era pasado de medianoche y probablemente lo mejor sería rendirse. Pero, como si su mente estuviera conectada con Park, su celular sonó con un mensaje justo en ese momento, sobresaltándolo. Buscándolo con nerviosismo por lo que podría encontrar, se sintió confundido cuando notó que lo que había recibido era un vídeo de parte de su novio.
En él, Jimin estaba sentado en su sofá con la misma ropa con la que lo había visto aquella tarde, pero luciendo un aspecto mucho más desaliñado. Con el cabello alborotado, ojos hinchados y expresión cansina, el mayor intentó enseñarle la mejor de sus sonrisas a pesar de lo difícil que parecía esa tarea para él.
―Hey, Kook ―dijo para comenzar, peinando sus cabellos nerviosamente con sus dedos―. Quería escribirte, pero no sabía por dónde empezar. Creí que, si decía esto en voz alta, sería más fácil, pero tampoco lo es ―admitió, apenado―. Me arrepentí de no detenerte apenas cruzaste la puerta de mi departamento. Hasta hace un momento, estuve llorando y sintiéndome estúpido por no reaccionar como debía. Todo esto... es demasiado repentino para mí y no puedo fingir que no me afecta, sin embargo, sé que quien más me necesita ahora eres tú y no viceversa. Lo siento por no ser el apoyo que esperabas, amor ―su sonrisa tembló hasta desvanecerse―. Supongo que aún hay mucho que debo mejorar en mí para ser un buen novio para ti. Y, como no soy tan bueno con las palabras como tú, pensé en... pensé en cantarte algo ―reconoció, jugando con sus dedos―. Mierda, mi estado no es el mejor y seguro desafinaré y mi voz saldrá demasiado ronca, pero escúchame, ¿sí? ―pidió―. Porque, justo ahora, es exactamente esto lo que quiero que sepas.
Jimin aclaró su garganta y frotó sus ojos, recomponiéndose para dar lo mejor de sí. Marcando el ritmo lentamente con sus dedos, miró la cámara y empezó a cantar con timidez. Tal como dijo, su voz sonó poco estable y rasposa a causa del llanto, sin embargo, bastaron solo unos segundos para encontrar el equilibrio adecuado. Y, con este o sin él, fue el mensaje de la canción lo más importante para Jungkook.
"Desde el principio hasta ahora, me diste calidez.
Sin importar mi apariencia, siempre estuviste a mi lado.
Mi corazón, que parecía imposible de llenar, tú lo complementas y lo llenas.
Ahora tengo lo suficiente para compartir contigo
Tú me diste todo y, aún así, todavía quieres seguir dándome más.
¿Cómo puedes hacer eso?
La persona que me dijo "te amo", la persona que me lo demostró sin necesidad de palabras; tú me enseñaste que esto era amor, te lo agradezco.
Hasta ahora, algunas veces me pregunto por qué me apoyaste y me amaste sin esperar nada a cambio.
Tú, quien siempre me sostuvo a mí, que estaba lleno de heridas, me diste felicidad.
Es todo gracias a ti, así que ahora... déjame sostenerte a ti."―Déjame sostenerte a ti ―repitió Jimin al final, mirando fijamente la cámara―. ¿Me lo permites, Jungkook? Si tu respuesta es sí, recuerda que siempre estaré para ti. Te amo.
El vídeo terminó. Jungkook apartó las lágrimas de sus ojos y se apresuró en levantarse y marcar el número de Jimin, caminando hasta la entrada de su departamento para ponerse sus zapatillas. No le importaba que fuera de noche, si Jimin estaba dispuesto a recibirlo en sus brazos, entonces él correría en su dirección. Solo que, cuando abrió la puerta sujetando todavía el celular contra su oído, fue a Jimin quien encontró ahí. Porque, así como él siempre corrió en busca del mayor cuando este lo necesitaba, ahora era Jimin quien correría por él.
Y no necesitaron palabras de consuelo o de disculpas. Jungkook se abalanzó sobre Jimin y este lo sostuvo en un apretado abrazo, respirando en la curva de su cuello como si hubieran pasados años distanciados y cada uno de sus sentidos necesitaba recordarlo. Sabían que cualquier tipo de separación iba a ser como un maldito infierno, pero ya no les importaba, no lo suficiente como para hundirse en melancolía y desaprovechar el tiempo que les quedaba juntos. Jungkook lloró, superado por todo: Por la enfermedad de su padre, por sus días contados en Corea y por su separación inminente. Y Jimin fue su consuelo, su refugio y su fuerza, porque, cuando los problemas intentaban derribarte, el apoyo de alguien más era lo que hacía la diferencia.
―Solo será un año ―dijo Jungkook contra él, aún sollozando―. Solo será un año ―prometió.
―Shh... ―Jimin se distanció de él, tomando su rostro para secar sus lágrimas―. No pienses en eso. No cuentes el tiempo, Jungkook. Vuelve con tu padre y haz lo que tengas que hacer. Ya sea que estemos juntos o al otro lado del mundo, te apoyaré y te amaré, porque eres la persona que elegí ―lo miró a los ojos―. ¿Y no es eso lo que tú siempre has hecho por mí? Ahora es mi turno, cariño.
―N-no será fácil ―balbuceó, intentando respirar con regularidad.
―Las cosas más difíciles son las más hermosas ―murmuró Jimin contra sus labios, sonriendo con cariño―. Déjame intentarlo, ¿eh? Si hubiera tenido la intención de dejarte ir tan fácilmente, jamás habría puesto un anillo en tu dedo ―entrelazó sus manos―. Es mi promesa, Jungkook.
―Te amo ―susurró Jungkook, juntando sus frentes―. Es nuestra promesa, hyung ―corrigió.
Jimin lo besó en los labios, ya sin pensar en nada más. Había tomado una decisión desde el momento en que aceptó sus sentimientos por ese chico y ya no daría marcha atrás. Al fin y al cabo, ¿a cuántos en ese mundo se les daba una segunda oportunidad?
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Espero que seas feliz [JiKook]
Hayran KurguLa felicidad era, ciertamente, disposición y no posición. • Couple: Jimin x Jungkook [BTS] • Mención: Jinsu. • Género: drama, romance.