11: Sueños de pesadilla

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– Me hubieras quitado un peso de encima, es una lástima – se encogió de hombros al ver que el chico se reincorporaba a la vida, tomó sus cosas y las guardó en la mochila a toda prisa, únicamente dejando fuera la lámpara – he terminado, debemos irnos, ah, olvidé mencionar que, debido a que ni Ford ni Stan saben que te quedarás en la cabaña, debemos buscarte un lugar para dormir, pensé en la tienda de regalos, nadie baja allí por las noches y solo deberías esconderte en caso de que alguien se acerque

– ¿Bromeas?, no dormiré en la entrada de la cueva del horror de tu tío, si me encuentra y me ata a una de sus estúpidas máquinas te devolveré el sufrimiento – se levantó por completo del suelo sacudiendo sus ropas con premura, posó su mano sobre el sobrero de su estatua y fue allí donde descubrió que, más allá de su propio "escape mental" usado por Axolotl, había recuperado su tamaño, se miró de pies a cabeza con una sonrisa enorme en el rostro, tocó su ojo y efectivamente aún poseía el parche, pero al menos ser tamaño humano y no tamaño hada era toda una proeza – ¡Mira Pino soy normal! – dio un giro completo sobre su eje para admirarse, acto seguido, encendió en su mano una flama azul y la posó sobre el sombrero de su estatua con total serenidad, escabullendo sus dedos por en medio de las llamas azuladas que lentamente se apagaban hasta ser casi imperceptibles – lo sabía, mi poder es apenas el necesario para mantenerme aquí – susurró inaudible a su contrario, finalmente, aquellas llamas se extinguieron por completo obligándolo a centrar su vista en el castaño

– En primera, dudo que siquiera te note el tío Ford, y si eso te molesta, podría decirle a Candy o Grenda que te acepten en sus casas~ – le miró por el rabillo del ojo con una sonrisa juguetona en los labios mientras comenzaba a avanzar por la arboleda con la iluminación de la linterna y la bóveda celeste sobre de él cómo únicos guías, inmediatamente fue seguido por el de cabellos dorados con una expresión aburrida, negando eufóricamente a la propuesta del adolescente – bien, y como segundo punto, no eres normal, nada en ti lo es, eres un psicópata, maniaco, demonio de las pesadillas reales y fantásticas, así que no, no eres normal, que te veas como uno de nosotros no significa que debamos tratarte como tal – se adelantó un poco dejando atrás al demonio por solo unos pasos, durante su investigación a la roca, pensó en preguntarle a Bill acerca de las cosas que allí había visto, dibujos y escrituras bastante viejas o futuristas, sin embargo, el demonio estaba plácidamente dormido a la mitad del césped, justo frente a su propia tumba, no pensó en molestarle ya que había notado el cambio en su tamaño, y creyó que quizás solo necesitaba descansar para poder auto-controlarse, así que lo dejó pernoctar a sus anchas, continuó escribiendo lo poco que podía entender de la roca frente a sus ojos, y cuando hubo terminado y la luz del sol ya no le proveía una luminosidad adecuada para llevar a cabo su labor, se sentó a un lado del demonio para poder admirar los rasgos de la piedra, cada línea de ella estaba perfectamente detallada al ser que tanto daño le había hecho, se obligó a pensar detenidamente en lo que había sucedido a lo largo de su día, llegó al pueblo, peleó en el futuro, trajo consigo un demonio, cuidó al demonio, hizo un trato con él y ahora, parecía tratarlo como su amigo de alguna manera, se golpeó la frente ante este último pensamiento, ¿cómo podía hacer aquello?, quizás estaba idiota o algo similar, suspiró fastidiado de su propia mente, siempre pensando de más

– Otro tiempo y forma – susurró el chico acostado a su lado, entre demás palabras confusas que apenas y logró percibir el castaño, entre las que destacaban "estúpido, prisión, Pino y destino", las escribió velozmente en una hoja al azar de su diario y acercó su oído derecho lo suficiente a sus labios para poder escuchar si decía alguna otra cosa, sin embargo los murmullos cesaron y el demonio parecía haber dejado de respirar por un par de segundos, a lo que el menor únicamente atinó a revisar si estaba vivo, le picó con lo que tenía a la mano, en este caso su lápiz, un par de veces antes de verlo abrir los ojos

Diabólica tentación (Billdip) #PremiosGravity2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora