No es bienvenida entre los ricos y él se lo hará saber.
¿Por ahí no dicen que los polos opuestos se atraen?
Los zombis han invadido el mundo y por protección no se puede ni salir ni entrar del reino.
Ella es la única que ha podido evadir la segurida...
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ᴜɴᴀ ᴅᴇʟɪɴᴄᴜᴇɴᴛᴇ ᴇɴᴛʀᴇ ʀɪᴄᴏꜱ
❝𝙴𝙻 𝙿𝙻𝙰𝙽❞
No todo lo que pasaba en mi vida tenía sentido. Bueno, básicamente nada en mi vida tenía sentido.
Mis padres murieron en su propia casa por culpa de su mejor amigo, antes de que eso pasara me dejaron junto a un hombre lobo y un vampiro en un orfanato, me convertí en la delincuente del ghetto más buscada y hago un trato con el jefe de seguridad y defensa... ¿Y de quién me vengo a enamorar? De su hijo. ¿Lo peor? Que si estaba con él, mi suegro sería el asesino de mis padres. Además de que no puedo decirle mi verdadera naturaleza porque podría correr el mismo riesgo de que me entregue.
—Molly... Molly... —oía que repetía una y otra vez—. Molly, respira, estás bien. Estoy aquí, no estás sola.
Sus brazos se colocan en mis mejillas y me hacen verlo a los ojos. Me concentro en el verde de su mirada y de apoco comienzo a respirar más tranquila, imitando su respiración.
—No lo entiendo —escucho el susurro de Alec.
—Era más que obvio —le responde de la misma forma Scott—. Desde la primera vez en tu oficina que te dabas cuenta de como iban a terminar.
—Parecen viejas chismosas —asegura el tatuado levantándose y con una mano me ayuda a hacerlo también—. No opinen de lo que no saben.
—¿Cuáles son los códigos? —cambio de tema acercándome al escritorio donde estaban ellos—. Mientras veo como desactivo el sistema de seguridad van planeando como proteger al reino.
—Denial ya planeó todo... —asegura Alec, baja la mirada hacia la carta en sus manos y la vuelve a subir para mirarme—. A partir de aquí nosotros nos encargamos.
—Tanto Bala como yo queremos estar ahí —acato sin poder creerlo—. Es nuestra familia.
—Espera indicaciones entonces —acata cortante.
¿Denial me había dejado fuera? Denial me había dejado fuera.
Ruedo los ojos y rápidamente salgo de la oficina. Lo primero que hago es sacar el celular de mi tobillo y marcar el número de Travis, quien no tarda en contestar.
—Van a sacarlos de ahí, pero no sé que dice la carta y no me quieren decir. Me están dejando afuera.
