Capítulo 16 (Maratón 1/2)

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La miro incrédula ¿cómo voy a correr en una carrera si yo no me he apuntado y ni siquiera tengo vehículo?
-¿Qué tipo de carrera hay esta noche?- Anna me mira extrañada y yo aún no me lo creo, sigo pensando que es una broma de muy mal gusto.
-La categoría de esta noche es de moto femenina y yo misma ví tu nombre en la lista- me dice- es más, creo que corres con la moto de J.D.

Salgo de la tienda de Anna y me dirijo al taller.

-Oye guapa, me he enterado que eres la nueva juguete sexual de J.D. ¿Es cierto?- me detengo en el sitio y me giro. Es esa chica de la que hablé con Anna. Ésta me mira de arriba a abajo, como si me evaluara y luego su gesto es un tanto repulsivo.
-¿Juguete sexual?- la miro con el ceño fruncido mientras recuerdo las palabras de Anna. Ella sólo buscará enfrentarme para conseguir pelea, por lo que decido callarle la boca definitivamente.
-No, no soy la nueva juguete sexual de J.D. pero si que es verdad que está tremendo, quizás me lo ligue- le digo. Veo como su rostro se tiñe de rojo y sé que esta batalla la he ganado yo.
Veo como cierra fuertemente los puños y acto seguido se marcha en dirección a su moto. Yo decido que es hora de volver al taller.

Cuando entro me doy cuenta de que estoy furiosa, y lo peor es que no encuentro a nadie para que le lleve a J.D. las piezas. !Esto es el colmo! Ahora me tocará a mí llevarselas.
Me dirijo a su despacho y llamo a la puerta, desde dentro una voz me dice que pase. Agarro el pomo y es entonces cuando me doy cuenta de que estoy temblando. Giro de una vez el pomo para acabar de una vez con esto. Cuando entro lo veo sentado tras una mesa de roble, en una silla negra de cuero. El despacho es espacioso y muy neutro, tan sólo con unos pocos muebles, que resultan ser dos archivadores, la mesa de roble, la silla dónde J.D. está sentado, mirando lo que creo que serán documentos, y, en frente de ésta, dos sillas más de color blanco. La habitación es de un color blanco cal que por un momento me recuerdan a las del hospital en el que estuve ingresada casi una semana. Una semana que, aunque muchos piensen que sería lo peor, para mí fue un verdadero descanso.
-Perdona, estaba mirando unos...- él enmudece, en cuanto me ve, durante unos segundos, luego se reclina en silla y cruza las manos sobre su pecho.
-He venido a traerte las piezas y el ticket- me acercó a la mesa y lo suelto todo sin ningún tipo de cuidado sobre ésta, dándole a ver que estoy enfadada. Me doy media vuelta y salgo de allí con una sonrisa victoriosa tras ver por última vez su rostro un tanto descompuesto.
El resto del día me lo paso arreglando los coches que están más lejos del despacho de J.D.

Me encanta como se siente el agua correr por mi espalda cuando llego del trabajo. Es uno de los mayores placeres de esta vida. Ver cómo se eriza la piel al contacto con ésta.
Tras disfrutar del agua, me enjabono y salgo de la ducha. Aún queda un día bastante largo, a pesar de ser por la tarde.

Al salir de la ducha, Romeo Santos, con su Propuesta Indecente, está sonando en el equipo.

«Una aventura es más divertida
si huele a peligro.

Y si te invito a una copa
y me acerco a tu boca.
Si te robo un besito,
al ver que no vas conmigo.

¿Qué dirías si esta noche
te seduzco en mi coche?
Que se empañen los vidrios
si la regla es que goces...»

