Analia [Fanfics Candy Candy]

Capítulo 40

—No  sabía que pudieras nadar también Karen — comentó Anthony luego de que la castaña se sumergiera en el lago, y no saliera luego de un buen rato — Nadas muy bien.

—Gracias — le agradeció la castaña con una sonrisa — Tú tampoco nadas tan mal que digamos.

Anthony y Karen habían nadado en el lago Michigan desde hace varías horas. El objetivo por la cuál la castaña había aceptado la invitación era más por ayudar a descubrir si era verdad o no que Candy era Analia.
Luego de que decidieron salir del agua, Karen se apresuró a pasarle una toalla al rubio.

—Toma — dijo extendiéndole la toalla. A lo que Anthony le agradeció su gesto. Se volteó para secarse en cabello y ahí fue donde Karen se dio cuenta que él también tenía una mancha en la espalda. Y de la misma forma que  la de Candy y Albert — ¿Y esa mancha? — preguntó fingiendo curiosidad.

—¿La que tengo en la parte baja de la espalda? — preguntó Anthony, y Karen asintió — Es una mancha familiar, mi mamá la tenía, mi abuela la tiene, y mi bisabuela también la tenía.

—Ahora entiendo porque Albert la tiene — dijo para pasar la impresión — Dices que esa mancha es hereditaria ¿ósea que tú se la heredarás a tus hijos cuando los tengas?

—No, eso solo es cosa de mujeres — le contó Anthony — Solo ellas pueden heredarlo a sus hijos.

—Eso quiere decir que… — Karen dudó por unos segundos si decir o no su pregunta, era demasiada obvia, pero no tenía de otra — La hija que le robaron a tu abuela: Analia. ¿Ella también posee esa mancha?

—Sí — afirmó — Mi mamá me contó que cuando ella nació le vio la mancha. De hecho mi abuela Priscila ha dicho que esa mancha es la única prueba que le hará saber si su hija de verdad es Anali. Bueno eso algún día vuelve a sus brazos, claro.

<<No hay duda. Es ella, Analia es Candy>> pensó Karen.

—Entiendo — dijo Karen — Espero que muy pronto le sea posible tener a Analia entre su familia — este último comentario lo dijo con malicia, ya que trataba de imaginar la cara de Priscila al saber que su hija pérdida era nada más y nada menos que la joven que acusaron por la muerte de su bebé.

—Yo cada día estoy más seguro que ese momento nunca sucederá en realidad — comentó Anthony. 

—¿Por qué? — preguntó la castaña mientras caminaban por las orillas del lago.

—No lo sé, solo es un presentimiento. Nada más — dijo encogiéndose de hombros.

—¿Y si algún día ella regresará? ¿Te gustaría? Por lo que entiendo, Analia es tu tía ¿no?

—Creo que sí. Bueno por lo menos creo que a ella si le caería bien, no como a Al… — Anthony se quedo callado al recordar una promesa importante — Perdón. Te dije que no hablaríamos de él. Lo siento.

—No, no te preocupes — lo tranquilizó Karen — Esa es una herida ya cerrada. Sobre todo ahora que parece que el desgraciado de tu tío esta empezando a salir con tu ex prometida.

—¿Con Eliza?

—Esa misma — afirmó Karen — ¿No te parece extraño? Que ellos dos estén saliendo quiero decir.

—Creo que no, al fin y al cabo a Eliza solo le interesa el dinero, y ahora quién tiene las de ganar es Albert — afirmó Anthony.

—¿Y ti no te afecta? — preguntó Karen — Que tu ex prometida salga con él.

—No — negó Anthony — La verdad es que a ella nunca la amé, creo que ni conozco del todo lo que significa el amor de pareja. Tengo una vaga idea nada más. Cuando me iba a casar con Eliza unas semanas antes una mujer me cambió la forma de ver la vida.