Capítulo 33

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-Esto será la primer locura que hagamos como marido y mujer - le dijo Terry a Candy cuando caminaban rumbo al altar - Bueno para convertirnos en marido y mujer.

Terry había hablado con el párroco de la iglesia, y al decirle una mentira de que si no se casaban en ese instante, la familia de su novia los separaría de por vida. El sacerdote al ser una persona sensible y de buen corazón accedió a darle la bendición para casarse.

Que Dios lo perdonará por decir una mentira de esas a su sirvo, pero no tenían otra opción. No sabían hasta cuándo Terry la mantendría oculta.

-Dicen que las locuras nunca se olvidan, que los momentos no planeados son los mejores - dijo Candy sonriéndole - Y creo que empezaré a creer.

Los dos, llegaron hasta el altar donde ya los estaba esperando el sacerdote, ambos tomaron asiento en los bancos que el sacristán había colocado junto a dos reclinatorios.

El padre empezó con lo suyo a hablar sobre el matrimonio, el amor, los obstáculos que el creador les daba a las parejas, para que juntos pasarán la prueba y el amor creciera. Habló sobre los pilares del amor.

-Son cuatro; el respeto que es el principal, la confianza, la comunicación y la tolerancia. Si practican diariamente esos cuatro, estoy seguro que su matrimonio será próspero y tendra frutos.

A pesar de Candy sabía que al poner un pie fuera de la iglesia, se enfrentaría a decenas de problemas, pero este momento era de ella y de su amado, y lo iba a disfrutar al máximo, porque no sabría cuándo nuevamente sentiría que la felicidad estuviera a punto de hacerla explotar.

-Bueno es hora de hacer los votos - anunció el padre - ¿Quién de los dos quiere empezar?

-¡Yo! - exclamaron los dos, para luego reírse de constatar que estaban muy conectados.

-Empieza, tú, Terry - le dijo la pecosa a lo cuál el castaño no se negó.

-Yo, Terrence Graham Granchester, te quiero y te tomo a ti, Candy White, como amiga, novia y esposa. Entregándome a ti completamente, para poder recorrer el mundo junto a ti, para cuidarte, y así juntos tocar las estrellas. Nunca más volverás a estar sola, porque mi corazón estará siempre contigo. Prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la saludo y la enfermedad, todos los días de mi vida. Juró que ni el tiempo, ni la distancia, ni la misma muerte, podrá acabar con nuestro amor

-Yo, Candy White, te quiero y te tomo a ti, Terrence Graham Granchester, como esposo. Prometo serte fiel, amarte, cuidarte. Juró que te protegeré y te valorare. Si tú caes te ayudaré a levantarte, nunca más volverás estar solo, porque mi alma se a sincronizado con la tuya. Prometo serte fiel en las alegrías y las penas, en la salud y la enfermedad, todos los días de mi vida. Y sobre todo juró que ni el tiempo ni la distancia, ni la misma muerte destruirá nuestro amor.

El primero en colocar el anillo de bodas, fue Terry y luego Candy siguió su ejemplo.

-Por el poder que la santa iglesia me ha otorgado, yo los declaro marido y mujer - anunció el sacerdote - Hijo, puedes besar a tu esposa.

Terry sin pensarlo mucho hizo lo que es sacerdote le dijo, de hecho levanto a Candy del suelo, mientras la besaba. Era su primer beso como esposos. Tanto el sacerdote como el sacristán, les aplaudían al ser los únicos que estaban en la iglesia y presenciaron la boda.

Luego de que felicitaron a los recién casados, el sacerdote quién los acababa de casar, los aconsejó.

-He casado a muchísimas parejas - confesó el hombre que rondaba casi a los 70 años - Y desde un principio, me di cuenta que ustedes son una pareja diferente, una pareja especial. Sobre todo porque sé que tendrán aún más problemas que las parejas normales, pero ahora están juntos y con fe, todo se puede, y tengo la certeza de que lo lograrán - les anunció con una gran sonrisa de alegría - Ahora hijos míos, vayan y disfruten de su unión. Que Dios los bendiga siempre.

Analia [Fanfics Candy Candy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora