Capítulo 5|𓆚

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ᴜɴᴀ ᴅᴇʟɪɴᴄᴜᴇɴᴛᴇ ᴇɴᴛʀᴇ ʀɪᴄᴏs

         

❝𝚀𝚄𝙸𝙴𝙽 𝚂𝙾𝚈❞

          

En la punta el moreno jugaba con una lapicera aburrido y aunque tenía la mirada hacia abajo, sabía que sus ojos eran marrones. Como líder del mejor equipo de entrenamiento tenía una jacket y vestimenta deportiva. Enseguida reconocías que era Steve Lether.

Además, ya llevaba un día y por el sin fin de rumores sabía que no era extraño que su novia fuera la Lady Lisa, la odiosa trepadora mona Lisa.

A su lado, un pelirrojo de brazos cruzados me miraba serio con sus ojos verdes. Posiblemente dentro de poco cumpliría veinte, por lo que ya terminaría la universidad. Vestía un traje oscuro que hasta la corbata era negra, por lo que supuse que el único color que quiere tener es rojo y el verde ya que es inevitable.

El hijo adoptado de Alec, Scott Mckenzie.

Y hablando del agente, este se encontraba a su lado, inexpresivo pero con una pequeña sonrisa. Podía ver que se había recortado la barba, pero era el mismo pelado de traje que me visitó en la comisaría.

—Responde —ordena Culebra. Tenía el ceño fruncido y los brazos cruzados, resaltandolos—. ¿Quién eres?

Y me besó sin saber quien era...

Capullo.

Me acomodé en el asiento frente al escritorio donde estaban ellos, sabía lo que iba a pasar.

—Ella es...

—Soy Molly Rojas —lo interrumpo—. Pero tal vez les suene más... Bala Black.

En medio segundo, los tres estaban a la defensiva apuntándome con un arma.

Pongo los ojos en blanco sin asustarme, ya era normal que me apunten aún si no digo mi identidad. Una simple orden del pelado y ya podía respirar en paz.

Uy sí, porque tenía un miedo... Noten mi sarcasmo.

La expresión de Steve era de confusión, la de Scott indignación y la de Culebra enojo. Y así fueron soltando sus reacciones:

—¿Ella es la mayor cazadora de zombis?

—¡Pero por favor! ¡Si es una niña!

—¡Mierda! —soltó y con rabia hizo volar las hojas que había arriba del escritorio—. Esto no puede ser cierto.

Había besado a la chica más buscada del reino, ya sea por poder burlar la seguridad, mi record o por mis antecedentes.

Tuvo la fortuna de probar mis labios, aunque claro, había dejado mal parada su seguridad varias veces saliendo del reino y como ellos están en el bando de los buenos: los ricos que meten a cualquier persona que tenga indicios de ser delincuente en la cárcel... Para él no era bueno.

𝐔𝐍𝐀 𝐃𝐄𝐋𝐈𝐍𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐑𝐈𝐂𝐎𝐒| 𝖾𝖽𝗂𝗍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora