No es bienvenida entre los ricos y él se lo hará saber.
¿Por ahí no dicen que los polos opuestos se atraen?
Los zombis han invadido el mundo y por protección no se puede ni salir ni entrar del reino.
Ella es la única que ha podido evadir la segurida...
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𝙱𝚛𝚊𝚍𝚜𝚑𝚊𝚠 𝚖𝚊𝚛𝚝𝚎𝚜, 𝚜𝚎𝚝𝚒𝚎𝚖𝚋𝚛𝚎
ᴜɴᴀ ᴅᴇʟɪɴᴄᴜᴇɴᴛᴇ ᴇɴᴛʀᴇ ʀɪᴄᴏs
❝𝚀𝚄𝙸𝙴𝙽 𝙼𝙰𝙽𝙳𝙰❞
—Toma. —Deja caer la carpeta sobre el escritorio—. Tienes que resolverlo hoy mismo.
Sin más sale de mi oficina y se va a la suya al otro lado del pasillo. Leo de que se trata el caso y frunzo el ceño ante las partes tachadas.
De seguro piensa que no tengo los permisos para verlo, aunque hakear el sistema de SIDRA ya lo había hecho apenas tuve acceso a una computadora.
El caso se trataba de un vuelo no autorizado que había desaparecido del radar en viaje del continente vecino hacia el Reino Ario. El piloto no fue identificado y todavía no se sabía la locación del avión.
—¿Y esto qué tiene que ver con mi barrio? —le cuestiono al aire.
Enseguida levanto el teléfono de la agencia y marco. Si intervenían la llamada no me importaba que escucharan, no iba a decir nada comprometedor.
—Buenas tardes, ¿qué deseas ordenar?
—Lo de siempre a la central de SIDRA, último piso, al fondo, oficina dos.
—De acuerdo, ¿algo más?
—Se rápido, dealer.
Esperaba que se acordara del código.
—¿Pago en...?
—Efectivo.
Corto la llamada y al colocar los pies sobre la mesa, en la posición más cómoda que puedo estar, comienzo a revisar mi celular.
Golpean la puerta y escucho que entran.
—¿No estás en un caso? —es la voz de Alec—. Pareces muy relajada.
—Eso pretendo... —Es cuando muevo los ojos desde el celular hacia él, sin mover mi rostro—. Tu hijo tachó información del archivo, ¿qué esperas que haga? —replico molesta.
—En la computadora tienes acceso a toda la información de los casos en donde trabajes... —Termina de abrir la puerta y se recuesta en el vidrio—. Si tienes dudas en el teléfono si marcas uno llama a Culebra, dos a mí y tres a Operaciones.
—¿Por qué el uno es él? —pregunto enseguida.
—Porque nunca quiere ser segundo ni otro número —Pongo los ojos en blanco—. ¿Tú también le temes?
