capítulo 2

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Traer al mundo un hijo era una bendición para muchas mujeres

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Traer al mundo un hijo era una bendición para muchas mujeres. Era una dicha y al mismo tiempo una tortura, una hermosa tortura. Los dos partos anteriores de Priscila había sido en lo que cabe lo posible, bien. Pero este parto sería especial ya que por la edad, tenía el riesgo de morir dando a luz a su hija, pero de ocurrir eso poco le importaba, moriría feliz al saber que cumplió la misión de traer a este mundo a su amada niña.

-¡William, William! – gritaba Elroy por toda la casa, gritos que alertaron a Rosemary y Janice quiénes estaban en el cuarto de juegos de los niños.

-¿Qué sucede? – pregunto Rosemary y al ver a su madre sudada y con una cara terriblemente pálida - ¡Madre, madre! ¿Qué tienes? – corrió a su lado.

-Ya va a nacer, tu hermanita ya va a nacer – le respondió entre jadeos y gritos.

De por si la situación ya era absurdamente modestia para Rosemary, ver a su madre embarazada cuando ella  ya tenía un hijo, era algo en lo cuál era mejor no pensar. Por un lado estaba feliz, ya que desde muy pequeña quería tener una hermana, pero ahora más bien esa niñita parecería su hija que su hermana. Por otro lado tenía miedo, estaba horrorizada, cuando ella dio a luz a Anthony pesaba que iba a morir. Unos dolores tan intensos y sentir que los huesos se te quiebran al mismo tiempo. <<Tan sólo pensar que mi madre va a pasar por ese proceso me llena de escalofríos>> era un pensamiento de Rosemary quién junto a Janice se llevaron a Priscila a su habitación y Elroy fue en busca de William.

-¡El doctor Samayoa salió por emergencia de New York! – decía, un alarmante William, entrando a la habitación que compartía junto a su esposa, gritando un montón de improperios – ¡Maldición! ¿Dónde diablos se  encuentra el doctor cuando se requiere de su presencia?

-William, mi amor tranquilízate - la voz de su esposa lo saco de sus estresantes pensamientos y se colocó a su lado para tomar muy tiernamente su mano – Ve con Teodoro, y Vicent, vayan a buscar a un médico y ah... - Priscila apenas y podía articular palabra entre las contracciones, la cuales por cada minuto que pasaba se volvían más y más fuertes – Y tráelo acá.

-Sí, mi cielo como tú quieras – William salió corriendo como alma que lleva el diablo.

-Madre ¿Por qué mandaste a papá a traer el doctor?

-Porque los hombres aún no sirven más que para estorbar en un parto - tenía toda la razón, para aquel entonces y desde mucho tiempo atrás, la humanidad era testigo que los hombres que no sabían absolutamente de medicina eran considerados como ineficaces y su presencia en un parto era de total inutilidad – Necesito, necesitamos estar tranquilas y tu padre y sus nervios solo lo empeora todo, además ya ay... ya no hay tiempo ustedes me ayudaran a dar a luz, ustedes ayudaran a mi pequeñita.

Analia [Fanfics Candy Candy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora