Capítulo 4

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De repente siento un dolor. Necesito abrir los ojos. Lo hago pero siento como de nuevo me cuesta. Necesito abrirlos, ya estoy harta de no saber que pasa ni que me pasa. Cuando abro los ojos lo primero que veo son unos labios carnosos y tentadores cerca de mí, me alejo de esa boca y veo como el dueño de esos labios es J.D. que me sonrie. Valla por dios, mira por donde es J.D.

-Buenos dias, ¿Cómo te has despertado, dormilona?- me pregunta. Observo todo lo que hay a mi alrededor y me doy cuenta de que es una habitación. Es una habitación de una chica porque observo varios pósteres de actores jóvenes como Hugo Silva o Paul Walker y otros no tan jovenes como Johnny Depp. Me gusta el estilo de la chica. También observo el color de rosa de las paredes y el mobiliario azul metálico. Escucho música pero al principio no sé de qué canción se trata. Afino el oído y me percato de que se trata de uno de mis cantantes favoritos; Lil Wayne. Es un dúo que me encanta escuchar; Lil Wayne ft. Bruno Mars, Mirrors. Miro de nuevo a J.D. y sé que espera respuesta.

-Dolorida- digo. Trato de recordar donde eran los lugares que me dolían antes. Pienso, pienso y pienso. Tengo lagunas. La cabeza y mi brazo derecho. Eso es Jeannette, buena memoria. Me miro el brazo derecho y veo un gran moratón que me cruza el brazo casi a la altura del hombro. Me doy cuenta también de que me duele horrores la frente y el cuello. Intento llevarme la mano a la frente pero J.D. me lo impide. Lo miro a los ojos y veo un brillo de preocupación. Intento recordar que es lo que me ha pasado pero sigo sin recordar bien todo, sigo teniendo lagunas, lo cuál odio muchisimo.

-¿Qué es lo que me a pasado?- decido preguntarle. Quizás así pueda rellenar los huecos vacíos que tengo de lo sucedido. Él me mira y frunce el ceño. Lentamente se levanta y se acerca a un escritorio que hay justo detrás de él. Escucho como coje algo y lo veo darse la vuelta. Se sienta de nuevo al filo de la cama y suelta delante de mí un bote de alcohol, otro de agua oxigenada y varios trozos de algodón. Veo como moja uno de los trozos en alcohol y como lo acerca a mi frente para curarme lo que supongo será una herida.

-Lo que pasó ayer no volverá a ocurrir- me dice finalmente. ¿Ayer? Creí que lo que me había pasao había sucedido tan solo hace unas horas y resulta que he pasado la noche aquí, en la casa de un completo desconocido. Soy una puta insensata- ayer, el malnacido de Andrew quiso ganar la carrera haciéndote chocar- me termina diciendo. Veo la furia instalada en tus ojos. Intento volver a recordar algo y a la mente me viene el instante en que J.D. me sacó del coche.

-Podrías haber ganado tú, ¿por qué no lo hiciste?- le pregunto. Veo como me sonríe y mi cuerpo comienza a temblar. Me pone nerviosa su cercanía y en ese instante está demasiado cerca de mí. Veo como coje el agua oxigenada y como impregna otro trozo de algodón en ella. Noto como el líquido corre por mi frente y como empieza a dolerme un poco pero no me quejo.

-No gané porque no creo que fuera muy caballeroso de mi parte dejarte en el coche metida cuando te habías chocado ¿no crees?- me dice. Solo asiento y dejo que termine de curarme.

Tras curarme la herida me coloca unos puntos de espadadrapo. Me pasa un pequeño espejito y me conduce hasta la cocina. Peleo con él porque insite en hacerme de desayunar y tras diez minutos de pelea con él accedo a que lo haga, no sin hacer un mohín de enfado provocando su risa. Todo está buenísimo y yo enguyo la comida como si hubiera pasado días sin comer nada. Tortilla, tostadas, béicon, huevo, zumo de naranja recién exprimido por él y café. Él me observa mientras como, sonriente. De pronto se levanta y se aleja de mí. De nuevo escucho música y me doy cuenta de que es reggaeton. No sé que canción es pero me gusta. Veo como vuelve a entrar en la cocina y como se sienta en un taburete frente a mí. Termino de desayunar y le insisto en fregar los platos y los vasos. Tras otra pequeña pelea, accede a que lo haga y mientras le digo:

-Por cierto, gracias por todo- sé que me mira aunque esté de espaldas a él. Se han intercambiado las tornas y no me puedo quejar, yo lo he mirado a él bastante. Creo que es justo que él me mire a mí ahora. Escucho como suelta una pequeña y apenas audible risa. Noto como mi cuerpo aún no ha abandonado la tensión de tenerlo cerca, sé que mi mente quiere saber de él, que quiere que me acerque y sé que mi cuerpo desea de nuevo ese roce de su boca en mu cuello y escuchar su respiración pero tengo que hacer cuenta omisa a todo. Esto no durará mucho más de un par de días, si llega a tanto. Termino de fregar y me siento al lado de J.D quien me ofrece un cigarro.

-Jeannette necesito saber que de verdad estás bien. El golpe fue brutal y realmente me sorprende que estés viva- me dice J.D. De repente un recuerdo me choca en la mente y aplasta mi teoría de salir tan rápido de aquí. Le doy una calada a mi cigarro.

-J.D. ¿Cómo estás mi coche?- le pregunto. Él me mira y suspira. Sé que me va a decir > o > pero no habla. Coge su movil y trastea con él. Cuando parece encontrar lo que buscaba me lo pasa y lo cojo temblorosa. Miro la pantalla y la imagen es peor de lo que me imaginaba en un principio. Lo observo un par de segundos más y le devuelvo el móvil.

-Está en mi taller, está muy mal pero creo que podría arreglarlo aunque eso sí, llevara un tiempo. Todo está para reconstruir. Sé que significa mucho para- me dice. Yo intento calmarme y le doy otra calada a mi cigarro antes de apagarlo.

-Si puedes arreglarlo, pagaré lo que sea J.D. buscaré un trabajo y te daré el dinero aunque no del tirón ya que tendré que buscar un hostal y pagarlo, además...- veo como niega con la cabeza y me callo para dejarlo hablar.

-No vas a buscar ningún hostal, puedes quedarte aquí, no vivo solo. También vive conmigo mi hermana y su novio y tengo una habitación de invitados libre. Puedes trabajar para mí en el taller, si aprendes rápido- me dice. La propuesta de trabajo me gusta. Mientras vivía en casa de mi tía estuve estudiando y trabajando en un taller y aprendí bastante. Aunque lo que más aprendi fue la aerografía de coches. Es lo que más me gusta pero eso de quedarme aquí a vivir...

Mi asfalto, tu cuerpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora