ᴜɴᴀ ᴅᴇʟɪɴᴄᴜᴇɴᴛᴇ ᴇɴᴛʀᴇ ʀɪᴄᴏꜱ
❝𝚂𝚄𝙴́𝙻𝚃𝙰𝙻𝙾❞
Suspiré, me saqué el cinturón y bajé del auto. Él estaba apoyado sobre el capó, sus manos las tenía en puño sobre la chapa y hoy no tenía la jacket por lo que se veía perfectamente todos sus tensos brazos tatuados.
¡Wow! Y que músculos... ¡Concéntrate!
―Yo... no tengo novio. Simplemente no te puedo contar con quién estaba hablando, ya sabes muchas cosas de mí y te la suda. Ya no puedo sentirme más insegura al contarte. Sería como dejar otro lugar por donde me ataquen ―cerré la puerta y me acerqué a él―. Sabes que nunca miento.
―Nunca me la suda cada cosa que sé de ti ―respondió entre dientes y me miró, sus ojos estaban muy oscuros―. Siento que tengo que estar a tu lado siempre, que te tengo que cuidar, que eres mía... y eso está mal. Porque no tengo que sentirme así.
Me quedé en silencio pensando en sus palabras.
Claro que me habían sorprendido y no las lograba comprender del todo. Culebra... estaba admitiendo que sentía algo por mí.
Sin decir nada más, caminó hacia el ascensor y seguí sus pasos hasta estar a su lado. No sabía que decir, todavía me encontraba confundida y la sensación fea seguía en mi pecho. Pero tenía que concentrarme primero en Stave, por lo que mientras el ascensor subía abrí el libro y busqué entre los hechizos de curar.
Fiebre, hepatitis, picadura de avispa, mordida de serpiente, veneno, enfermedad psicología, enfermedad de sangre...
―Que idioma tan raro... ―comenta observando el libro.
―Es anti idiotas ―las puertas se abrieron y salí todavía mirando el libro.
¿En dónde está? Hasta hay para curar un raspón.
―Si te caes la idiota serás tú.
Pasó su mano por mi espalda hasta colocarla en mi nuca, por debajo de mi cabello, mi respiración se entrecortó y cerré los ojos por un momento mordiéndome el labio. Dejé que me guiara por los pasillos sin dejar de buscar el hechizo, aunque tenerlo a pocos centímetros con las sensaciones que me generaba su tacto no dejaba que pudiera concentrarme. Él siempre me agarraba de ahí cuando me besaba.
―¿Cómo está? —preguntó al detenernos.
―No hay ningún progreso —respondió el doctor—. Como el auto fue prácticamente aplastado fue difícil sacarlo, por lo que estuvo mucho tiempo sin asistencia médica. Hacemos todo lo que está a nuestro alcance, sin embargo no responde a los tratamientos.
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𝐔𝐍𝐀 𝐃𝐄𝐋𝐈𝐍𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐑𝐈𝐂𝐎𝐒| 𝖾𝖽𝗂𝗍
RomanceNo es bienvenida entre los ricos y él se lo hará saber. ¿Por ahí no dicen que los polos opuestos se atraen? Los zombis han invadido el mundo y por protección no se puede ni salir ni entrar del reino. Ella es la única que ha podido evadir la segurida...