Decido salir del taller para que me de el aire un poco. Saco el paquete de tabaco del bolsillo y me enciendo uno. Decido darme una vuelta, una larga vuelta, para pensar las cosas bien antes de volver. Sé que en estos barrios, y en muchos de ellos, las cosas se solucionan así. Sé también que Andrew estuvo a punto de matarme, no sé porqué ultimamente atraigo tanto a la muerte y a los hombres que quieren matarme. Es como...¿la duodécima vez que tratan de matarme en mi vida?, quizá haya alguna más. Quizá tengo que hablar con J.D.
Cuando vuelvo, Kike ya esta trabajando como si nada hubiese pasado. Está liado con un Renault Megane azul noche. Le pregunto por J.D. y me indica que está en el despacho del taller. Le doy una sonrisa y me la devuelve encantado. Me acerco a donde está el despacho y llamo a la puerta. Una voz porveniente de dentro me dice que pase y agarro el pomo para abrir. Es entonces cuando me doy cuenta de que estoy temblando. Abro y entro. No digo nada. J.D. está sentado en una silla de cuero blanco mirando unos papeles, sin haber mirado aún para el lugar en donde yo estoy. Espero a que acabe, pasandose los segundos más que lentos.
-Perdona, estaba mirando unos doc...- enmudece justo cuando me ve en frente suya y ese gesto me hace gracia aunque no me rio. Me mira, me mira y... me mira. Se levanta lentamente de la silla y se acerca a mí, pero manteniendo la distancia de seguridad, está cumpliendo la promesa que me hizo de no acercarse a mí pero ya no estoy tan segura de que lo quiera lejos- si vienes a echarme en cara que le pegase a Andrew, puedes irte, no tengo porqué justificar mis actos ante nadie...- me dice. Parece enfadado aunque con èl nunca se sabe en que estado de ánimo está, pero yo estoy que echo humo, su respuesta no me a gustado para nada.
-No venía ha echarte nada en cara ¡estúpido¡- le digo. Me mira y parece que el asombro asoma por su rostro pero dura poco- pero déjalo, mejor ponte estúpido con otras que seguro que la tienes a patadas. Ha sido una idiotez venir a hablar contigo- le digo. No le miro a la cara, me limito a darme media vuelta y dirijirme a la puerta para marcharme de allí. Agarro el pomo pero no me da tiempo a salir, noto que tiran de mi. Todo es muy rápido, de repente me encuentro con la espalda en la pared y con J.D. de nuevo a escasos centímetros de mí.
-¿Celosa?- me pregunta. Lo miro enfadada y me doy cuenta de que está de cachondeo, pero aún así me cabrea bastante su actitud- siento mucho no poder cumplirte en eso de mantenerme alejado de ti pero merece la pena estar cerca de ti- me dice. No termina de decírmelo cuando ya está casi rozándome los labios. Mi cuerpo se sacude fuertemente ante su simple contacto. Me acaricia la mejilla y me sonrojo fuertemente. Cuando está a punto de besarme, para- quizás no quieres que te bese...- maldita sea. ¿Qué quiere ahora? Escucho como rie y cierro fuertemente los ojos. Noto sus labios sobre los míos. Me besa, me besa con posesión y disfrute, incluso con lujuria. Juega con mis boca y yo juego con su lengua. Agarro con los dientes su piercing y entonces lo escucho gemir, lenta y sensualmente, como un susurro. Su cuerpo me empuja aún más contra la pared y siento una grande y dura erección contra mi estómago y, lo más increíble para mí, me pongo aún más nerviosa. A mi mente vienen recuerdos, recuerdos espantosos que no se marcharán de mi mente nunca, recuerdos de unos meses que se convirtieron en un infierno. De repente ya no puedo más, me agobio...
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Sé que es un poco corto pero estoy un poco liada, espero que guste, poco a poco la cosa se pondrá interesante...
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Mi asfalto, tu cuerpo.
RomanceEl pasado me atormenta. No todas las heridas han sanado, y las que lo han hecho, amenazan con volver ha abrirse. Le tengo miedo al mundo aunque encierre el miedo bajo muros y muros. Ahora aparece él, arrogante, creído, posesivo y muy, pero que muy c...