Ha pasado un mes desde ese día, desde el día en que los recuerdos de mi puto pasado se adueñaron de mi mente y la cagué saliendo, casi corriendo, del despacho de J.D. Durante este último mes, J.D. no se ha vuelto a acercar a mí más de lo estrictamente necesario y eso no ha mejorado la cosa. He intentado acercarme a él cuando estabamos a solas, pero me evadía, he intentado hablar con él, pero aludía estar ocupado, incluso cuando, al salir, he intentado bailar con él para aprovechar el acercamiento, pero nada... incluso he llegado a verlo tonteando y besandose con otras chicas, y por lo general eso terminaba muy mal gracias a que no paraba de beber hasta no poder mantenerme en pie. Parezco una adolescente enamorada pero no correspondida, llena de sentimientos contradictorios y miles de cosas que ni puedo ni quiero experimentar. Ya me lo prometí a mí misma, no volvería a caer y pienso cumplirme a mí misma pero no me puedo mentir, J.D. me atrae de una manera increíble y no lo voy a desaprovechar.
-¿Entonces mi hermano te...- no le dejo terminar la frase cuando ya le estoy tapando la boca con la mano. En este último mes me he hecho muy buena amiga de Abi. De hecho, casi se podría decir que somos inseparables. Ella me escucha, me entiende, me aguanta los enfados y los bajones y no pregunta por qué golpeo las cosas o por qué lloro en sus brazos, aunque yo tampoco estoy preparada para hablar de ello, valoro su comprensión.
-Sí, algo así, pero por lo que más quieras no digas nada- le digo. Ella me mira atenta y asiente lentamente aun con mi mano sobre su boca. Yo sonrío aliviada y entonces la suelto. Estamos en mi habitación y cualquiera nos puede oir y, la verdad, eso no me agradaría mucho. Es justo entonces cuando Alex llama a la puerta para decirnos que la cena ya está. Abi y yo nos levantamos de la cama y bajamos hasta el comedor dónde nos esperan mi hermano y J.D. La cena transcurre tranquila, como todas durante este último mes. Charlamos sobre el trabajo en el taller y sobre otros temas normales. Cuando terminamos, Abi y yo recojemos la mesa y fregamos los platos y vasos. Cuando terminamos decido salir a la terraza a fumarme un cigarro mientras Abi se ducha y Alex y J.D. ven un partido de fútbol. Me siento en los escalones de la terraza y me enciendo un cigarro. No puedo evitar pensar en J.D. de nuevo. No puedo evitar volver a recordar esa tarde en el despacho, ni tampoco puedo evitar recordar muchos momentos anteriores. De repente escucho una canción que me encanta, TKO de Justin Timberlake.
<<I don't understand it
Tell me hoe could you be so low
Been swinging after the bell and after all of the whistle blows
Tried to go below the belt, through my chest, perfect hit, till the dawn, dammit babe
This ain't the girl I used to know not anymore, TKO>>La tarareo bajito mientras.comienza la parte que más me gusta. Escucho la puerta abrirse y supongo que debe ser Abi que terminó de ducharse y viene a charlar un rato pero me equivoco.
Es J.D.
Mi corazón se detiene en el mismo instante en que veo que se trata de él, aunque sé que no viene por mí, quizá sólo venga a decirme algo del taller, ya que empecé a trabajar a la semana después de llegar aquí. Pero no es lo que pensaba, J.D. se sienta a mi lado y me mira detenidamente. No puedo evitar hacerme un nudo de nerviosismo.
-¿Sabes? Dudo poder seguir con todo esto...- me dice- no puedo negar que me encantas y por mucho que me tire a otras, no es lo mismo...
Es lo último que me dice antes de besarme.
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Mi asfalto, tu cuerpo.
RomanceEl pasado me atormenta. No todas las heridas han sanado, y las que lo han hecho, amenazan con volver ha abrirse. Le tengo miedo al mundo aunque encierre el miedo bajo muros y muros. Ahora aparece él, arrogante, creído, posesivo y muy, pero que muy c...