Salgo del baño con una simple toalla, mientras tarareo, y entro en mi cuarto rápidamente. Cojo mi ropa interior de encaje blanco y me la pongo. Seguidamente me dirijo a mi armario para buscar algo de ropa para esta noche.Después de una gran pelea con J.D. por apuntarme a la carrera sin yo saber nada, él ha insistido hasta que ha ganado y me toca correr esta noche. Abi y Anna también corren pero mi querida cuñada se da a la fuga con mi hermano a pasar la noche en un hotel, tras la carrera y a mí me ha tocado quedarme en casa con J.D. aunque sé que todo esto es idea de Abi y que el ingenuo de mi hermano no se ha dado cuenta de lo que ella quiere conseguir. Abro el armario y decido ponerme unos vaqueros pitillos claros y un top rosa fucsia. Sé que hará frío por lo que cojo también una chaqueta de cuero negro a juego con unos botines negros de tacón alto. Me siento en la cama y peino mi pelo con el cepillo y el secador hasta dejarlo liso completamente. Cojo mi necesser del maquillaje y me acerco al espejo. Me aplico una suave capa de maquillaje en el rostro y una sombra oscura en los párpados, creando así el efecto ahumado. Termino con un poco de rímel y pintalabios rojo.
Me miro por última vez en el espejo y salgo de la habitación camino al salón para esperar a J.D. Entro en la cocina y me preparo algo para picar, sé que más tarde tendré hambre y no me gusta correr con hambre, es muy molesto. Me preparo un sándwich y cojo una lata de Coca-Cola. Mientras como miro la hora, las once y tres minutos, la carera empieza a las doce, será mejor que llame a J.D. pero éste aparece antes para sorprenderme.
-¿Estás lista, pequeña?- oh mi dios, cuando me llama así creo que me fallan las rodillas. Lo miro, haciendo como si aún estuviera enfadada y asiento. Tomo entre mi mano la Coca-Cola y terminó de beberme el resto antes de irnos.
Cuando estoy andando en dirección a la salida noto como me coge del brazo y me acerca a él.
-Me gustaría saber que diablos te pasa conmigo, pequeña- me dice. Lo miro directamente a los ojos y frunzo el ceño.
-Eres listo, adivínalo tú solito- le digo. Suelto el agarre de su mano en mi brazo y me dirijo al pasillo que conduce a la salida de la casa y cojo las llaves de la moto de J.D. Miro por el rabillo del ojo y veo que J.D. Me sigue demasiado cerca por lo que decido poner distancia entre nosotros. Salgo de casa y arranco la Honda negra de J.D. El bronco ruido depierta de nuevo mis sentidos. Hace demasiado que no monto en una moto y volver a montar una me trae algunos recuerdos que inmediatamente entierro dentro de mí. Veo como J.D. monta detrás mía y se pone el casco, es entonces cuando yo me pongo mi casco también.

Llegamos temprano al puerto, donde se corre esta noche. Todo está muy ambientado y repleto de personas. Una mesa de mezclas ambienta sonoramente el lugar. Suena Dangerous de David Guetta.

« I don't know where the lights are taking us
But fuck another night is dangerous
And nothing's holding back the two of us
But baby this is getting serious
Oh oh oh
Detain the dangerous
Oh oh oh
Detain the dangerous...»

Esta música me anima y me hace desear correr ya. Me acerco a la barra con J.D. a mi lado.
-Hola, preciosa- me dice un joven bastante mono, que está detrás de la barra. Enseguida escuchó a J.D. gruñir, lo que me hace mucha gracia pero evito reír delante de él- ¿ qué es lo que quieres tomar?- me pregunta el joven.
-Tan sólo una Coca-Cola, tengo que correr- el joven asiente con una gran sonrisa y escucho como J.D. pide otra.
El joven no tarda en traernos las bebidas, bebidas que J.D. se empeña en pagar. Al final se sale con la suya. Nos acercamos a dónde está el coche de Héctor y nos lo encontramos a él y Anna hablando con otra pareja. Con tan sólo vernos se separan de esa pareja y nos saludan alegremente.
-¿Estás preparada para correr esta noche?- me dice Anna. Yo le dedicó una sonrisa y le contesto que siempre estoy preparada.

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En la foto multimedia, J.D.

Mi asfalto, tu cuerpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora