Capítulo 45

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—Y así fue como obtuve tu muñeca — dijo Priscila alegre mientras abrazaba a su hija — Ese viaje fue maravilloso y el mejor presente que traje de Marruecos fue a ti, mi vida — Candy se volteó para ver a su madre a la cara y está aprovechó para darle un beso en la mejilla.

—Que bonita historia — respondió Candy con melancolía — ¿Cuántos años tenías?

-47.

—¿Y ahora cuantos años tienes?

—66 años.

—Vaya, no aparentas tu edad, te miras muy sana, muy joven y muy hermosa — mencionó Candy con sinceridad — Eres muy bonita mamá, tal como te imaginaba en las noches cuando me preguntaba ¿cómo sería mi madre?

—Lo siento pequeña. Lo siento por todas esas noches que pasaste sola. Yo…

—No digas nada, tú no tuviste la culpa de nuestra separación. Ambas fuimos víctimas del destino, nada más.

—Sí, pero si no fuera por culpa de Sara y Brenda nada de esto te hubiera pasando.

—¿Dónde están ella? — preguntó Candy para evitar pensar más en la maldad de esas brujas.

—No lo sé, mi pequeñita. Pero no te preocupes que no permitiré que te vuelvan a hacer daño — prometió Priscila besando las manos de Candy.

—Que vengan, no les tengo miedo — dijo con valentía — Te tengo a ti, y a mi esposo.

—Candy, querida… tengo que hablar contigo — habló Priscila con la suavidad de su voz que aparentaba no sentir nada a pesar de sentir mil emociones juntas — Dime la verdad ¿Estás con Terrence por qué  lo amas o él te ha obligado a…?

—NO — gritó antes de que a su madre dijera algo malo — ¿Cómo puedes pensar algo así, mamá? — dijo con diversión.

—No lo sé, solo la idea se me cruzó en la cabeza.

—Definitivamente pensaste mal. Terry y yo nos amamos. Al principió no lo creía, pero él me lo ha demostrado, al confiar en mí, al defenderme al decirme siempre la verdad en lugar de ocultármela.

—Te ves muy feliz. Tus ojos no mienten.

—Y lo soy, soy muy feliz al lado de mi esposo — reafirmó Candy — Me acuerdo cuando me hablaste sobre que deseabas que Analia… quiero que tu hija secasará por amor y no por compromiso.

—Sí, me acuerdo porque de esas palabras y por eso precisamente quiero saber si…

—Cumplí correctamente tus deseos madre. Me case total y completamente enamorada de mi marido, no fue ni por compromiso, ni por desesperación, ni nada que no fuera amor.

—Ahora me consta, porque tú me lo dices mi pequeñita. No voy a hacer nada para separlos, y le diré a tu padre que respete tu matrimonio.

—¿Qué? ¿Mi padre?

—Sí mi vida. Veras tu padre, William quiere que estés con nosotros y está averiguando como poder deshacer su matrimonio — contó Priscila y Candy sintió terror por en segundo en pensar lo que “su padre” sería capaz de hacer — Pero no te preocupes hija, yo le obligaré que no haga nada y que los deje en paz.

—Gracias — agradeció Candy con sus ojos cristalizados — En verdad gracias.

—Hijita, no. No llores, eso no va a suceder. Te lo conté porque no quiero que entre nosotras haya secretos y que empiece a existir la confianza.

Y es que otro de los problemas que estaba experimentando Candy en estos días era la sensibilidad. Estaba muy sensible, lloraba por tristeza o por alegría, y ese pequeño detalle sobre una separación forzada la había contado su madre la había echo llorar, pero de pánico.

Analia [Fanfics Candy Candy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora