Jeggy | Jerry Baynard

Cole

— No iremos a la fiesta de la tía Josephine — Anunciaba Diana — Padre está resfriado.

— Genial — Suspiré con sarcasmo. Nunca había ido a una fiesta de la tía Josephine y, a pesar de que había escuchado por parte de Diana que no le agradaba a nadie, tenía ganas de despejarme de todo y salir de fiesta junto a las chicas.

— Silencio mis mentes brillantes — Reprendía el profesor, cierto por poco olvidaba que estábamos en la escuela.

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Saliendo de la escuela busque a Gertrude con la mirada, la vieja estaba sentada junto al lago, estaba por acercarme a ella cuando la voz de mi prima me paro.

— ¿Quieres venir con nosotros ___? Seguiremos hablando del plan — Me ofreció Diana, seguida de Anne y Cole.

Me fije una última vez si Gertrude ya me había visto pero al no ser así decidí aceptar — Seguro, vamos.

Seguí a los chicos entre el bosque unos minutos cuando paramos en lo que parecía ser una pequeña cabaña llena de ramas y musgo.

— No le puedes decir a nadie la ubicación de esta cabaña — Me dijo Anne — Este es nuestro santuario, ¿Juras solemnemente llevarte este secreto a la tumba?

— Lo juro solemnemente — Alcé un brazo a modo de juramento.

— Perfecto, ahora mi prima también está en el club de cuentos — Sonrió Diana emocionada — Entremos.

La cabaña por dentro era más linda, era pequeña pero perfecta. Me recordaba a alguna casita de un cuento mágico o una fábula fantástica.

— Es hermoso — Confesé sin dejar de ver a mi alrededor.

Anne prendió el fuego de una pequeña chimenea antes de sentarse junto a mí y a Diana, Cole se sentó un metro más alejado dibujando, me alegraba por él, ya había reposado su muñeca y ahora lo que debía hacer era seguir con su arte.

— Entonces ¿No iremos con tía Josephine? — Suspiré con pesar.

— No lo creo, es la primera vez que invitan a mis padres a una fiesta como esta — Dijo Diana, eso me dejó sorprendida pues creía que era la única.

— Es absurdo que a las damas no nos dejen viajar sin un acompañante masculino — Espetó Anne enfadada.

— Exacto — Concorde.

— ¿No lo mencione? Escuche que tía Josephine traerá a una pianista mundialmente famosa.

— ¿Qué? — Chillo Anne emocionada.

Estaba por hablar cuando escuche un quejido atrás mío, gire mi vista hacia Cole quien lanzaba con fuerza su cuaderno de dibujos hacia el fuego.

— Cole — Grito Anne tratando de salvar el cuadernillo.

— Deja que se queme ¡Es inútil! — Se notaba la frustración en cada palabra del rubio.

No sabía qué hacer, toda esa situación era muy triste.

— ¿Por qué lo hiciste? — Preguntó Diana cuando pudimos extinguir el fuego.

— Ya debería de haber mejorado — Espetó refiriéndose a sus dibujos.

— Vas a mejorar — Le asegure.

— Si, Cole, vas a... — Anne estaba por decir algo más pero el rubio la interrumpió.

— Me quitaron la férula hace semanas, Anne — Elevó la voz — No puedo dibujar como antes.

El chico tomó sus cosas y salió de la cabaña enfadado, pronto nosotras lo seguimos al igual que él.