31: De compras

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Finalmente el día más esperado para el rubio había llegado, podría salir de esa enorme mansión y volver a la cabaña junto a Dipper Pines, no es que le molestara permanecer en aquellas cómodas camas y lujosos espacios, pero de alguna manera había aprendido a apreciar las pequeñas cosas que la vida le traía, perder su inmortalidad aunque fuese por un escaso minuto, le hicieron entender todo lo que Axolotl había expuesto como "irremplazable", ahora podía comprender la razón por la que los humanos vivían de formas tan irracionales.

Frente a la mansión esperaba impaciente, con un libro en mano y un bolígrafo en la camisa, un hombre de castaña apariencia y sonrisa alegre, mirando expectante las puertas que se abrían frente a sus ilusionados ojos, jamás pensó que Bill Cipher llegara a ser motivo de su emoción, pero allí estaba, corriendo a recibir a un rubio sarcástico que poco o nada disimulaba su alegría de ver al Pines – ¡Soy libre!, esto se siente como salir de prisión después de mucho tiempo – bromeó el mayor de ambos mientras revolvía la cabellera que le había cuidado en todo ese tiempo

– Bueno... se puede decir que conoces la sensación – correspondió el menor siendo acallado con un golpe en el hombro – Bueno, bueno, supongo que quieres descansar, yo iré a la cueva, tengo unas investigaciones pendientes y...

– Wow, tranquilo niño, no quiero dormir, eso es lo último que quiero hacer ahora, preferiría comer, y por lo que veo aún no desayunas, vamos, yo invito – le sonrió abiertamente dejando sin habla al chico a su lado – ¿Acaso te gusto o por qué no cierras la boca? – el menor se tiñó por completo de rojo y negó efusivamente con la cabeza provocando una carcajada en el rubio – ven, no puedes negarte, es mi compensación por tus buenos cuidados – el contrario asintió y le siguió sin pronunciar palabra alguna, caminaron hasta el pueblo de forma calmada admirando cada detalle del bosque que les rodeaba, si aquellos árboles y animales hablaran, ¿cuántas cosas no dirían acerca del sitio?, era impresionante la manera en la que esa frondosa arboleda ayudaba a encubrir la mayor parte de los sucesos mágicos del lugar, haciendo a los habitantes completos ignorantes de la verdad

– ¿Vamos a ir a la Cafetería de Linda Susan? – inquirió el gemelo tratando de encontrar la mirada de Cipher, sin embargo éste no le contestó hasta estar de pie frente al establecimiento

– Me prohibieron entrar... pero supongo que si vengo contigo no habrá problema alguno

– No quiero ni preguntar qué fue lo que hiciste para que ella te echara, pero supongo que si te comportas y no haces ninguna estupidez todo estará bien – sin pensarlo mucho tomó al demonio de la muñeca y se aventuró dentro del local, igual que siempre había varios comensales desayunando, algunos en la barra y otros más en las mesas aledañas a las ventanas del establecimiento, la música sonaba por lo bajo desde la radio alojada en el filo de la cocina, algunas personas platicaban amenamente mientras otras posaban su atención sobre los dos nuevos clientes que se apresuraban a ocupar un lugar en una de las mesas del fondo

– ¡Dipper!, buenos días, ¿qué vas a querer? – la mujer dueña del establecimiento se había acercado a tomar las órdenes de los comensales, sin percatarse realmente del chico rubio que se había sentado frente al castaño

– Waffles, y también una malteada de chocolate, ¿tú qué quieres Bill?

– Lo mismo, realmente no he probado la comida de aquí así que quiero experimentar un poco – la mujer le miró con detenimiento antes de enarcar una ceja y anotar en su libreta lo que le habían solicitado, se giró a la cocina y desapareció por unos minutos antes de volver con los alimentos

– Creí que te había dicho que no regresaras

– Lamento mis acciones señorita, prometo no volver a causarle inconvenientes – sonrió de lado mostrándose sincero a la mujer que ahora le sonreía amablemente

Diabólica tentación (Billdip) #PremiosGravity2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora