¿Es un adiós?

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Estaba en el marcó de la puerta mirando (mejor dicho, espiando) a los dos chicos que no paraban de hablar como cotorros, Cole le enseñaba sus esculturas y le explicaba lo que había aprendido en su escuela de arte mientras Collin miraba maravillado...

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Estaba en el marcó de la puerta mirando (mejor dicho, espiando) a los dos chicos que no paraban de hablar como cotorros, Cole le enseñaba sus esculturas y le explicaba lo que había aprendido en su escuela de arte mientras Collin miraba maravillado por toda la habitación.

— Nunca creí estar en alguna galería de arte como esta, de nuevo — Murmuró Collin Sin dejar de dar vueltas por todo el lugar.

— A qué te refieres con... de nuevo.

Collin se detuvo de pronto y miro a Cole, sonrió de una manera nerviosa y añadió — Te contaré un secreto.

Ambos chicos se acercaron lo que provocó que yo también lo hiciera para chismosear un poco, no tenía nada mejor que hacer.

— Cuando era pequeño... mis padres me llevaron a una galería de pintura — Comenzaba a relatar Collin, sus ojos maravillados parecían estar viviendo el momento de nuevo — Yo sabía lo que quería ser, un pintor, pero cuando les expuse la idea a ellos no les agrado, nunca volví a ir a una exposición de esas, pero aunque mi padre dijo que sería su sucesor en la fábrica de papel mi sueño siempre fue... pintar, congelar un paisaje,... un sentimiento.

Cole torció la boca en un gesto de disgusto, el sabía mejor que nadie lo que era sentirse presionado... Oculto. El rubio colocó una mano en el hombro del peli negro y ambos se sonrieron en un acto que pareció tierno.

Sonrei inconscientemente alejandome de la puerta para darles privacidad. Nunca había conocido ese lado del hijo de los Bennett, siempre se había comportado como un mimado egocentrico que su única preocupación era buscar una buena esposa, y la verdad era que usaba esa fachada para no tener problemas con sus padres.

— ¿Por qué los espiabas?

Di un brinco al sentir la presencia de Jerry en las escaleras, mire a todos lados ofendida y luego me señale con falso victimismo.

— ¿Yo? ¿Espiar? ¿Por quién me tomas? — Dije alzando la cabeza — Que grosero.

Jerry negó divertido y tomo de mi mano para depositar un suave beso en el dorso de esta.

— ¿Quieres desayunar?

Asentí mientras caminaba junto a él, bajamos las escaleras y nos dirigimos a la cocina, cuando pasamos por la sala notamos a Stevens y a Tía Josephine tejer una manta mientras Gertrude explicaba la manera correcta de hacerlo, quise reír pero me contuve.

Al llegar a la cocina Jerry y yo nos la arreglamos para hacer un desayuno decente, el muchacho sabía más de cocina que yo y se supone que en el internado me habían enseñado a hacerlo, me siento estafada.

— Es raro — Decía el francés cuando estábamos a punto de acabar nuestro desayuno — Nunca había comido solo..., me refiero con tan poca gente, mis hermanos siempre estaban conmigo.

Jeggy | Jerry BaynardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora