No es bienvenida entre los ricos y él se lo hará saber.
¿Por ahí no dicen que los polos opuestos se atraen?
Los zombis han invadido el mundo y por protección no se puede ni salir ni entrar del reino.
Ella es la única que ha podido evadir la segurida...
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ᴜɴᴀ ᴅᴇʟɪɴᴄᴜᴇɴᴛᴇ ᴇɴᴛʀᴇ ʀɪᴄᴏꜱ
❝𝙷𝙸𝙹𝙾𝚂❞
Toqué timbre y enseguida me abrió Mery con una sonrisa. Atrás de ella estaba Aisha y más allá en el umbral de la puerta enseguida se acercó Culebra con una copa en la mano.
―Pasa querida.
Entré a la casa y después de que Mery cerrara la puerta se fue por el costado de su hijastro. Aisha me tomó de los brazos y enseguida la quité alarmada.
―Lo siento, sé que no te gusta que te toquen ―ante sus palabras miro de reojo al chico tatuado quien fruncía el ceño―. Estás muerta. Alec me llamó y enseguida fuimos a la guarida, pero no pudimos ni pasar la puerta de entrada. ¿Cómo lograste cerrarlas?
―No podemos hablar de eso en este momento, luego les explico a los dos ―le susurré de vuelta.
Volteo hacia Culebra y siguiendo mi mirada se dio cuenta de que estaba ahí. Estaba apoyado sobre el umbral cruzando las piernas con una copa en la mano, de la cual tomó un trago para preguntar con seriedad:
―¿Qué es la guarida?
―No tiene porque responderte ―se adelantó en decir Aisha.
―Le pregunté a ella ―espetó enojado, dejando de sostenerse en la puerta―. No me contradigas.
―Cuando seas el jefe hablamos.
―Cuando lo sea te convertirás en zombie, ni una palabra vas a llegar a decir.
―Bueno, veremos hasta entonces.
―Vete a la mierda.
―No, gracias, ahí estás tú.
Tenía que apretar mis labios para no soltar una carcajada, los comentarios de Aisha siempre eran buenos y hacían que me matara de la risa.
Culebra se acercó furioso y Aisha se escondió tras de mí. Enseguida me crucé de brazos y al colocar una mano sobre su pecho, su cuerpo se relajó y su mirada fue hacia mis ojos. Pude ver a la morena correr hacia la sala y cuando estuvimos solos llevó sus manos a mi cintura, atrayendo mi cuerpo al suyo.
―¿Estás molesta conmigo? ―preguntó con la voz apagada, terminó haciendo un mohín con los labios y se me hizo imposible no sonreír con ternura. Negué con la cabeza y le di un beso en los labios.
