3: La celda que nos une

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– Su contraparte es un simple humano, acusado de causar el Raromagedon y la difamación de criaturas mágicas a lo largo de las generaciones, el representante de la familia Misterio, Dipper Pines – dos de los reflectores dejaron de posarse sobre el demonio claramente cansado y se dirigieron a la puerta derecha del coliseo mostrando al castaño que se cubría con los antebrazos para no ser cegado por la luz blanquecina que golpeaba su rostro atormentando su vista

– Yo no causé el Raromagedon, ¡ese fue Bill! – refutó mientras su captor lo llevaba al centro de la arena y se deshacía de sus amarres

– No lo intentes Pino, ellos no te escucharán por más que les grites – el rubio hablaba con la voz chillona que le caracterizaba apenas dejando ver una sonrisa ladina en su rostro gacho, las cadenas pronto también fueron desalojadas de sus pies y manos, sobó sus muñecas y movió sus tobillos para finalmente dirigir su mirada ámbar hacia el chico frente a él – espero que te guste estar encerrado, porque pasarás los próximo 10 eones en una celda – su rostro ahora se mostraba tétrico y sádico, tal y como el menor de los Pines le recordaba

– Pagarás por tus crímenes Bill, no importa si me inculpaste, mostraré mi inocencia – el contrario solo le sonrió con suficiencia, como diciendo "no esperaba menos", se movió un par de pasos hacia el chico y cayó de rodillas clavando las uñas a la tierra que se extendía debajo de sus manos maltratadas

– Dame unos segundos para recuperar el aliento y te patearé el trasero – el chico parecía más agotado de lo que cualquiera hubiera imaginado, sus ojos se mostraban cansados y sus piernas temblaban, al parecer, su transformación no le había sentado

– ¿Cuánto llevas siendo humano? – preguntó preocupado el chico, si bien, quería que Bill pagase por sus pecados pasados, no se dignaría a pelear con alguien que apenas y tenía control de sus propias acciones; como respuesta, una risa resonó por todo el lugar a la par que el escenario se tornaba azul

– Cinco años – de la nada el demonio se levantó de un salto golpeando la barbilla del castaño haciendo que éste retrocediera un par de pasos antes de detenerse y mirar con rabia al rubio que le sonreía con malicia – ¿qué sucede Pines Niño, olvidaste cómo golpear?

El contrario solo bufó molesto ante la provocación del muchacho frente a él, se puso en guardia y optó por defenderse del contrario y luego atacar, el contrario asestó varios golpes contra su abdomen y rostro siendo bloqueado en algunos casos, si bien Dipper no era exactamente un peleador, tampoco era demasiado débil como para no defenderse; el pequeño Pines al ver que Bill se distraía para alentar a la audiencia a que le inflara su desgastado ego, se abalanzó sobre el chico golpeándolo repetidas veces en el rostro, apenas dándole tiempo de retroceder y limpiarse la sangre que ahora emanaba de su labio inferior.

– No debiste hacer eso – su ojo derecho se tornó rojo cual rubí siendo examinado a la luz, sonrió con plenitud y se abalanzó contra el de menor estatura tomándole del cabello y estampándolo contra el suelo – vamos Pino no lo hagas tan fácil

– ¡HEY CHICO! – una voz que el castaño reconoció pero no alcanzó a divisar lanzó hacia él un objeto de cilíndrica apariencia, un pequeño bastón de apenas unos 20 centímetros y color negro, que el chico utilizó para golpear la cara del contrario y lograr que se apartara un par de metros

– La esfera, debo llegar a ella – corrió lejos del demonio hacia la esfera que se alzaba brillante al centro de la pela, sobre una pequeña escalinata que no tardaría en subir si mantenía el ritmo que ya había marcado con sus propios pasos apresurados

– No tan pronto Pines Niño, ¡este es mi juego! – El rubio tomó el bastón que había terminado en el suelo para después apretar con fuerza el mango de éste y lograr que una guadaña hiciera acto de presencia en sus manos – ¿enserio lo usaste solo de palo? – el chico rio a carcajadas mientras el castaño evitaba el contacto con el filo del arma que era arremetida en su contra por la mirada furiosa de su contrincante

– No te dejaré ganar, debes cumplir tu sentencia – corrió lo más rápido que sus piernas le permitieron avanzar sin titubear; el sonido sordo de algo golpeando contra la superficie arenosa seguido de un lamento fueron suficientes para lograr que la audiencia entrara en euforia, en el suelo, goteando de sangre, Pines yacía con una guadaña enterrada en la parte baja de su pierna izquierda – i-idiota, aun así...

El chico de cabellera dorada se acercó con pasos calmados hasta el pie de la escalinata donde su contrincante reposaba adolorido, se agachó hasta quedar a su altura y le tomó del mentón con una sonrisa repleta de satisfacción – No lo intentes Pines, sólo diré que la comida aquí no es tan mala, aunque tampoco sé mucho de alimentación humana – finalmente le soltó y miró con supremacía guiñando su ojo izquierdo mientras comenzaba a andar escaleras arriba para tomar la esfera, pero antes de que pudiera avanzar lo suficiente para alcanzarla, una mano le tomó del tobillo y haló con fuerza logrando que cayera de cara sobre los escalones haciéndose sangrar el labio

Detrás de él, el adolescente Misterio se levantaba sangrante con la guadaña en mano y una mirada cansada pero no rendida, con pasos lentos subió la escalinata y colocó el mango del arma sobre la espalda del rubio para evitar que se levantara – No lo intentes Bill, la comida no es tan mala – el contrario solo sonrió con los dientes bañados en tinte rojo proveniente de su propio interior, sus ojos molestos se posaban sobre la pierna herida del castaño que a duras penas trataba de continuar hasta la cima y tomar el premio, con su mano libre, tocó la herida de Pines presionándola y haciéndola sangrar junto a un alarido de dolor por parte del contrario, se levantó del suelo y a rastras intentó continuar hasta el límite que alcanzaba su vista antes de ser cortada por la cegadora luz de la esfera – AHHH Bill, no lo harás

La lucha por llegar a la cima se había vuelto intensa, la multitud abucheaba a uno o a otro, el sudor corría de sus frentes como ríos salados que se colaban a sus labios que carecían de color, paso a paso los dos chicos avanzaban más hacia su final o su victoria, todo se perdía, solo el dolor de sus cuerpos y la meta a unos metros eran todo lo que les importaba – Basta niño, ríndete, ambos sabemos que no eres nada sin los diarios, dime, ¿qué tanto saben tus padres sobre eso? – el contrario comenzó a enfurecerse por los comentarios que eran lanzados al aire pero rebotaban contra sus oídos con fuerza, trataba de no caer en provocaciones o de lo contrario solo lograría perder el control y terminaría perdiendo tal y como Bill deseaba – ya veo, tus padres saben demasiado, ¿y qué opina Mabel de que Ford sigue queriéndote en Gravity Falls?, ¿no fue eso lo que causó el Raromagedón? – punto de quiebre, fue lo único que pensó Dipper antes de subir las escaleras corriendo sin importarle el dolor en su pierna y músculos, el contrario hizo lo mismo, levantándose de golpe para darle alcance, a unos centímetros de tocarla y Bill se había aferrado a su pierna – NOOOOO – la esfera fue alcanzada por el castaño que terminó siendo cegado por una luz blanquecina que se esparció por todo el lugar dando por terminado el torneo

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Hoy os traigo un nuevo capítulo que espero disfruten!!!

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NOS LEEMOS LUEGO!!!

Diabólica tentación (Billdip) #PremiosGravity2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora