Jeggy | Jerry Baynard

Está mintiendo

Anne estaba quejándose, acabábamos de salir de la escuela y ella estaba molesta porque Charlie le había dejado una nota en el tablero date cuenta.

— Si me caso con él no seré la novia de la aventura, seré la novia de lo aburrido.

— Anne — Le llamo Diana.

— Cierto, fue muy insensible — Se disculpo ella.

— Esta bien, ese tablero ya me tiene harta — Dije colocando una mano en su hombro para tranquilizarla.

— No era eso — Rectifico mi prima, se notaba nerviosa — Yo debo separarme, recordé que prometí ayudar a Minnie May en su clase de violín.

Fruncí el ceño confundida ¿Clase de violín? ¿A esta hora?

La castaña se alejó, pero Anne la volvió a interceptar — ¿Puedo ir contigo? Quería saber si tu padre puede prestarme algún libro.

— Ahora no, Anne, llevo prisa.

Dicho eso se marchó dejándonos botadas, prácticamente, en medio del bosque.

— Gracias — La pelirroja suspiro — Día 122 y contando, cada vez siento más cerca nuestra separación, es triste como hasta el más pequeño obstáculo, como lo puede ser un pendiente sin recordar, puede separarnos en cuestión de minutos...

— Está mintiendo — Le Interrumpí sosteniendo con fuerza mis cosas.

— ¿Que? — Atino a decir — ¿Cómo que está mintiendo?

— Yo práctico diariamente las clases de violín con Minnie May y siempre son antes de empezar la escuela, incluso si el horario hubiera cambiado yo lo sabría — Explique un poco molesta — Está mintiendo.

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— ¿Dónde estuviste ayer? — Pregunté sin rodeos cuando vi entrar a mi prima a la escuela.

— Acompañé a Minnie May a sus clases — Tartamudeo nerviosa — Ya te lo dije aye...

— No soy estúpida, Diana — Espete cruzándome de brazos — Yo estudio con Minnie May las malditas clases de violín, debiste elegir mejor tu excusa.

La castaña me miró con la boca abierta, tal vez por el vocabulario inapropiado que use.

— ____ es complicado — Miro a todos lados antes de volver a hablar — Ven conmigo — Me tomo de la muñeca y me jalo para llevarme a la esquina del salón — Es sobre un chico.

— ¿Moody?

— Baja la voz — Pidió en un susurro — Es un chico lindo, y que casi nunca lo vi de esa manera, me acompaño a casa.

— Oh por Dios — Chille emocionada, al parecer Diana había encontrado a su alma gemela y yo enojado por pequeñeces — Me alegro mucho por ti ¿Por qué no me lo habías contado? Se supone que somos primas.

— Es que no estaba segura, creí que solo sería cosa de una vez, pero ayer vino a casa, claro que mis papás no lo vieron, pero fue mágico — Suspiro enamorada.

— Espera — Le pare recordando lo que me había dicho una vez en su casa — ¿Y Jerry? ¿Que no estabas enamorada de él?

Ella soltó una pequeña risa al ver mi cara de confusión — Creo que no estás entendiendo.

Estaba por abrir la boca cuando la maestra me Interrumpió, Rachel había llegado y estaban listas para enseñarnos a bailar.

— Te cuento luego — Mi prima le restó importancia y se acercó a donde estaban todos, yo hice lo mismo a regañadientes pues quería enterarme de todo el chisme.