Diabólica tentación (Billdip) #PremiosGravity2023

24: Baile de media noche 1/3 - Fiesta para los Pines

– Oh chico estás aquí, ven ayúdanos a Soos y a mí a decorar el lugar, Melody está algo indispuesta por lo que necesitamos manos extras – Stan habló una vez que divisó a su sobrino sentado en el sofá, éste asintió gustoso ante la oferta y siguió al anciano hacia el sitio destinado a ser el salón principal para la tan esperada fiesta

– Dipper, que bueno que llegas, ¿me ayudarías a colocar los globos?, tengo que encargarme del sonido y ya casi es hora de que empecemos – habló el más robusto dentro de la cabaña una vez que lo encontraron en el sitio indicado, todo estaba lleno de luces neón de distintos colores, rosas, morados y azules, había una esfera disco en el medio y la pista se veía bastante reluciente, una mesa con bocadillos y un par de banderines a cada lado de la pieza, el primero dirigido a los gemelos y el segundo dirigido a Soos y su agradable esposa, tal parecía que ese era el día en el que se marcharían con la familia de Melody para arreglar algunos asuntos, todo era tan familiar como en los viejos tiempos, pronto la tarea del menor acerca de colocar los globos y serpentinas se vio terminada con ayuda de un par de los aparatos de Ford para lograrlo, todo se veía espectacular

– Maravilloso, ahora esperemos a que esos adolescentes urgidos nos den todos los billetes en su bolsillo, morirán de tanta diversión – expresó Stan al ver el resultado de la decoración, mientras tanto, Soos hacía la prueba de sonido para asegurarse de que no hubiese ningún problema en un futuro cercano – asesinaré a Wendy cuando la vea, no ha querido venir a trabajar desde hace unos días, me preocupa que por la carga extra de trabajo Melody se halla enfermado

– ¿Sabes por qué no ha venido? – inquirió el menor de los gemelos preocupándose por ambas damas

– En realidad no me lo dijo, simplemente no quiere aparecerse por aquí, en fin, cosas de chicas, no tengo mucho tiempo para pensar en ello

– ¡QUE EMPIECE LA FIESTA! – Gritó la castaña más alegre del grupo haciendo aparición en el sitio con la euforia sellada en su mirada y sonrisa, todos rieron ante tan magnífica entrada y Soos buscó entre los viejos discos de Stan algo que fuese del agrado popular, en la entrada, Pacífica estaba cobrando por los boletos, cosa que carecía de sentido tomando en cuenta que se suponía era una fiesta con un propósito particular, no una venta de diversión, pero sabiendo cómo era la personalidad de Stan, aquello no tomó por sorpresa a los gemelos

Pronto el sitio comenzó a llenarse de personas, muchas de ellas conocidas para el par de celebrados, en una esquina platicando con Lee se hallaba Robbie, quien milagrosamente no portaba un atuendo en su totalidad negro, también se hallaron con Thomson, bastante bajado de peso, y Tambry platicando amenamente con él, tal pareciera cosas pasadas, pues la chica no dejaba de buscar imágenes en su celular para mostrarlas a su amigo, todos ellos, alguna vez considerados chicos geniales por el menor de los Pines, ahora eran adultos con una vida un tanto avanzada, la diferencia de sus edades siempre sería un problema pero si consideraba todo lo que había logrado hasta el momento, se sentía más que orgulloso de lo que era

– Oye Pino tengo algo que decirte – la voz aguda de su enemigo le saco de su ensoñación, ¿hacía cuanto que estaba parado a su lado?

– C-Claro – contestó dudoso de lo que fuera que el demonio tuviese que comunicarle, se veía serio y un tanto intranquilo, avanzaron hasta la mesa de alimentos a la que nadie prestaba atención por concentrarse en la pista y en la mesa de bebidas al otro lado del salón, el rubio tomó un par de pastelillos entre sus manos y ofreció uno al chico junto a él – ¿qué querías decirme?

– Tu hermana lo sabe – aquellas palabras cayeron como un balde de agua helada encima del menor, tanto así que dejó caer el pastelillo en sus manos para pasar éstas a recorrer cada centímetro de su cabello en una mueca desesperada – Pero tranquilo – musitó tan pronto cómo pudo evitando que el manjar dulce cayera al suelo envolviéndolo en una tenue flama azulada que por suerte, nadie notaría – ya platiqué con ella y está de acuerdo en que siga viviendo aquí, siempre y cuando no haga tratos con nadie dentro y no trate de matarlos – esbozó una sonrisa aparentemente inocente hacia el menor, luego de aquello, le volvió a entregar el pastelillo