Capítulo 12

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-Despierta mi bien despierta, mira que ya amaneció

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-Despierta mi bien despierta, mira que ya amaneció. Ya los pajaritos cantan, la luna ya se metió – los cantos de los niños y sus madres despertaron a una rubia pecosa, la cual el día de hoy cumplía 19 años.

-¡Feliz cumpleaños, Candy! – gritaron varios niños al mismo tiempo, y se abalanzaron sobre ella.

-Jajaja, ya, ya – dijo entre risas, cuando los niños empezaron a hacerle cosquillas – Gracias, gracias a todos – agradeció abrazó a cada uno de sus pequeños hermanos.

-Felicidades, Candy – Lilly se abrazó a Candy – Te quiero, te quiero mucho.

-Y yo a ti, Lilly.

-Candy… - susurró la señorita pony cuando la rubia salió de la cama y se acerco a ella – Mi niña, cada vez dejas de ser la bebé que criamos para convertirte en un preciosa mujer.

-Gracias señorita pony.

-Candy, mi niña – empezó a hablar la hermana María – La señorita pony tiene toda la razón, poco a poco te estás convirtiendo en una gran y hermosa mujer.

-Gracias a las dos – dijo, Candy y abrazó a las dos al mismo tiempo – Las quiero tanto – mencionó entre lágrimas – Puede que mi verdadera madre no me haya querido, pero gracias a eso, Dios me dio la bendición de tener dos madres amorosas.

-No digas eso, Candy. Seguramente tu madre no tenía como cuidar de ti y por eso hizo, lo que hizo – la hermana María trataba de consolar a Candy, pero la huérfana sabía que sus palabras eran como tapar el sol con un dedo.

-Sí – respondió ella sin ánimos de pelear – Pero no estén tristes por eso.

-Tienes razón, hija – hablo la señorita pony – Tenemos muchos planes para hoy. Y este es nuestro obsequio para ti – la señorita pony le acerco una caja con un listón.

-¿Qué es esto?

-Ábrelo y verás.

Candy hizo caso a lo que la hermana María le pedía y con mucha ilusión abrió el paquete, para encontrarse con un hermoso vestido color amarillo y unos zapatos de tacón a juego con la prenda.

-Esto… esto. No debieron molestarse – dijo cuando recobro la compostura tras la emoción de ver su regalo – De verdad, no era necesario, hay más cosas en las que se puede utilizar el dinero que por este vestido.

-No te preocupes, Candy – intentó calmarla la hermana María – Desde que el señor Graham nos ha tendido la mano hemos ahorrado algo de dinero.

-la hermana María tiene razón, Candy – apoyo la señorita pony – Además no recuerdo haberte regalado nada desde hace años y créeme que tú mereces esto y más. ¿Acaso no te gusta el vestido?

-Claro que me gusta, esta lindísimo – respondió mientras sacaba el vestido de la caja y se lo ponía encima – Gracias – agradeció emocionada al ver que el vestido le quedaría perfecto – No sé cómo agradecerles todo lo que han hecho por mí.

Analia [Fanfics Candy Candy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora