Narra J.D.
-¿Cómo está todo por ahí dentro- le pregunto. Miro al que era mi mano derecha antes de que Alex llegara. Sigue igual de musculoso, quizás más. Se a rapado la cabeza y tiene tres lágrimas tatuadas bajo su ojos izquierdo y cuatro bajo su derecho. Los de la izquierda significan las muertes de su mujer y de sus padres y una de las de la derecha el asesinato del ladrón que los mató. Es por eso que Diablo está aquí, encerrado mientras cumple condena, un ladrón mató a su familia hace años y Diablo lo mató a él, además de las otras tres muertes que llevó a cabo, solo que éstas fueron fruto de trapicheos y dinero y que no añaden años a su condena gracias a que lo tomaron como ajustes de cuentas y no se investigaron.
-Todo bien, como siempre...- me dice apenado. Seguro qur ansia salir de aquí. Estar entre barrotes no debe ser nada bueno, menos mal que cuenta con ser respetado- las noticias vuelan rápido J.D. Sé que en casa te espera una chica bella que tiene tu corazón robado y que además espera un hijo...
-Así es hermano- le digo. Ni siquiera me molesto en preguntar por qué lo sabe ya que sus contactos con el exterior son demasiados- se llama Jeannette- acerco al cristal una foto de ella y veo como su rostro se le ilumina.
-La vida te sonríe, no hagas el idiota como para temer de nuevo por su vida- me dice tranquilamente. Frunzo el ceño, no sabía que también supiese de lo de Toni- ese hijo de puta... Toni, está aquí. Las noticias vuelan y se comenta que está un poco ido de la cabeza, ahora mis chicos juegan con él como si fuese u juguete favorito...
-Diablo, hemano, no hagas tonterías ¿vale?- le digo adivinado lo que se trae entre manos- apenas te queda un maldito año tras esas rejas, puedes llegar a conocer a tu sobrino, a mi hijo, no hagas nada que te quite la libertad que pronto tendrás- veo como él asiente suavemente.
-No voy a hacer nada, prefiero que mis chicos jueguen con él y le hagan la vida imposible aquí dentro, el muy maldito engendro no es nada parecido a Diana, esa chica era genial, buena, inocente y ese malnacido, no creo que lleven la misma sangre para nada...Tras estar con Diablo y asegurarme que todo está bien, vuelvo a casa. Seguro que Jeannette tiene que estar volviéndose loca con tanta gente allí metida. Acelero un poco más hasta visualizar mi casa. Sonrío inconscientemente mientras aparco el coche. Me dirijo a la puerta a grandes zancadas y la abro. Enseguida miles de voces taponan mis oídos. Subo las escaleras mientras suspiro, el bebé será lo mejor que pueda estar por venir pero esto ahora es un infierno. Cuando llego al final de las escaleras veo a Abi y Jeannette en la puerta del cuarto que será del bebé. Me acerco a mi hermana y la saludo con dos besos en la mejilla. Me doy media vuelta y me encuentro con mi chica a la que saludo con un enorme y cariñoso beso en sus labios. Un beso que me hace recordar lo receptiva que estuvo la noche anterior y que me hace querer encerrarla en nuestro cuarto para volver a hacerla mía de nuevo. Cuando me separo veo como ella gira rápidamente el rostro hacia el interior del cuarto donde me encuentro a Tania peleando con Héctor, Alex y Kike sobre si será niño o niña. Niego con la cabeza pero no puedo evitar pensar en que será. Quiero un chico que sea fuerte como yo y guapo como su madre aunque tambien me encantaría que fuese una chica con la gracia y la belleza de Jeannette, y ya puestos a elegir, con su genio así me aseguraría que ningún tipo sea capaz de hacerle daño a oesar de lo que ocurrió con su ingenua madre. Se criará siendo inocente y protegida por esta familia que se ha formado y que estoy seguro que nada podrá separar. Una familia en la que no todo son genes y es que a veces las mejores familias, las forman tus propios amigos. Aunque pensándolo mejor no quiero ni imaginarme la cena de navidad de dentro de unos años... Me da pánico, si esto es lo que se está formando por una simple apuesta de si será niño o niña, cuando llegue la hora de una cena de nochevieja o cosa así... la casa temblará.
Me acerco a mi chica y la observo de arriba a abajo, su vientre comienza a ser más notable y no puedo evitar querer tocar durante toda mi vida ese pequeño montículo que está cada vez más grande. Pongo mi mano sobre su vientre y me acerco aún más a ella para besarla. Besarla con amor, ternura, con pasión. Darle ese juego con mi piercing que tanto le gusta y hacerle ver que la única persona que para mí existe es ella.
-Cariño, hay un problema- me dice de repente. Yo me separo inmediatamente mientras comienzo a asustarme. Veo como se acerca a mi oído y me susurra- tengo muchas ganas de tenerte dentro... Esto del embarazo me tiene la temperatura malditamente elevada...- me susurra. Yo me alejo mientras me río sin poder evitarlo. Tomo su mano derecha y la llevo a nuestra habitación, mi pequeña tiene un antojo y no es bueno negarle antojos a embarazadas así que nada más cruzar la puerta de la habitación los besos se intensifican, junto a las caricias y el roce de nuestras pieles desnudas... La tumbo con cuidado sobre la cama y comienzo a besar su cuello, sus hombros, sus pechos hasta llegar a su vientre donde paro.
-No le des a mamá mucha tabarra pequeño...- y entonces beso su vientre para seguir con este juego que ahora disfruto incluso más sabiendo que pronto me queda un tiempo sin poder tocarla.
Subo de nuevo y la beso incansablemente.
-Te amo pequeña, te amo como nunca creí poder amar a nadie...
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Mi asfalto, tu cuerpo.
RomanceEl pasado me atormenta. No todas las heridas han sanado, y las que lo han hecho, amenazan con volver ha abrirse. Le tengo miedo al mundo aunque encierre el miedo bajo muros y muros. Ahora aparece él, arrogante, creído, posesivo y muy, pero que muy c...