Garçon mignon

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— La cara un poco más arriba, querida — Me decía mi tía, se notaba que me estaba teniendo demasiada paciencia — Sigue el ejemplo de Diana.

Miraba asombrada cómo mi prima hacía reverencias y servía el té con tres libros sobre su cabeza mientras yo no podía caminar con un solo libro por que este se me caía. En un momento choqué con Minnie May, quien solo corría alrededor de nosotras distrayéndonos, me balanceé y finalmente perdí el equilibrio cayendo de sentón y haciendo mucho ruido en el proceso.

— Serás una gran esposa de un vendedor de pescados — Se burló Gertrude.

— ¿Por qué no nos tomamos un descanso? — Propuso Diana, mi prima miro el reloj unos segundos y después añadió — Tengo una invitación para ir a la casa de Anne ¿Puedo ir?

— Es de mala educación dejar solas a las visitas, tu prima está aquí — Dijo su madre.

— Tal vez pueda acompañar a Diana con su amiga Anne y así conocer gente nueva — La verdad no me importaba conocer gente nueva, pero sí ir con Diana significaba separarme de Gertrude, la cual parecía estar pegada a mí con pegamento, tomaría la oportunidad.

— No sé si __ tenga permiso — Dijo mi tía mientras miraba a Gertrude.

La anciana dejo aun lado el té que tomaba y se levantó — Las acompañare.

— ¿Qué? — Renegué, olvidándome por completo de los modales — Puedo ir sola.

— Creo que me sentiría más tranquila si Gertrude va — Habló mi tía — Así sabré que no están solas.

A regañadientes emprendimos el viaje hacia la casa de Anne, fue un viaje relativamente corto pues Stevens nos llevó en la carreta, para este punto me quedó claro que a la amargada de Gertrude no le gustaba caminar.

A lo lejos divise una cerca blanca, pronto vi como un chico se apresuraba para abrir la puerta dándole pase a la carreta, no preste mucha atención, estaba enojada porque Gertrude no me dejaba ni un segundo sola.

— Llegamos — Exclamó Diana bajando de la carreta, la seguí. Ya frente a la puerta nos dispusimos a tocar.

— Hola Diana ¿Vienes por Anne? — Una señora de edad avanzada nos recibió en la entrada — Hola — Me hablo.

— Ella es mi prima, __ Barry y ella su dama de compañía Gertrude, y si vinimos a ver a Anne — Nos presentó Diana — Ella es Marilla Cuthbert, mamá de Anne.

— Mucho gusto — Sonreí.

— El gusto es mío, pasen, ellas están en el salón.

Ingresamos a la casa y pronto escuchamos risas provenientes de una habitación, asumí que era el salón, en el estaban dos chicas, una pelirroja y una rubia quienes se perseguían entre sí.

— Anne — Dijo Diana corriendo a abrazar a la pelirroja, con que ella era Anne — Tengo que presentarles a mi prima — Dijo Diana después de saludar a las dos chicas — Ruby, Anne, ella es mi prima ___ Barry.

— Un gusto — Hice una reverencia.

— Y ella es Gertrude — Siguió presentando Diana.

— Vamos Gertrude, dejemos a las niñas en el salón mientras preparamos la comida — Propuso Marilla — Es bueno conocer recetas nuevas.

Al escuchar la palabra recetas Gertrude se quedó maravillada, a ella le encantaba cocinar — Encantada Marilla — Pronto ambas desaparecieron de nuestra vista para irse rumbo a la cocina, cosa que agradecí, no soportaba tener los ojos de Gertrude sobre mí un minuto más.

Jeggy | Jerry BaynardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora