Analia [Fanfics Candy Candy]

Capítulo 37

Un mes después…

—¿En qué tanto piensas Priscila? Te he estado hablando y no me prestas atención — preguntó con cierto enojo Elroy mientras las dos bordaban.

—En…Candy — contestó Priscila a pesar de saber que su cuñada se enojaría — No debí de haberle pegado… no estuvo bien lo que hice.

Y es que en los últimos días Priscila había estado pensando demasiado en la joven pecosa y de cabello rubio.

—Es lo menos que se merecía — espetó Elroy — Te haré una lista de todo lo que ha hecho es jovencita. Jugó con los sentimientos de Anthony, y por eso él se separó de nosotros. Luego quiso aprovecharse de Niel. Nos ofendió a William y a mí en el parque. Te mintió a ti. Y lo más importante: mató al hijo de Albert.

—Eso es lo que dicen, pero… La verdad es que siempre, desdén que conocí a Candy he visto en ella a la hija que me quitaron.

—¿Qué? ¿Estás loca?

—Perdí a Rosemary por una maldita enfermedad — comenzó a recordar — Pero anted me arrancaron a mi Analia de los brazos. Cuando llegó Candy a mi vida, fue como si ella llenará ese vacío por la pérdida de mis hijas.

—Puede que tú, te hayas idealizando a esa jovencita como a la hija que perdiste — empezó a reprocharle Elroy — Pero Candy White no es nada tuyo, es una huérfana que ha hecho daño a nuestra familia, a tu familia. Y estuvo muy bien la bofetada que le distes. Esa se merece eso y más.

Priscila no tuvo más argumentos. Candy la había herido. Pensaba que era una muchacha dulce y llena de ternura, pero no era cierto. Todo fue un engaño.

—¿Sabes qué Priscila? Mejor deja de llorar — regañó Elroy — Y ayúdame a unir a Albert y Eliza. ¿No crees que hacen buena pareja? A mí me gustaría que se llegarán a casar y…

—¡Por Dios Santo! ¡Deja por una maldita vez en tu vida, unir parejas, Elroy! ¡Estoy harta de que hagas de Celestina siempre! ¡Que a ti tus padre te hayan elegido a tu esposo, no quiere decir que tengas el derecho de hacer los mismo con todos! ¡Porque de todos modos entérate que las parejas que "unes" siempre resultan en un fracaso total! — le gritó Priscila, dejando a su cuñada impresionada e indignada.

La gente tenía razón, la familia Andley era un caso perdido.

La vida de casados para Candy y Terry había resultado muy bien. Habían creado su propia rutina. Casi todas las noches unían sus cuerpos, para luego quedarse dormidos en los brazos uno del otro.
En la mañana era Terry él que le llevaba siempre el desayuno a la cama, desayunando juntos y solos, lejos de la compañía de Karen y de Richard.

En el día, Candy ayudaba con los que haceres a Sandra y Melanie, o bien ayudaba a Karen con alguna de sus ideas. Mientras Terry se ocupaba de sus negocios y cosas no tan divertidas. La pecosa a veces intentaba ser de Psiquiatra, y hacer intentar hablar a Karen sobre la pérdida de su bebé.