-Lo siento, Terry esta joven es muy terca y necia, pero ya nos estamos ocupando de ella – dijo el hombre que desde un principio la trato mal.-Señor, Graham necesito hablar con usted – rogó, Candy al hombre que estaba viéndola, mas bien analizándola desde que salió de su casa para preguntar que pasaba – Por favor, no le quitaré mucho su tiempo, pero es urgente y…
-¡Cállate! – la volvieron a callar – Y ustedes dos llévensela ya.
-¡Basta, Charlie! – hablo nuevamente el, señor Graham con esa voz roca y dura, que demandaba autoridad y poder – Suelten a la señorita – ordeno a los policías, estos inmediatamente la soltaron y ella fue acercarse aún mas de dónde estaba el señor Terry Graham.
-Por favor, señor le pido que me escuche tengo algo importante que decirle – dijo, pero Terry no respondía nada, se limitaban a observarla en especial sus ojos. Candy se desespero y trato de ancarse. Terry al ver las intenciones de la muchacha la detuvo.
-Nunca te anques ante nadie – era raro, pero sintió tanta familiaridad hacia aquella jovencita, que no vio ningún inconveniente en tutearla – Jamás – volvió a repetir solo que esta vez la agarro de los hombros. Y vio con vergüenza las marcas que los dos agentes policiales habían dejado en los delgados brazos de la joven – Pasa.
Le dijo finalmente. Candy no supo como fue que sus piernas reaccionaban y la llevaban adentro de la casa luego de ver los ojos azules de aquel hombre que sin duda alguna era buen mozo; alto, cuerpo definido, facciones maduras de su rostro, cabello algo largo y castaño, y por supuesto la cereza del pastel sus ojos azules. Ojos con los cuales te podía enamorar o aterrorizar.
-Sígame señorita…
-Me llamo Candy, Candy White – dijo amablemente, Candy cuando recobro la compostura.
-Sígame, señorita White – dijo y empezaron a caminar.
Si, Candy creía que la casa era hermosa por fuera, por dentro era diez veces aún más hermosa. Con pinturas grandes y de peculiar significado. Piezas de arte adornando los muebles, piezas que seguramente eran mas costosas que todo el hogar de pony. Terry Graham la guio a al jardín interno de la casa.
-Siéntese, señorita White – le indico cuando llegaron a una mesa redonda colocada en medio del jardín – Pediré que nos sirvan té.
Candy quiso decirle que no era necesario, pero él desapareció antes de poder abrir la boca. No tardo tanto y luego de algunos minutos estaba nuevamente con ella.
-Bueno, señorita White, creo que yo no me he presentado – dijo mientras se sentaba, quedando enfrente de ella – Mi nombre es Terrence Grandchester, a sus pies señorita – y de imprevisto tomo la mano de Candy y le dio un beso en el dorso, y con este gesto la pecosa se ruborizó.
-Yo pensaba que usted se llamaba Terry Graham – dijo, Candy para evitar pensar en el gesto de caballerosidad que él tuvo.
-Es solo mi nombre artístico, pero los pocos amigos que tengo me llaman, Terry. Así que si lo deseas puedes llamarme así también – él seguía hablándole con confianza y eso la ponía nerviosa – ¿Y qué es lo que deseas hablar conmigo, Candy? – dijo y Candy se sorprendió que la llamara por su nombre en vez de señorita White – ¿No te molesta que te tutee? ¿o si?
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Analia [Fanfics Candy Candy]
FanficEl destino tan misterioso y sabio como cruel y despiadado. Decidió jugar y favorecer a las personas con perversidad. Decido separ a dos amigas por la ambición y el amor. Decidió separar a una hija de su madre para luego romper el corazón de ambas...