Capítulo 49|𓆙

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ᴜɴᴀ ᴅᴇʟɪɴᴄᴜᴇɴᴛᴇ ᴇɴᴛʀᴇ ʀɪᴄᴏꜱ

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ᴜɴᴀ ᴅᴇʟɪɴᴄᴜᴇɴᴛᴇ ᴇɴᴛʀᴇ ʀɪᴄᴏꜱ

                

❝𝙲𝙰𝙻𝙼𝙰❞

           

Rodé por el suelo hasta posicionarme y disparar dos veces hacia el árbol, donde di en los dos puntos. Suspiré y al mirar el cielo me di cuenta de que ya era tarde, escondí el arma en mi ropa y comencé a correr a mucha velocidad hasta llegar a la casa.

Necesitaba un baño urgente.

—¡Mueve la carnaza, mamasa! —oí la voz de Scott—. ¡Mueve la carnaza, buenaza!

—¡Cállate, perro! ¡Deja de ladrar! —Travis le gritó desde la cocina.

¿Qué hace aquí? Parece que desde que llegamos están interesados en pasar tiempo en esta casa.

Suerte que nos íbamos.

—Volví, negro —aviso entrando a la cocina.

Al cerrar la puerta corrediza cuando volteo lo veo sacando unas galletas del horno, las cuales coloca sobre un plato arriba de la barra.

—¡Por suerte! —expresa sin mirarme—. Ese perro lleva aquí durante una hora y casi se me queman las galletas.

—¡Ey! —protesta él apareciendo por la sala, para sentarse en un banco de la barra—. Chloe dijo que te dijera algo sobre la organización de un evento... que no me moviera de aquí hasta que te llevara a la mansión.

—¿Y por qué me hiciste tantas preguntas? —reclama indignado—. ¿Otra vez celoso?

—Oye, oye —intervine antes de que comenzaran a pelear—. Solo llévame, Scott.

Luego de un viaje en silencio llegamos a la mansión y la gemela me arrastra a su cuarto para que la pueda ayudar. No sé cuanto tiempo habíamos estado charlando y comiendo las galletas que había traído.

Bella en algún momento se nos sumó y en un instante me di cuenta.

Apesar de nuestras diferencias, podían llegar a ser mis amigas.

—¡Detente ahora mismo! —oímos el grito de Alec.

—¡Por favor, Culebra! —ante la voz de Mery enseguida nos levantamos para acercarnos a la ventana y chusmear que estaba pasando.

La casa era grande y no era muy común que se escucharan gritos, a no ser que griten muy fuerte.

—No me digas que sigue ahí... —suelta Bella.

—¿De qué hablas? —le cuestiona su hermana.

—Desde hace más de una hora que está golpeando la bolsa de boxeo, ya debe de estar con los nudillos rojos...

𝐔𝐍𝐀 𝐃𝐄𝐋𝐈𝐍𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐑𝐈𝐂𝐎𝐒| 𝖾𝖽𝗂𝗍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora