Collin Bennett

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Desperté cuando la carreta pasó una piedra y eso hizo que golpeara mi frente en el vidrio, mire hacia mi lado donde estaba Jerry recostado en mi hombro, su respiración era normal, me sentí culpable cuando note su cara llena de moretones y algo de sangre seca, si hubiera seguido las reglas de Gertrude de no acercarme a los chicos desde un principio esos tipos del internado no lo hubieran golpeado.

— Tu tía Josephine está enterada de todo — Di un brinco al escuchar la voz de Gertrude — Yo... le conté todo...también del internado y está dispuesta a recibirnos.

— ¿Que va a pasar con Jerry? — Susurre mirando al chico tan profundamente dormido.

— También vamos a curarlo — Suspiro, asentí mientras miraba de nuevo a la ventana, Stevens conducía la carreta un poco apresurado lo que hacía que el camino fuera muy incómodo — Él es muy valiente.

Vi sorprendida como Gertrude se refería a Jerry.

— Pudo haber muerto y no le importó con tal de salvarte.

Sonreí, pero aun así eso no me enorgullecía en absoluto, Jerry podría estar con su familia ahora si tan solo no hubiera decidido molestarlo en un primer lugar.

El resto del camino nadie dijo nada, incluso cuando visualice la casa de la tía Josephine ni si quiera me sentí nerviosa porque ella supiera algo de mi pasado, solo me preocupaba por Jerry.

Stevens abrió la puerta y Gertrude bajo por ella, yo moví un poco mi hombro para que Jerry despertara. El chico se asustó un poco dando un brinco y yo no pude evitar sentirme mal por eso.

— Llegamos.

La casa de tía Josephine estaba silenciosa, el cielo estaba nublado, triste. La puerta se abrió y un apresurado Cole me ayudó a bajar a Jerry de la carreta, cuando íbamos escaleras arriba no me atreví ni a mirar a mi tía a los ojos, ella sabía la verdad y yo tenía miedo de que me odiaría por ocultársela.

Cuando llegamos a una habitación recostamos a Jerry sobre la cama y Cole se apresuró para traer un trapo húmedo de agua caliente y comenzó a lavar sus heridas.

Jerry se había dormido y yo solo quería quedarme a su lado, Cole estaba en una esquina de la habitación, todo había sido demasiado rápido.

— Estás herida.

— No es nada — Le dije al rubio negando, aun sabiendo que no me había preguntado.

Cole negó y después de traer otro trapo paso suavemente la tela por mi labio hinchado.

— ¿Que sucedió?

Negué, no quería hablar de eso, pero aun así mi lengua comenzó a soltar todo.

— Los tipos querían información, creían que una chica del...

— internado — Completo Cole dándome una mirada comprensiva — Tu tía Josephine me contó.

Jeggy | Jerry BaynardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora