Salvaje

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Caminaba aburrida, no había llegado a la escuela, pero aparentaba que sí. Llevaba mis cosas bajo el brazo y mi fachada de niña buena.

Cruce por las grandes casas del lugar hasta llegar a una especial, mi hogar, o lo que era.

Entre despacio dejando mis cosas cerca de una mesa junto al recibidor.

— ¡___! — El grito de mi madre me hizo rodar los ojos — ¿Porque estas tan sucia?

— Me caí — Respondí con simpleza, la verdad era que había salido a explorar, pero mi madre seguramente ponía el grito en el cielo al enterarse.

— Una señorita no puede estar así — Reprendía mi madre.

Ignoré sus comentarios y subí a mi habitación, era muy grande y espaciosa, pero se sentía vacía.

— Señorita ___, la familia Bennett vendrá a cenar esta noche, bajaré con usted a las 6 en punto.

La mucama salió del cuarto y no pude evitar bufar, la familia Bennett eran muy buenos amigos de mis padres y ambos compartían la misma cantidad de riquezas, a mí me parecía una amistad muy hipócrita.

Tomé una ducha en el baño de mi cuarto y al salir escogí un vestido, opté por uno rosado que solo usaba en ocasiones especiales.

Cuando estuve lista me cepille el cabello y espere a que la mucama viniera por mí. Justo como ella lo había dicho a las 6 en punto nos encontrábamos bajando hacia el comedor, donde estaba mi madre esperando en la entrada.

— Hasta que llegas — Mi madre me miró mal y comenzó a acomodarme mi vestido - Recuerda cuando lleguen debes de decir...

Bienvenue (Bienvenidos) — La interrumpí — Ya lo sé, no es la primera vez que lo hago.

— Pero hoy es diferente — Explico — Tú padre hará un trato importante y debemos ser buenos anfitriones.

— ¿Qué tipo de trato? — Quise saber, su tono de voz no me daba confianza.

La cara de mi madre se ensombrecido, como si preguntar tal barbaridad fuera un pecado — No nos concierne, hija.

Decidí no hacer más preguntas. Minutos después llegaron los Bennett, ellos y su hijo Collin entraron por la puerta.

Los recibí, como mi madre quería que lo hiciera, y camine aún lado del castaño tres años mayor que yo hasta llegar al comedor, ambos nos sentamos uno al lado del otro.

Empezó la cena un poco silenciosa, solo los hombres de la familia hablaban y nosotras nos limitábamos a asentir y a sonreír.

— Quiero proponer un brindis — Mi padre alzó la voz, yo me limpie la boca con una servilleta antes de prestarle atención — Hoy hacemos alianzas entre el periódico de New York y la empresa Bennett de papel.

Solté una pequeña risa, que fue escuchada levemente, todos me miraron unos segundos y aparte la mirada avergonzada, pero admitámoslo una empresa de "papel" se escuchaba muy inútil y aburrido

— Espero que se comporte si quiere ser parte de la familia — Murmuró Collin a su madre.

Apreté los puños por debajo de la mesa y seguí escuchando a mi padre.

— Cómo decía — Carraspeo — Hoy ofreceré el mejor contrato que un padre puede hacer por su fortuna. Entregaré la mano de mi hija ___ a Collin.

Mis ojos se abrieron con sorpresa — ¿Qué? — Me levante rápidamente de la mesa.

Los presentes me miraron con sorpresa, pero no importaba fingir ser una buena chica cuando se estaba hablando de mi futuro.

— Miranda, por favor hazte cargo — Pidió mi padre en un susurro. Mi madre se levantó de la mesa disculpándose por mi osadía, cuando llegó conmigo me fui suavemente hacia la cocina.

— ¿Que sucede contigo? ¡Por Dios, ___! ¿Tienes idea de lo que estuviste a punto de arruinar? — Regaño ella en un susurro.

— Mi futuro — Conteste obvia.

— No, pequeña insolente — Espetó — Tú padre está por realizar un trato con el señor Bennett por un par de enormes tierras y espero que te comportes.

— ¿Eso es lo que valgo para ti? — Quería llorar, no podía creer que mis propios padres me vendieran de esa forma — Solo un par de tierras.

— Hija — Mi madre me tomó de los hombros suavemente y suspiro — La vida no es como crees, ___. Nosotras no podemos elegir, mira, deberías estar feliz, Collin será un gran esposo para ti.

— Es tres años mayor que yo — Le recordé — Tiene 17 ¡Es un anciano!

— Por favor, ___ — Mi madre rodó los ojos — Espero que te comportes y empieces a descubrir tu lugar en esta casa.

— ¿Cuál es mi lugar?

— Ser una obediente mujer.

Apreté los puños y me di la vuelta para salir por otro lado de la cocina. Cruce por el salón y finalmente llegué a la puerta de salida. Tomé mi abrigo y salí de la casa.

|...|

Estaba temblorosa, no conocía nada del lugar en donde estaba, nunca me había internado tanto en el bosque y mucho menos de noche, ahora estaba perdida y probablemente no regresaría a casa, tal vez lo último era algo bueno.

Camine a tientas sin saber en realidad el camino, gran error, mi pie derecho fue a parar a una trampa de cazadores y ahora estaba atrapada con un pie que casi no sentía, la cuerda que envolvía mi tobillo apretaba con gran fuerza.

— ¡Ayuda!

Después de unos minutos decidí que lo mejor no era gritar, si esperaba hasta el amanecer los c asadores tal vez vendrían y me ayudarían, aunque probablemente mis padres me maten por huir de casa.

El sonido de hojas secas se hizo presente en el entorno, levante la vista asustada, por poco olvido a los animales del bosque, hace tan sólo unos segundos me sentía protegida y ahora no podía dejar de pensar que esos animales podían comerme viva.

Unos ojos brillantes se hicieron presentes entre los arbustos, se acercaban cada vez más, pero no parecían pertenecerle a un animal, era como la de unos niños, dos pares de ojos más le siguieron, Suspiré tranquila al comprobar que eran personas las que se acercaban a mí, juraría que parecían lobos acechando.

— ¡Ayuda! — Pedí — Me atoré.

Los tres chicos, que calculé que eran de mi edad, se inclinaron para ayudarme, hablaron entre ellos de forma extraña, tal vez me había golpeado la cabeza y estaba imaginando cosas.

— ¿Puedes caminar? — Dijo la voz de un chico.

— No lo sé

Las otras dos chicas me ayudaron a desatar mi pie y colocaron mis brazos alrededor de sus hombros para caminar.

— Mi nombre es Kato — Se presento el chico, con la poca luz de luna que había podía adaptarme un poco al entorno — Ella es Umi y la de allá Tala, nosotros te ayudaremos, no te asustes.

— Gracias, pero debo volver a mi hogar.

— Esas trampas son peligrosas, a mi hermano casi le arranca un pie, es mejor revisarte en nuestra casa — Ofreció Umi.

— Es eso o prefieres que los lobos te coman — Espeto Tala, pude darme cuenta que ella no era tan amable como los otros dos, pero al menos lo intentaba.

Asentí no muy convencida, dejé que aquellos extraños me guiarán. Sin saber que sería el comienzo de algo tan grande que no podríamos evitar.

"Traidora"

"Simpatizante de indios"

"Salvaje"

|♤|

Se que tarde en actualizar y el capítulo no es gran cosa, pero es un poco del pasado de rayis que viene bien a la historia jsjs

Próximo cap de Jeggy mañana

Jeggy | Jerry BaynardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora