Capítulo 35°: "Instantes"

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-¿Qué mierda están haciendo?-Preguntó Robin al entrar a la sala luego de ducharse, y ver a dos de sus compañeros calentar un gran bowl de palomitas.

-Vamos a mostrarle Chernobyl a la señorita nuclear de allá-Dijo Cyborg,señalando a la tamaraniana sentada justo en el medio del sillón,con los brazos extendidos en el respaldo superior del mismo,quien al escuchar ser nombrada se volteó hacia el recién llegado.
Ella también se había bañado,y su pelo rojo incendiario, ahora mojado, estaba comodamente alojado todo de un lado.

-¿Van a viajar a Ucrania para mostrarle una ciudad destruida por un reactor nuclear?-Preguntó él,sin apartar la vista de la peliroja.

-Oye eso no es una mala idea,¿Hay pasajes de avión que te lleven a Chernobyl?-Preguntó Chico bestia,mientras robaba un par de caramelos de la caja.

-Oh si,claro,ey,¿Por qué no vamos a Hiroshima y Nagasaki también?-Respondió a eso irónicamente Raven,mientras apartaba su vista de su libro, rodando los ojos.

-¡Sabía que podías tener buenas ideas Raven!-Dijo el titán verde-¿Creen que lleguemos a encontrarnos con un monstruo radioactivo?

-Ya tienes uno en tu sillón-Acotó Cyborg,sintiendo al instante el almohadaso letal de respuesta. Robin sonrió al volver a mirar a Starfire, y ella le sonrió también pero extrañada. No tenía idea de por qué era esa sonrisa y se le hacía raro verlo justamente a él sonreí.
Cyborg volteó al líder titán, quien todavía estaba confundido- La serie Robin,por el amor de Dios, la serie.

-¿Hicieron una serie?-Preguntó incrédulo.

-Yo nunca la ví,¿De qué trata?-Preguntó Chico bestia,metiendo nuevamente la mano en el tazón de dulces cuando un golpe rápido en la mano de parte de Raven lo detuvo.

-Oh pues,de un grupo de niños que deciden hacer una pijamada en la planta nuclear-Dijo sarcástico el titán mitad robot.

-Suena aburrida-Comentó el titán verde.

-A veces me preocupa la poca agua que llega a tu tanque-Respondió- Como sea,¿Te nos unes Robin?

-Ehh no lo sé,tengo que...-Intentó excusar Robin. La verdad era que él no se estaba sintiendo demasiado cómodo en la compañía de cierta peliroja. Que Slade adivinara exactamente como habían sido las cosas con Starfire no hacía más que enfurecerlo, y que sugiriera la idea de que le gustará aquella extraña y peculiar chica lo hacía sentir increíblemente expuesto. Ciertamente era un asco en temas del amor. Nunca sabía que decir,ni qué hacer, siempre se sentía incómodo expresando sus sentimientos, o más bien,nunca había sabido expresarlos. No comprensiblemente. En lo único que era bueno, era en el sexo.

Pero se sentía diferente con Starfire. No sentía amor puro y enamoradizo, era imposible que le pasara eso a él. Pero si le agradaba más que las demás personas. Y eso ya era un paso gigante, enorme, que lo asustaba. Aunque no lo reconocería a nadie, claro.

-Vaaamos, no querrás perderte esto. Sentirás la impotencia y el odio hacia la raza humana y podremos volver a insultar a los Ucranianos-Le insistió Cyborg- ¿Quien no querría ver eso?

-Además-Saltó Starfire-¿Qué más tienes que hacer?

Tuvo una discusión interna y silenciosa por unos escasos segundos, antes de suspirar y caminar hacia el sillón.
La peliroja lo miraba en todo momento y era imposible no sentirse abatido por aquellos dos grandes faros verdes.
Se sentó casi al final del sillón, a unos considerables y seguros dos metros y medio de distancia. A la tamaraniana solo le resultó graciosa la situación,pero no dijo nada al respecto.

Se unieron los últimos dos que faltaban, siendo acompañados por dulces y palomitas. Cyborg se sentó justo al lado de la peliroja y miró un poco extrañado al titán apartado.

Teen Titans: La chica del cabello de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora