Capítulo 37 (EXTRA)

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Narra J.D.

Me acerco a la entrada del cementerio y saludo al sepulturero como siempre hago cuando vengo. Él me sonríe y asiente. Tomo de la mano a Jeannette mientras que con la otra agarro firmemente el ramo de flores y entramos. Mis pasos son cortos y lentos, como siempre cuando vengo aquí pero esta vez no vengo solo como siempre, vengo acompañado de mi chica. Noto como su mano da un breve apretón a la mía, la miro y le sonrío débilmente. Giro lentamente hacia la izquierda y tras cruzar dos calles vuelvo a girar, esta vez a la derecha. Casi al final de esta calle está la tumba de ella.
De Diana.
Me acerco aún más y veo su lápida, cubierta por una finísima capa de polvo. Me agacho hasta quedar en cuclillas frente a ella y miro fijamente la foto que hay en la lápida. No puedo evitar cerrar los ojos a la vez que una serie de recuerdos me bombardea. Recuerdos de un pasado algo lejano, pero que aún duele.
Los abro en el instante en que noto que Jeannette me toca el hombro.
-Voy a buscar algo para limpiarla- me dice. Yo asiento sabiendo que lo que realmente quiere conseguir es darme un pequeño tiempo a solas. Miro de nuevo la foto de Diana y sonrío sinceramente. Sé que ella no soportaría verme mal y ya son varios años así.
-Ella era Jeannette...- le digo. Suspiro lentamente y me siento en el suelo, llevándome las rodillas al pecho- está embarazada... Sé que lo que hubieses querido es que fuera feliz y me ha costado. Me ha costado serlo porque me era imposible olvidarte... Y aún sigues en mis recuerdos y mi corazón, siempre seguiras siendo Diana y siempre te recordaré, recordaré tu sonrisa. Te recordaré siempre, en los buenos momentos porque de nada vale recordar los malos... Sé... sé que tú la pusiste en mi camino. Ella es maravillosa. Es enfurruñona y con carácter, fácil de enfadar, todo lo contrario a ti y me ha enamorado... Sé que en cierto modo tu quisiste que fuera ella quien ahora me haga feliz y no sabe cuanto te lo agradezco. Hubiese dado todo lo que hubiese estado en mi mano para que no estuvieses donde ahora estás pero el destino no se puede cambiar y si algo he aprendido es que el destino siempre te lleva a una persona que está destinada a ti, que es la que debe hacerte feliz. Al igual que mi destino, ella tuvo que pasar por una relación que la ha marcado y entre nosotros hemos aprendido a curarnos mutuamente...- mis lágrimas hace rato que corren por mis mejillas. Amo a Jeannette como nunca he amado a nadie, icluyendo a Diana. Fue increíble, ella fue increíble pero ahora mi vida está con mi pequeña- será niño, Diana. Será un niño fuerte y protector como su padre y con la inteligencia de su madre. He hablado con Jeannette y está más que de acuerdo en que le hablemos de ti a nuestro hijo, serás su tía Diana, espero que no te moleste... Tan solo venía a hacerte esta visita como siempre y que sepas que seguiré con ellas, no tienes de que preocuparte. También venía a darte las gracias por todo, gracias a ti ahora vuelvo a ser feliz y estoy montando una familia, una familia increíble, quiero creer que esto no te molesta porque sé que lo quedrías al igual que yo si fuese al revés, volveré a verte pronto Diana...- me acerco y rozo con mi dedo índice la foto de Diana y sonrío débilmente. Agarro las flores y las pongo a su lado mientras vuelvo a leer de nuevo su mombre, como cada vez que vengo.
-Ha sido precioso, cariño- me dice una voz detrás mía. Me levanto y me giro para ver a una Jeannette bañada en lágrimas que roza suavemente su, cada vez más hinchado, vientre- no quería escuchar pero...
-Shh- me acerco y la abrazo mientra paso mi mano por su espalda para tranquilizarla- no me importa que hayas escuchado algo que es verdad pequeña- le digo mientras sonrío y me seco las lágrimas tras habérselas secado a ella. Estas hormonas del embarazo me traen loco. A veces se enfada y otras llora, no hay ni un día normal, por no hablar de los antojos que suelen ser helados de Oreo o galletas Oreo.
La agarro suavemente de la cintura y la llevo hasta la salida. Me despido del sepulturero y montamos en el coche.
-Sé que la amaste mucho J.D. y nunca en la vida intentaré ocupar su lugar...- escucho como comienza a decirme pero no quiero que vaya por ese camino. Agarro sus manos temblorosas y hago que me mire a los ojos.
-Sé que nunca ocuparás su lugar, es mi pasado y yo por nada en mi vida querría tenerte en mi pasado, tú eres mi presente y él...- digo mientras desciendo una de mis manos con la suya entrelazada a la mía hasta su vientre hinchado al que apenas le queda un mes- él es nuestro futuro... Ella ahora es como una buena amiga que en su tiempo fue lo mejor que tuve pero ahora te tengo a ti y no te cambio por nada, quiero vivir mi vida contigo y nuestro pequeño... Y olvidar el resto, hacerte feliz a ti y a nuestro pequeño, siento que toda mi vida la he vivido a la espera de que llegases y ahora que te tengo al completo tras muchos esfuerzos quiero darte lo mejor de mí y enamorarte cada día más. No quiero que pienses tonterías, porque eso es lo que acaba de decir una tontería. Quiero llegar a casa y abrazarte, decidir el nombre de nuestro hijo e irnos a la cama para dormir abrazados. Y por supuesto quiero que dejes de pensar eso, eres mi vida y eso nadie lo va a cambiar. Te amo y eso es lo que importa pequeña...

Mi asfalto, tu cuerpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora