2: Reencuentro poco favorable

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Salió de la Cabaña respirando hondamente el aire puro del bosque, escuchando con claridad el trino de las aves y el susurro del viento que le decía "aún no acaba Pino", ¿espera qué?, el chico miró a todos lados buscando al responsable de pronunciar aquellas palabras, sin embargo, no tuvo mayor éxito que hallar a su tío Stan bebiendo una soda en la banca a un lado de la pared; negó con la cabeza y se dispuso a caminar en medio de los frondosos metros cuadrados que cubrían los alrededores del centro turístico, ensimismado en sus pensamientos y la belleza del bosque continuó su camino sin rumbo un par de horas.

– Oh vaya, aquí está el lugar donde hallé el diario, mira Mabel... es cierto, estoy solo, y peor, sigo hablando solo – el menor de los Pines rodó los ojos con media sonrisa en el rostro para dirigirse al árbol metálico que le revelaría el viejo compartimiento del diario 3; haló de la palanca y el sitio se mostró nuevamente tal y como la primera vez, se acercó a él con tal de rememorar aquel día y el inicio de sus aventuras de verano, el polvo inicial penas y dejaba ver el interior, las telarañas le proveían una vista bastante espeluznante y desolada, finalmente, cuando todo ese espectáculo se disipó, pudo divisar el fondo de la caja metálica subterránea, nada fuera de lo ordinario, completamente vacía y sin rastros de haber sido abierta con anterioridad

Se sonrió a sí mismo antes de abandonar el lugar, no caminó un par de pasos cuando nuevamente se abrió la compuerta del suelo, cosa que le pareció extraña puesto que no podía accionarse a menos que tiraran de la palanca en el árbol; regresó sobre sus pasos a asegurarse de que los mecanismos no estuvieran averiados, todo en orden, se acercó a la compuerta para mirar dentro nuevamente, nada fuera de lugar, tal y como la había dejado hacía unos segundos; se dio la media vuelta junto con el susurro del viento, al girarse pudo observar una silueta que se desvanecía en una luz blanca, trató de darle alcance pero fallidamente, cayó al suelo por haber tropezado con un pedazo de tronco.

– Oh mierda, este lugar sigue igual que siempre

– ¿Dipper Pines Siglo XXI? – aquella voz le sacó de sus pensamientos y lo obligó a levantarse de golpe mientras miraba a la nueva silueta que se hacía presente en el mismo az de luz que segundos antes había desaparecido; al girar la mirada pudo observar a un hombre de estatura arriba de la suya, cuerpo formado y lentes verde esmeralda, su traje negro le cubría por completo hasta el cuello

– ¿Un guardia del tiempo?, creí que Bill los había aniquilado junto al bebé tiempo en el Raromagedón – mencionó confundido mientras se levantaba de su lugar y sacudía sus ropas siendo apenas observado por el más alto

– Solo responda la pregunta que se le ha hecho

– Sí, soy yo, ¿qué sucede? – el chico se acercó lentamente al hombre que le miraba con una sonrisa de satisfacción y suficiencia

– Bajo el mandato del Padre Tiempo y la autoridad conferida en mi – el hombre se acercó al castaño tomándole por las muñecas y amagándolo contra uno de los árboles cercanos – queda usted arrestado – colocó un par de grilletes negros en las muñecas del chico, al tiempo que estas se extendían por sus manos formando una cápsula de metal que imposibilitaba sus movimientos; acto seguido, una luz blanca cegó al gemelo quien apenas y pudo abrir la boca para hablar antes de quedar atónito con el paisaje que se alzaba

Un enorme coliseo rodeaba a cientos de gladiadores que vestían de formas poco convencionales, algunos armados con lanzas, dagas, otros más practicando a puño limpio sus golpes y movimientos y finalmente, algunos pocos que se hallaban en la misma situación que él, atados de manos mirando el extraño espectáculo de la arena frente a ellos. Un hombre de larga cabellera y barba de blanquecinos tintes se acercó al centro del sitio, siendo seguido por un par de guardias que le escoltaban celosamente. La figura de edad avanzada, o al menos eso parecía desde donde el castaño se hallaba, comenzó a aumentar de tamaño hasta llamar la atención de todos los presentes.

– Soy el Padre Tiempo, para aquellos que no han oído mi nombre, o que desconocen siquiera este punto de la historia, he relevado a mi antecesor y descendiente, el Bebé Tiempo; en esta ocasión, tenemos a varios gladiadores que desean justicia en los juicios que les fueron impuestos ante los hechos que sucedieron en los últimos 15 años

La multitud, que recientemente se hacía notar en las gradas del coliseo, comenzó a gritar desenfrenada, lanzando porras a su favorito e incluso, apostando y traficando mercancía alusiva a las peleas que se llevarían a cabo en los próximos minutos; el escenario perdió cualquier iluminación presente hasta quedar en las tinieblas, el silencio se posó amenazador, los sonidos de las respiraciones agitadas de los primeros contendientes era lo único que rompía aquella helada escena.

– El Globnar ha iniciado – habló nuevamente el peli-blanquecino con voz autoritaria extendiendo sus brazos al ritmo de la luz que volvía a cernirse sobre el lugar mostrando a dos gladiadores de puño limpio – ya saben las reglas, quien sea el primero en tocar la esfera será considerado ganador de la contienda y podrá cumplir un deseo, el perdedor, deberá cumplir la condena propuesta y la de su oponente

– Vaya, este juego ha cambiado mucho desde hace 5 años – mencionó Dipper tratando de hacer conversación con su captor

– El padre tiempo es más severo en cuanto a sus decisiones, estará al mando hasta que su próximo descendiente y superior esté listo

– Estas líneas del tiempo saltadas me dan jaqueca – mencionó mirando la primera pelea que se suscitaba a unos metros de distancia, el primer peleador, semidesnudo con solo un taparrabos cubriendo su piel, golpeaba ferozmente al contrario, quien poseía larga cabellera pero quedaba desprovisto de ropa en la parte superior de su cuerpo

Las peleas pasaron y poco a poco los contendientes se fueron disipando, algunos ganaban y otros perdían entre gritos de lamento y horror al descubrirse siendo transportados a la prisión del tiempo por una condena mayor a la que pudieron haber pagado.

– Finalmente, la pelea de la noche, acusado por más de 10,000 crímenes en la segunda y tercera dimensión, condenado a recibir una forma física para pagar sus infracciones en esta dimensión, el demonio de las pesadillas, Bill Cipher

– ¿¡QUÉ!? – El castaño miraba a todas partes en busca del isósceles que le hubiera atacado y casi matado 5 años atrás; las luces nuevamente desaparecieron del lugar para posarse tres reflectores en medio del público que empezó a gritar emocionado debido a lo que se venía, las luces bailaban de un lado al otro en busca del mencionado, hasta dar contra la puerta a la izquierda del coliseo, dos guardias escoltaban a un chico de cabellera rubia, sonrisa caída y traje del mismo color que su cabello, traía la cabeza gacha y apenas y se podían definir los finos rasgos de su rostro, sus pantalones negros parecían levemente rasgados al igual que su saco, dejando ver que debajo de él traía puesta una camisa blanca; amagado de tobillos y manos avanzaba lentamente haciendo que las cadenas chocaran unas con otras y el suelo mismo rompiendo por completo la cordura de quienes le veían aparecer

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LISTO! Lo prometido es deuda, si les gustó el capítulo voten, comenten su parte favorita del viaje y síganme para más historias!!!!

Sueterville les desea un lindo inicio de semana!!!!!

Diabólica tentación (Billdip) #PremiosGravity2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora