47: Volver

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Llevaba varios minutos mirando la tarjeta que ahora posaba sobre la mesa de noche, en algún punto decidió que debía consultar de eso con su tío en cuanto éste llegara, pero lamentablemente llegaría hasta esa tarde, posiblemente cansado, por lo que tendría que esperar a la mañana siguiente para abordar el tema, por ahora sólo se podía limitar a desenredar sus pensamientos y en buscar una manera adecuada de decirle a su mentor "Tío, necesito saber quién es este sujeto que me quitó de encima a un hermoso acosador de sueños", aquel pensamiento comenzaba a volverlo loco de alguna manera. Habían pasado al menos dos días desde su pequeño incidente en la residencia Noroeste, Pacífica no se había asomado por el sitio o le había llamado en todo ese tiempo, quizás ella entendía que necesitaba tiempo, pero eso no impedía que sintiera la necesidad de verla, aunque fuese solo unos momentos para poder contarle su situación y poder conciliar el sueño; llevaba ya varias horas meditando sobre lo que debía hacer cuando la puerta de la cabaña replicó haciéndolo reaccionar para abrir de inmediato, al hacerlo, una chica de cabellera dorada, como si de una extraña coincidencia se tratara, yacía caminando lejos del sitio murmurando cosas que no alcanzó a escuchar – ¿Pacífica? – le llamó tratando de atraer su atención, lográndolo en pocos segundos

– Lo siento, como no contestabas supuse que no estabas en casa y... – la chica se detuvo de su parloteo y entró en la cabaña como le era indicado por quien consideraba su pareja – ¿Aún estás solo?, creí que habrían regresado hace días

– Bueno, al Tío Ford le surgieron algunos asuntos y Stan fue detenido por sublevarse a un oficial de vuelo, aunque dicen que estará bien, saldrá en un par de días – la chica sonrió ante ese hecho y acompañó al castaño hasta la sala y tomaron asiento; el siguiente par de horas pasaron hablando sobre algunas de sus aventuras recientes, las cosas de las que se habían perdido estando distanciados, parecían una pareja feliz y común, como cualquier otra en un soleado día de primavera, nada fuera de lugar, incluso se dieron a la tarea de evitar el tema de lo que había sucedido la última vez que se vieron, simplemente pasaron de largo el asunto y continuaron como si nada ocurriese, ahora, Dipper mantenía su brazo por sobre los hombros de su novia mientras recargaba parte de su cabeza en su pecho, no recordaban el momento en el que tomaron aquella posición pero se sentían tranquilos

– Dipper, debo decirte algo – indicó la rubia para después proseguir al no recibir respuesta inmediata – Creo que es importante porque nos compete a ambos y no me gustaría que haya malentendidos

– Claro – mencionó mientras comenzaba a jugar con el suave cabello de la chica que comenzaba a temblar mientras trataba de dar inicio a su conversación

– La razón por la que vine fue porque la próxima semana mis padres y yo iremos a España – indicó la rubia mirando por el rabillo a su novio que no hizo más que sonreír como diciendo "¿Y?", así que prosiguió – No vamos en calidad de turistas, iremos para cerrar algunos negocios con un agente de bienes raíces

– ¿Tus padres aún tienen propiedades allí? – inquirió el joven inclinándose para poder mirar de frente a la rubia, quien solo atinó a negar lentamente con la cabeza mientras agachaba la mirada

– En realidad piensan comprar alguna mansión por allá, ellos quieren mudarse – aquello último cayó como un balde de agua fría sobre el castaño, apenas y podía contener su sorpresa cuando la chica continuó su relato – Dicen que no se sienten cómodos aquí sabiendo que la mitad del pueblo nos odia por convencer a McGucket de revendernos la mansión a un precio tan estúpido, además de que piensan que no tiene sentido quedarse si no son el centro de atención

– ¿De qué hablas?, nadie aquí los odia, además, son considerados parte de los héroes del pueblo, claramente los adoran y son, por mucho, el centro de atención – espetó el menor mientras giraba los ojos tratando de mostrarle lo evidente que era aquel hecho, pero, contrario a eso, sólo logró que la rubia se ensimismara más en su propio mundo colmado de preocupación – Lo digo enserio – indicó bajando un poco el tono de su voz para empatizar con la fémina – Ustedes son importantes aquí, igual que cada uno de los habitantes de este pueblo... sin ti yo...

Diabólica tentación (Billdip) #PremiosGravity2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora