Veo como J.D. aprieta fuertemente los puños y como su cara se tiñe de odio y rabia, mientras a mí me atacan los recuerdos fuertemente.
-Violada...- me dice él. Yo no puedo reprimir más las lágrimas y comienzo a llorar suavemente. Ahora mismo me siento muy avergonzada e inquieta por haberme descubierto antes J.D. Me siento en la cama y dobló las rodillas para así poder poner mi cabeza encima de éstas. Rápidamente siento los brazos fuertes y fibrados de J.D. rodearme las caderas- tranquila pequeña ya todo pasó ahora me voy a dejar que nada te ocurra.
Poco a poco me calmo y dejo de llorar. Estar entre sus brazos me tranquiliza bastante. El sentir sus brazos abrazarme de forma tan reconfortante cuando él no tiene ningún deber de estar así ni aquí me llena de una forma increíble. De pronto noto como posa sus manos en mi barbilla y me hace levantar el rostro de mis rodillas, me mira a los ojos de forma incandescente, una mirada que me hace entrar en calor inmediatamente. Sus dedos vuelan a mis mejillas y me secan las lágrimas lentamente provocando que algo en mi interior se rompa, pero de forma maravillosa. Luego roza mis labios hinchados y una maravillosa descarga me recorre hasta llegar a mi bajo vientre. Mantine unos segudos sus dedos ahí mientras veo que en sus pupilas se dilatan cada vez más. Poco a poco se acerque hasta que apenas nos separan unos milímetros y es entonces cuando termina de juntar nuestro labios en un suave y tierno beso. Un beso que me roba todo tipo de lógica, un beso que hace que todo a mi alrededor no exista, tan sólo él, yo y este beso. Es ahora cuando consigo, después de tantos años, sentirme deseada, sensual y sobre todo amada, aunque sé que para J.D. no significo nada, intento no pensar en eso dejarme llevar por éste beso. Poco después él se separa de mí y no me quita la vista de encima. Esa mirada me está volviendo loca. Entonces se acerca de nuevo y me vuelve a besar, ésta vez con más ansias, con más necesidad. Yo separó mis labios y es entonces cuando su lengua saquea inviable mi boca, rozándo con su piercing mis labios, mis dientes e incluso mi lengua. Volviéndome loca, llenándome de un calor irresistible. Poco a poco comienzo a notar como mi sexo se humedece y da puntadas de necesidad y no puedo reprimir un jadeo algo escandaloso, lo que provoca que J.D. se tense notablemente. Noto como, poco a poco, J.D. me hace tumbarme en su cama. No llego a terminar de apoyar la espalda en la cama cuando ya siento su tremenda erección rozando mi humedecido sexo, rozando y haciendo fricción, provocando más jadeos. Las manos de J.D. se mueven lentamente por todo mi cuerpo, provocando pequeñas y deliciosas descargas sobre mi piel a pesar de que, en su mayoria, roza ropa de por medio. Poco a poco sus manos van hasta mi cintura y noto como retira lentamente mi blusa. Mi cabeza comienza a dar vueltas, como si estubiera ebria, cuando él comienza a tocar mi piel con sus callosas manos, unas manos expertas que ahora me tocan a mí, haciéndo que él se tense al igual que yo. Poco a poco la sube y termina por quitármela. Veo como se separa un poco y me observa, con esa mirada cegada por la pasión. Tras un breve momento en el cuál nos dedicamos a observarnos, J.D. se acerca y comienza a besarme y morderme el cuello. Su boca me provoca cada vez más y no se hasta cuando durará la fina línea que separa el autocontrol de todo lo que necesito que salga, toda la pasión, él morbo, la necesidad...
Siento de pronto como muerde cerca de mi clavícula y jadeo. Acaba de encontrar un punto débil que ni yo misma sabía que tenía. Escucho como gruñe débilmente y es entonces cuando noto como me atrae por la cintura hasta que me sienta en la cama, como pasa sus manos por mi cintura hasta mi espalda y torpemente, tras unos intentos, logra quitar mi sujetador. Sube lentamente sus manos por mis brazos hasta llegar a mis hombros, haciéndo que mi piel se erize, y luego repite la acción pero está vez en vez de subir baja, llevándose consigo las tirantas de mi sostén. Cuando nada cubre mis pechos noto como mi corazón bombea aún más rápido si puede y noto como mis mejillas se tiñen de color rápidamente. Veo como toma uno de mis pechos en sus manos y se acerca a mí para besarme mientras roza y masajea suavemente mi pecho. Su beso, en comparación con los otros, es salvaje y duro como él. Un beso que me hace explotar, y no sólo a mí, noto cuando se tensa que a él también le gusta.
Poco a poco me hace tumbarme en la cama y sé que pronto me encontraré jadeando entre sus brazos. Él se quita su blusa y comienza a buscar algo con la mirada, hasta que se mueve un poco y toma entre sus manos un mando que creo que es del equipo de musica ya que es exactamente igual al de Abi. Veo como aprieta un botón y enseguida comenzó a sonar una canción que nunca he escuchado. J.D. se tumba encima mía y comienza a darme besos y pequeños mordiscos por mi cuello provocándome escalofrios, haciéndo que yo le clave sin darme cuenta las uñas en la espalda provocando que él jadee también. Se mueve un poco encima mía hasta que me doy cuenta de que me está quitando mi pantalón de pijama, para, a continuación, colocara su mano y rozar con ella mi sexo a través de la fina tela de mis braguitas. Poco a poco vuelve a mi cuello y comienza de nuevo a morder y lamer mi sensible cuello y mis braguitas comienzan a perderse también. Jadeo cuando él se mueve a un lado y comienza a masajea y estimular mi clítoris, suavemente con sus dedos, haciéndo que mi cuerpo se arquee y me sienta aún más húmeda ahí abajo. Pero este placer poco después se ve sustituido por el completo desnudo y la perfecta vista del miembro, muy buen miembro, de J.D. Veo como rapidamente saca un preservativo de uno de los cajones de la mesita auxiliar cercana a la cama y se lo pone, tras esto se mueve hasta que queda encima mía de nuevo, haciéndo que la punta de su pene presione la entrada a mi interior.
-¿Estás segura de ésto, pequeña?- me dice al oído. Yo no dudo en ningun momento y asiento rápidamente, viendo como su mirada se oscurece aún más.
-Nunca he estado tan segura de algo...- le contesto afirmando aún más mi respuesta con una voz bastante ronca. Es entonces cuando noto que me penetra lentamente. Haciéndome jadear. Apretando las paredes de mi interior y provocando bastante placer. Se mude lentamente, cuidando de no dañarme y haciéndo que mi temperatura se eleve notablemente. Poco a poco comienza a subir el ritmo provocando más placer y más jadeos. Hasta que hace algo que me sorprende demasiado.
-"Tienes un dulce néctar en tu cuerpo mami que me encanta, te prefiero a ti entre tantas..."- escucho como me susurra al oído a la vez que la misma frases suena en él equipo de música. Siento una punzada en él pecho en el mismo.instante en que lo hace y sé que esa frase me marcará al igual que la canción y al igual que ésta noche con J.D. continuos. No pasa mucho hasta que ambos llegamos al clímax. Se queda en mi interior mientras bombea dentro del preservativo. Se tumba en cima mía y me abraza mientras me acaricia.
-Te deseo tanto, pequeña...- me dice entre respiraciones bruscas. Lo miro a los ojos mientras combato contra el sueño.
-Yo también J.D., yo también.
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Mi asfalto, tu cuerpo.
RomanceEl pasado me atormenta. No todas las heridas han sanado, y las que lo han hecho, amenazan con volver ha abrirse. Le tengo miedo al mundo aunque encierre el miedo bajo muros y muros. Ahora aparece él, arrogante, creído, posesivo y muy, pero que muy c...