Capitulo 8

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Sé que espera una respuesta, que le cuente como he estado, que le cuente estos seis años.

-No te juzgo, al principio no quería saber nada de ti porque creí que te habías ido porque no me querias. Pasaba las noches muy mal, apenas dormía. Así estuve in par de años. Terminé el instituto y comencé a hacer un curso de pintura y aerografía de coches. Un día, cuando la tía Ana estaba comprando, el cartero llegó más tarde de lo normal y me dejó las cartas a mí, la tía nunca quería que las viera y entonces fue cuando encontré tus cartas con el dinero. Me dirigí a la habitación de la tía Ana, donde ella guardaba sus cartas y busqué. Encontré las demás cartas con tu dinero de estos años atrás, ella no las había abierto ni había sacado el dinero. Fue entonces cuando me di cuenta de que no te habías olvidado de mí, de que sí me querías. Cuando llegó la tía me lo explicó todo. Fue cuando ella me dio todo el dinero que tú habías mandado y decidí sacarme el carnet de conducir. Me fui algunos meses después de cumplir los dieciocho y comencé a buscarte- termino de contarle todo con lágrimas en los ojos. Él me abraza rápidamente y yo me siento como cuando tenía quince años y tenía miedo, me sentía desprotegida y no me gustaba. Durante todos estos años me he hecho fuerte, no he dejado que nada me afectase y he creado miles de barreras al rededor de mí. Todas ellas no han valido de nada con mi pasado.

Al final termino contandole por donde he pasado, a quienes he conocido, que he hecho. Le cuento momentos divertidos y como pateaba culos a competidores. Él se reía conmigo y yo estaba a gusto. Omití lo que me pasó en Gandía, no creo que le guste saber que pasó allí y yo no quiero contarlo, quiero que esa herida cierre y sane.

Cuando acabamos de hablar ya son casi las nueve. Estoy cansada, agotada y sólo pienso en dormir. J.D. y Abi llegaron ase un rato y pidieron a la pizzería. El chico con las pizza llegó bastante rápido y pronto me di cuenta de porqué, J.D. le da buenas propinas. A las nueve y media ya estamos cenando los cuatro en la mesa del comedor mientras charlamos de todo y de nada. Yo no estoy muy puesta en la conversación, puesto que mi mirada, en muy varias ocasiones, se encuentra con la de J.D. y la tensión que siento cada vez es mayor, como ayer cuando nos conocimos antes de la carrera. Cada vez que nuestras miradas chocan, mi corazón se para por unos segundos y la adrenalina comienza a correr por todo mi cuerpo. Por más que intento no volver a mirarle, eso se me hace imposible. Pronto terminamos de cenar, mi barriga está a punto de explotar. Entre Abi y yo recogemos la mesa y fregamos los platos y los vasos. J.D. y Alex están en el salón viendo un partido de fútbol.

-¿Nos fumamos un cigarro en el porche?- me pregunta Abi, yo asiento y salimos al porche. En él hay varios puff y un par de hamacas, es todo increíblemente moderno y me encanta. Abi toma asiento en una hamaca y yo en la de al lado, entre nosotras hay una mesita muy moderna con un cenicero. Ella saca su paquete de tabaco y antes de que yo pueda sacar el mío, ella ya me está ofreciendo uno. Lo acepto y pasamos un rato bastante agradable hablando de nuestros gusto, creo que me llevaré bastante bien con ella. Es una chica que, a pesar de ser tan joven, es muy madura aunque a veces es toda una niña con mi hermano, me encanta esta chica.

Cuando terminamos de fumarnos un par de cigarros más decidimos entrar. Nos acercamos a donde están los chicos y nos sentamos con ellos. Abi a un ladobde Alex y yo al otro, J.D. está sólo en un sofá.

-Esto es increíble, ¿dos chicas guapas para ti? No seas egoísta Alex- dice J.D. Abi se ríe ante tal comentario al igual que Alex pero yo me sonrojo ligeramente- y eso que creí que era yo quien estaba soltero y atraía a las chicas lindas...- ese comentario si me ha hecho gracia y el ademán de puchero que J.D. hace a continuación me hace soltar otra carcajada. Me levanto del sofá en el que estoy y me acerco a J.D. y me siento a su lado, ahora es él quien ríe. Sobre las diez y media el partido a terminado. Alex y Abi deciden dar una vuelta antes de irse a la cama, los comprendo, son novios y quieren su intimidad. Yo y J.D. nos quedamos en el salón viendo el comienzo de una comedia mientras nos fumamos un cigarro. Pronto mis bostezos llegan y con ellos los párpados se me cierran a cada minuto.

-Creo que será mejor que te muestre tu nueva habitación y descanses, pequeña- me dice J.D. Yo asiento y me levanto del sofá mientras apago el cigarro en el cenicero. Él me muestra el camino y hace de guía por la casa. Subimos unas escaleras y accedemos a un pasillo donde están las demás habitaciones y baños. Había cinco puertas, dos a cada lado del pasillo y una al fondo. La primera a la izquierda es el cuarto de Abi, donde yo había pasado la noche. La primera a la derecha es un baño, la segunda a la izquierda es la de mi hermano aunque según J.D. normalmente él y Abi duermen juntos en ella. La del fondo es la de J.D. y la segunda a la derecha sería la mía. Entramos en. la mía y enseguida me encanta. Es bastante espaciosa, de color blanco, un color simple pero que me encanta para las habitaciones. Tiene varios muebles, una tele plasma y un bien armario. La cama es individual, con sabanas blancas y negras. El mobiliario entero es negro y blanco y al lado de la cama localizo mis maletas y mis neceseres. De pronto estoy tan absorta en mis pensamientos que no me doy cuenta de la cercanía de J.D.

-¿No te gusta?- pregunta. Noto su voz muy cerca y un escalofrío me recorre por dentro. Me giro lentamente y me doy cuenta de que estoy a escasos centímetros de mí- Aún me debes un beso- dice de repente.

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Que creeís que pasará? comentad si creeís que habrá beso o no!! osquieroo chic@s!!!

Mi asfalto, tu cuerpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora