Capítulo 54°: "Sueños con recuerdos"

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-¿Estás bien?-Le preguntó Raven a Chico bestia. Luego de volver a la torre, Chico bestia ni siquiera quiso sentarse en el sillón y agarrar el control remoto. Ni siquiera cruzó palabra con alguno de los Titanes en la ciudad. Simplemente se convirtió en un cuervo verde y se fue solo. Ninguno de sus compañeros lo siguió, sabían que necesitaba estar solo.

Al llegar, Raven lo siguió hasta su habitación.

-¿En serio quieres que conteste eso?-Preguntó él toscamente.

-No entiendo realmente por qué...-Comenzó ella.

-Raven, si vas a comenzar a decirme todo lo que hice mal...creo que es mejor que te vayas-Interrumpió el titan. No deseaba tratarla de esa forma, sobre todo porque la conocía muy bien y sabía que detrás de esa máscara de indiferencia, Raven era una persona muy vulnerable; pero volver a ver a Terra lo transportó al pasado nuevamente y desenterró recuerdos que creyó ya haber superado. Claramente no lo había hecho.

Raven hizo caso a su reclamo y salió rapidamente de su habitación. Sintió sus emociones revolotear dentro de ella y vio, al entrar a su lugar seguro, como el jarrón apoyado sobre su repisa salía disparado hacia la otra punta de la habitación, estrellandose contra la pared y haciéndose añicos.

Detuvo sus pasos y tomó un larga y profunda inhalación. Debía controlarse o volaría todo en pedazos. Caminó hacia el centro de la habitación y levitando cruzó las piernas y se sentó en el aire, poniendo sus brazos sobre sus rodillas.

Respiró:- Azarath...Metrion...Zinthos-Murmuraba mientras en cada palabra tomaba aire y lo soltaba al instante. Lo repitió y lo repitió hasta que finalmente sintió control otra vez.

(...)

Ni Chico Bestia ni Raven se presentaron para la cena, los tres titanes restantes supieron que era mejor esperar a que las cosas entre ellos se calmaran para poder hablar, que cada uno tenía su pequeña batalla librándose en su cabeza y que era mejor no entrometerse.

Starfire tenía muchas preguntas, y Robin y Cyborg no estaban tan afectados por la situación como para no responderlas. Hace cuánto había sido todo eso, cómo habían conocido a Terra, cómo es que Slade había podido convencerla para cambiarse de bando, por qué Chico bestia había estado tan involucrado...esa pregunta no había sido necesario responderla, ella ya sabía la respuesta. Lo supo cuando miró al líder. No elegías involucrarte con una persona, solo sucedía. No se sentía cómoda en admitir que estaba sintiendo cosas por el joven titán, más allá del sexo. Admitirlo en voz alta sería hacerlo realidad y no estaba lista para eso. Además le aterraba pensar en cual sería la respuesta de Robin y peor aún, le aterraba pensar que él no sintiera lo mismo. Se negaba a ponerse en ese ridículo, confesarse como una joven adolescente y ser rechazada por el mejor ejemplo de fuck boy que había conocido en su vida.

Los dos titanes contestaron todas sus preguntas y cuando cada uno se sintió satisfecho, tanto con la conversación como con la comida, se retiraron cada uno por su lado. Robin y Starfire partieron juntos hacia la habitación de la chica, algo que ya tenían como cotidiano, y Cyborg se quedó en la sala principal, siguiendo con su larga y exhausta investigación sobre el nuevo aprendiz de Slade y prometiéndose no dormirse en el trayecto.

No hubo mucha acción entre los dos titanes que se fueron juntos. Robin había comenzado a darse cuenta que luego de una misión en donde la pelirroja había usado mucho sus poderes, volvía a la habitación con un gran cansancio instalado en sus hombros, y en cuanto tocaba la almohada caía rápidamente dormida. Muchas veces le había dicho que no era necesario que durmieran juntos, si no iban a tener sexo no tenía porque quedarse con ella; pero a él no parecía molestarle verla dormir tan plácidamente y que inconscientemente se acurrucara junto a él cada vez que se dormía lo había convencido de quedarse con ella cada vez que se hacía de noche.

Teen Titans: La chica del cabello de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora