Capítulo 32

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Tomo el móvil que J.D. me ofrece y veo que hay varias fotos en las que salgo en la terraza de la cafeteria junto a Héctor. Son fotos de esta misma mañana cuando Héctor y yo habíamos ido a tomar algo en mi descanso y él me agradecía el cambio que J.D. había dado. Paso la foto a la derecha y sale otra en la que ambos sonreímos seguro que por alguna anécdota que Héctor me hubiese contado. Paso la foto de nuevo y esta me sorprende. Salgo de espalda y se ve a Héctor delante de mí y realmente parece que nos besemos pero eso no se ve al cien por cien ya que estoy entre Héctor y la cámara y además no es ningún beso. Levanto la vista de la pantalla del móvil y la clavo en los ojos de J.D. Me parece increíble que haya creído a esa sanguijuela y no confíe en mí. Frunzo el ceño mientras pienso que decirle, finalmente una risotada amargasale de mi garganta dejando a J.D. estupefacto.
-Me parece increíble que la creas a ella pero ¿sabes que?- le digo mientras mantengo en mi rostro una sonrisa dolida pero aún así vacilona- creéla a ella si quieres, no tengo nada que ocultar y la conciencia muy tranquila sabiendo que no hice nada con Héctor.
-Maldita sea Jeannette, ¡me trajo fotos!- me dice. Lo miro mientras siento que mi ira sube cada vez más.
-Ya te he dicho que no tengo nada con Héctor, son unas malditas fotos con él mientras tomábamos algo. ¡Unas malditas fotos de una maldita tía que solo quiere separarnos! ¡Y tú la crees!- pierdo los estribos y comienzo a gritar. Veo como J.D. se da media vuelta mientras suelta un gruñido. Veo como niega con la cabeza y me doy media vuelta para irme.
-No te vallas...- me dice amenazante. Giro la cabeza para ver que tiene su mirada fija en mí.
-Vete al carajo J.D.- siceo. Tomo el pomo, abro la puerta y me voy. No tengo ganas de seguir con esta mierda. Me dirigo al baño y cierro con pestillo. Me ducho rápidamente y bajo al salón a ver la tele. Cuando entro en la cocina veo que J.D. está aquí con una copa de Wishky en la mano y la botella al lado, botella a la que apenas le queda un par de copas a lo sumo. Maldita sea, sabe que no puede beber así. Me acerco a él y le quito la copa de la mano y la botella para verter su contenido por el fregadero.
-Maldita sea Jeannette... Déjame hacer lo que quiera joder- me dice visiblemente afectado ya por el alcochol.
-No con alcohol por medio, sabes que no debes beber de esa forma- le digo con voz neutra. Veo como me mira enfurecido y como se acerca a mí despacio pero decidido y me besa vorazmente. Devorándome. Intento separarme pero él es persistente. Noto como me toma del trasero y me monta sobre la encimera de la cocina mientras sigue con sus besos. Mi cuerpo me falla y termino cediendo a sus besos. Es entonces cuando me doy cuenta de que amo a este hombre. Este hombre bipolar y fácil de enfadar. Un hombre que logró hechar abajo todos mis muros y entrar de lleno en mi corazón. Un hombre que dio la cara sin conocerme y arriesgó su vida para sacarme de un coche sin estar seguro de que podría pasar, un hombre que me defendió de otro que era dueño de mis pesadillas y me dio el valioso tesoro de poder confiar en él. Pero maldita sea, un hombre que ha preferido creer a otra tipa antes que a mí. En el mismo instante en que ese pnsamiento cruza mi mente logro separarlo de mí y salir de la cocina para encerrarme en mi cuarto. Cierro mi habitación con pestillo y me tiro sobre mi cama. Las lágrimas no tardan en hacer su aparición empapando mis mejillas. Me siento dolida pero sobre todo, abrumada. Esto no debería estar pasando. De repente siento como la fatiga sube hasta mi garganta y corro hasta el baño donde vomito. Mi garganta duele bastante debido al esfuerzo hecho. Me levanto y me lavo los dientes para luego lavar mi cara y encerrarme de nuevo en mi habitación. Busco en mi mesita de noche mis auriculares y pongo música. Suena Tan sólo un segundo de Xriz;

¿Dónde fueron las caricias,
que erizaban toda mi piel?
Si lo que quiero es que
tú vuelvas a mi lado
y que entiendas de una vez
que me enamoré

Dame una de tus sonrisas
que iluminaban mi ayer
Yo te doy mi vida
y en la noche fría
yo te arroparé

Quiero ver cada mañana
un nuevo amanecer uou
Contigo entre sábanas mi amor
vamos a un mundo
que inventé para ti...

Paso lo que queda de tarde encerrada en mi habitación hasta que me arto y salgo para comer algo. Nada más salir escucho a J.D. gritar. Me acerco un poco a la puerta de su cuarto y me doy cuenta de que habla con Héctor por teléfono ya que le está hechando en cara lo de las fotos y no escucho la voz de Héctor. Muevo la cabeza negando y me marcho a la cocina donde cojo unas galletas con chocolate y me siento en el sofá a ver la televisión. Paso de canal en canal hasta que veo una serie que me encanta; Mentes criminales.
No pasa mucho hasta que Abi y Alex llegan a casa entre besos y abrazos y no puedo evitar imaginarme algo así con J.D. Algo lleno de amor y ternura. Palabras bonitas. Pero sé que no será jamás así. Sé que una relación así con él es imposible y aún así lo amo.

Abi y Alex se acuestan temprano y yo me quedo en el salón viendo la tele. Estoy tan centrada en mis pensamientos que no escucho a J.D. detrás de mí hasta que me roza el hombro suavemente.
-Por dios ¿qué quieres ahora?- le digo desesperada. Veo como su mirada se torna preocupada pero no me detengo- ¿no ves lo que estás haciendo? Natacha te a metido en tu cabezota lo que ella a querido que pienses y tú como un maldito inocente las creído. Parece que no la conocieses. Desde que llegué aquí no a parado de intentar separarnos y tú le dejas hacerlo ¿es qué no lo ves? Lo ha logrado, nos ha hecho pelear y separarnos, ella gana- le digo. Veo como intenta hablar pero no le dejo hacerlo. Subo a mi habitación y cojo un macuto mediano. Veo como entra en mi habitación y comienza a preguntarne que qué es lo que hago pero no le respondo. Me acerco a mi armario, tomo varias mudas de ropa y las meto en mi macuto. Sigo escuchandolo preguntar y hablarme pero sigo sin hecharle cuenta. Me acerco a mi mesita de noche y tomo varios objetos que me harán falta entre ellos una navaja de tamaño medio que siempre llevo encima por si pasa algo, las llaves de mi coche y la foto de mi madre. Meto lo último en mi macuto y lo cierro. Es cuando noto que me toma del brazo.
-Te he preguntado que qué diablos haces- me dice visiblemente enfadado. Hgo fuerza y me suelto de mi agarre.
-Necesito estar sola y no me lo vas a impedir- le digo. Tomo mi macuto y salgo a paso ligero de mi habitación. Recorro el pasillo, las escaleras y cruzo el salón para salir a la calle con el sonido de las pisadas de J.D. tras de mí. Agarro las llaves de mi coche y abro la puerta mientras J.D. trata de nuevo agarrarme del brazo. Entro en mi coche y lo arranco.
-Pequeña entra a la casa, hablemos esto, sabes que podemos arreglarlo- me dice J.D. mientras veo que se impacienta. Niego con la cabeza mientras cojo mi móvil y marco el número de Tania.
-Nena, ¿sabes dónde puede estar Natacha?- le pregunto. Escucho una risotada de parte de Tania y luego me da una dirección asegurándome que estaría en su casa, de seguro follando con algún tío. Le agradezco la información y cuelgo.
-Jeannette baja del maldito coche- me dice de nuevo J.D.
-No me digas que tengo que hacer, sé que debo hacer- le digo. Veo como se mueve hasta quedar delante del morro de mi coche y frunzo el ceño.
-Si quieres irte, adelante- maldita sea, ahora va y se pone delante. Pues muy bien. Piso la marcha atrás y cuando tengo margen, hago girar el coche hasta dar media vuelta y me marcho en la dirección contraria.

Busco calle por calle hasta que doy con la calle que Tania me dijo. Aparco a un lado y comienzo a buscar el número cinco, que ironía. Tres... Cuatro... Cinco, bingo. Me acerco a la puerta y llamo varias veces. Escucho una voz chillona maldecir al otro lado de la puerta y antes de que ra la puerta ya sé que es ella.
Escucho el pestillo y veo como Natacha abre la puerta poniendo cara de horror al instante. No me hago esperar a mí misma así que le doy un puñetazo en la mandíbula escuchando una agudo chillido de su parte. Siento como su palma se estrella en mi mejilla y comienzo a reir. Maldita sea, ¿te doy un puñetazo y tú un simple guantazo? Sigo golpeándola hasta que noto como unos brazos me levantan de encima suya. Evito que el chico intente detenerme y me marcho rápidamente de ahí con una sonrisa en la cara. Por fin me las he cobrado todas, ahora ya sabe que le pasará si vuelve a meterse en mi vida o la de J.D.
Me monto en mi coche y arranco, ahora sólo toca encontrar un motel para pasar estos días.

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Se acera el "épico" final hahaha @DarkHeartDead bromitaaaaa hahahah bueno pero sí que es verdad que con este capítulo comienza el final. Os veo en el siguiente capítulo.

Mi asfalto, tu cuerpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora