— ¡Gilbert! — Le llamé cuando lo reconocí entre la multitud — ¡Gilbert! Oh, disculpe ¡Gilbert!
— ¿___? — El chico alzó una ceja, como era tan típico de él, aunque yo también lo haría al verme a mí misma gritar como una loca — ¿Que sucede?
— ¿Has visto a Anne? — Pregunté llegando a su lado.
Ambos estábamos fuera de la iglesia, la misa había terminado y Gertrude estaba quien sabe dónde, por alguna razón ahora tenía más libertad que nunca y eso me agradaba.
— No ¿Se podría saber por qué la buscas?
Yo mire al chico pícaro, este se sonrojo un poco y rectifico rápidamente.
— Es simple curiosidad, la misma curiosidad que tenemos los amigos.
— Claro — Alargué la palabra sin creerle, se notaba que esos dos tenían química — Quería felicitarla, leí su artículo sobre los indios y me fascinó.
— Es bueno, Anne es buena con sus manos — Suspiro.
Lo volví a mirar pícaro y el cambio su cara por una mueca de horror.
— Para escribir — Contestó irritado, yo no pude evitar soltar una carcajada por su nerviosismo — ¿Como es que una chica tan tierna como tu puede llegar a ser tan exasperante?
— Es un don — Me encogí de hombros — Seguiré buscando a Anne, nos vemos luego.
— Espera — Me detuve al escuchar la voz de Gilbert — ¿Tienes algo que hacer ahora? — Negué lentamente — Bien ¿Señorita Barry, quisiera usted acompañarme por mi palo de hockey?
— Oh, atrevido joven, ¿Está muy lejos? — Le seguí el juego.
— Unos cuantos pasos hacia el norte — Contestó.
— Es mucho, mejor no.
— ¡___! — Río por qué me salí de mi papel — Luego te acompañaré a casa.
— Esta bien — Accedí.
Ambos caminamos hacia un lado de la iglesia, adentrándonos un poco al bosque, donde nos encontramos con el señor y su hija con la que había hablado Anne días atrás, solo que con ellos estaba ahora una señora.
— Wow — Gilbert tomó el palo, que le entregó el señor, mirándolo como si fuera una reliquia — Es un palo muy bien hecho, muchas gracias.
— Espero que juegues bien — Le dijo el señor.
Ignore su conversación para centrar mi vista en la chica frente a mí, ella sintió mi mirada y nuestros ojos conectaron, me sonrió levemente acercándose.
— Tú debes ser Ka'kwet — Hable, cuando estábamos más cerca — Anne, me ha hablado mucho de ti.
— Y tú debes ser ___.
— ¿Conoces mi nombre? — Mi sorpresa se podía notar a kilómetros.
— Anne me habló mucho de ti — Sonrió.
— Espero que podamos visitarte algún día — Dije sinceramente — Hace unos días no lo hice y Anne dijo que había sido la mejor tarde de su vida.
Ella asintió, estaba emocionada por la idea, al igual que yo. Miró a su alrededor mientras la gente comenzaba a hablar sobre ellos — La pascua es bonita ¿No lo crees?
— Lo es — Concorde.
Ella estaba por decir algo más cuando Rachel llegó, casi corriendo, hacia nuestra dirección junto a su esposo.
ESTÁS LEYENDO
Jeggy | Jerry Baynard
Fanfiction"-Bonjour, Jeggy ¿Puedo decirte Jeggy?" "-¿Podrías dejar de ser tan irritante?" En donde la chica nueva de Avonlea ama fastidiar al trabajador de los Cuthbert.