Capítulo 44

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Dos semanas después.

Tal como Terry le había prometido a Priscila dejo que ella estuviera junto a Candy cuidándola. Priscila había cumplido en no traer a su esposo ni cuñada con ella. Aunque claro el señor Andley puso el grito en el cielo cuando se enteró de las condiciones del Terrence.

—¡¿Cómo fuiste capaz de aceptar esas estúpidas condiciones, Priscila?! — le preguntó furioso a su esposo - ¡Esto no puede ser posible, y no lo será más. Yo soy el padre de Analia, y en este mismo instante iré por mi hija!

—Precisamente por eso es que te manda esto — Priscila le tendió un sobre que le había dado el castaño, el cuál fue abierto rápidamente por William.

—¡Ese malnacido de Granchester! — exclamó con enojo al ver el documento. Era el acta de matrimonio firmada por un párroco de una iglesia, tenían más de mes y medio casados y era imposible intentar anular ese matrimonio — ¡Se caso con mi hija al día siguiente en el que Albert perdió a su hijo!

—Sí, ya lo sé — le respondió Priscila quien había permanecido en calma observando como su marido perdía los papeles.

—¿Y Analia? ¿Ya está mejor? — preguntó preocupado William — Porque si es así.

—Sí, y ella misma fue la que me dijo que no quiere estar junto a mí — contó Priscila con tristeza — Le prometí a Terry que estaría al margen de la situación, por lo menos hasta que se recuperé completamente. Y tampoco pienso darme por vencida ahora que sé que mi hija está viva.

Candy se había mejorado bastante luego de una semana. Aún sentía débil y sin ganas de hacer nada ni hablar con su madre biológica, por lo que le pidió que no la buscara más. Había recibido a Patty, pero le pidió que no intercediera por Priscila.

—Me gustaría ir al hogar de pony — le dijo Candy cuando ya se sentía mucho mejor, aunque se sentía mareada, con náuseas y sin apetito, pero pensaba que era normal por la enfermedad que acababa de pasar — Quiero hablar con la señorita pony y la hermana María.

—¿Te sientes bien cariño? — le preguntó Terry suavemente mientras la abrazaba por la espalda y jugaba con sus rizos — Para ir al hogar de pony quiero decir.

—Sí, además ya me he aburrido un poco aquí — le comentó Candy — Y aprovechando que hoy casi nadie está en casa.

—Eso es cierto.

—Bueno gran parte de la culpa la tienes tú, ya que prácticamente los echaste fuera de la casa.

—Ellos se lo ganaron a pulso, además. Mi padre, Eleanor, Karen y Anthony se la pasaran genial en el zoológico — comentó con diversión Terry — Bueno eso si no aparece Albert, claro. .

La sonrisa de Candy desapareció de un instante a otro Terry no lo sabía al cien por cien, pero estaba seguro que algo pasaba en la cabecita de su esposa.

—Candy — la llamó al mismo tiempo que le daba vuelta para poder verla a los ojos — Lo siento, preciosa. Te prometí no hablar sobre ellos.

—No. No pasa nada — lo tranquilizó Candy acariciándole el cabello largo y castaño — Al fin y al cabo, es mi hermano y mi sobrino — dijo con resignación.

—Con los cuales no tendrás ningún trato si tú así lo deseas.

—No lo sé, todo están confuso, tan nuevo. A veces pienso que todo fue una pesadilla, una imaginación creada por mi mente. Pero luego recuerdo que todo esto es la pura y triste realidad — dijo desviando la mirada al no poder soportar más la intensidad de la mirada de su marido — Lo que por mucho tiempo le pedí tanto a Dios, lo tengo, pero no sé que hacer. Mi madre está viva, mi padre también y por si fuera poco también tengo una familia, una que por cierto me buscó todos estos años, pero al mismo tiempo me rechazó solo porque soy huérfana.

Analia [Fanfics Candy Candy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora